domingo, 9 de febrero de 2014

VAMPIROS

"Enriqueta separó sus muslos, yo hundí mi cabeza entre ellos y mi lengua húmeda comenzó a descubrir el desconocido paisaje de su vulva con una minuciosidad demorada".

 "Todo comenzó con una llave. Los vecinos de Enriqueta, que guardaban una segunda llave de su piso, abandonaron el inmueble, y ella sugirió que la custodiara yo, por si extraviaba la suya y se veía en la necesidaad de utilizarla para entrar a su casa. Yo le dije una ocurrencia, sin pensar, ¿y si irrumpo en tu lecho a las tres de la madrugada?. Ella no contestó.

Enriqueta no se llamaba así. Se cambió de nombre cuando vino de Transilvania, en un cajón de madera con la tapa asegurada con clavos de oro. Hizo que lo cerraran así, porque, conocedora como era de la codicia de los hombres, después de siglos de convivir con ellos en su vida de muerta, sabía que al llegar a destino alguien robaría ese oro, quedando ella liberada de su encierro, como así sucedió.
(...)
A su llegada de Centroeuropa, Enriqueta alquiló un ático luminoso en un barrio periférico de Heliópolis, dispuesta a pasar en un ambiente tranquilo los últimos siglos de su viudez inconsolable, pues hace ya trescientos años que perdió a su mejor amante y no ha conseguido encontrar otro, ni en el mundo vampírico, ni en el otro, que alcance ni siquiera la décima parte de hombre que fue su príncipe. 

Lo de la fotofobia que se atribuye a quienes habitan el mundo vampírico es un puro tópico, apenas es una molestia que se puede soportar con unas buenas gafas de sol. La prueba de lo que digo, la obtuve, noche tras noche, cuando, a causa de la contaminación de mi saliva con la esencia de esa mujer cuando yacimos juntos, me desperté de madrugada con la necesidad imperiosa de salir volando por la ventana. 

Ni se imaginan el tráfico aéreo que hay a esas horas en los cielos de Heliópolis, y casi todos son centroeuropeos, si. Les he preguntado si no les molesta la luz mediterránea, como es que no se han radicado en lugares mas al norte, y casi todos han coincidido en las respuestas. 

Como de día descansan en sus lechos, la luz no les molesta para nada y, ¿donde iban a encontrar poblaciones mas fogosas, mas dispuestas para el amor que en los países sureños?. Han venido con una misión, dicen, ganar para su causa a los ciudadanos anónimos que a su juicio merezcan ser elegidos entre los que ahora parecen algo entristecidos, yacer con ellos y mostrarles las ventajas de la inmortalidad, para que dejen de preocuparse por las cosas terrenales que, según ellos, son minucias, al lado de una vida eterna enriquecida por la sabiduría que da la experiencia de los siglos.

Con la llegada del alba, ese ejército volador desaparece, todo vuelve a la normalidad y nadie tiene constancia de que exista esa población nocturna, que ejerce un modo de vida alternativo, la nocturnidad, como en el París de los años locos, salvo los pocos afortunados, o no, a quienes ellos seleccionan cuidadosamente....." 

(Encontré este texto en un libro en rústica al que faltaban las hojas del principio y el final, encima de un contenedor. No se el nombre del autor, el título, el editor, ni la fecha de publicación. Se trata, pues, al menos para mí, de un autor anónimo, como otros de obras de las que se desconoce la autoría, o se discute por los expertos quien lo escribió realmente. Si alguien tiene alguna idea del origen de este texto inacabado, por favor, que lo aclare vía comentarios, de modo anónimo, por supuesto).

En fin. Vampiros.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 9-02-14.

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