jueves, 20 de febrero de 2014

VICTIMISMO

Hoy me apetece hacer victimismo a lo grande, pero tropiezo con un primer obstáculo, mi viejo Espasa no recoge esa palabra, solo víctima y victimario. Con Wikipedia tengo mas suerte, dice: 'la tendencia de una persona a considerarse víctima o a hacerse pasar por tal'. Esa definición me recuerda que hubo un personaje que durante décadas sacó partido de su historia como víctima de la opresión nazi, incluída su estancia en campos de concentración, o de exterminio, como les llaman otros, en la Alemania del conflicto bélico de los cuarenta, y luego resultó que se lo había inventado todo.

Es fuerte esto del victimismo, no?. Para mi esto del victimismo es, sobre todo, queja, muchos se quejan de lo que les ocurrió, o de como les trataron, yo me quejaba ayer de que me han quitado la parada del bus número 7 de delante de casa y ya ven, no me ha servido de nada.

No entro para nada en el conflicto entre víctimas de los asesinatos de sus seres queridos, gobierno y jueces, solo me referiré a la queja como expresión de ese victimismo menor en el que no suele haber víctimas de verdad.
(...)
Desde hace algún tiempo, los titulares de la primera de 'Levante' son un ejemplo de ese victimismo, de esa queja, a la que aludo. Hoy miran a las inversiones en otras comunidades y al aplazamiento de un proyecto de aquí, 'Fomento invierte 600 millones en soterrar el túnel y la estación de Vigo tras aplazar el proyecto de Valencia', esto solo es una muestra, otro día se habla del Eje Mediterráneo, o de la financiación autonómica, el caso es que esta música de fondo, el victimismo, los demás nos tratan mal, acompaña con demasiada frecuencia los discursos que trascienden a los ciudadanos a través de los medios, pero no sabemos muy bien lo que estamos haciendo nosotros para resolver nuestros propios problemas.

Teniendo en cuenta la composición del gobierno a quien van dirigidas esas quejas, toda la derecha, la moderada y la salvaje, la culta y la abruptamente ignorante, parecería que nos tienen castigados porque alguna vez esto fue 'zona roja'.

Si alguna vez lo fue, porque es una verdad histórica que aquí estuvo radicado el Gobierno de la República en tiempos de conflicto, las papeletas introducidas en las urnas una y otra vez desde la transición a la democracia formal, una vez que la hegemonía de la izquierda fue barrida por los errores del PSOE en su política nacional, Gal, Roldán, y todas aquellas barbaridades que el electorado de aquí hizo pagar al socialismo doméstico, como si las hubieran cometido ellos, no dejan lugar a dudas de que el voto consolidado aquí durante veinte años es un voto conservador.

Ahora que ya no queda nada que conservar, porque nos hemos quedado sin bancos, sin televisión, la emprendemos con el idioma, y tenemos a un presidente de la comunidad que parece el mas supérfluo de la historia, parece que nos damos al victimismo, a la queja recurrente, en una actitud que tiene mas de pasiva reacción infantil, que de la necesaria energía colectiva que demanda una situación de decadencia como la actual.

Viene a mi memoria la actitud luchadora en una situación de derrota de una persona de mi familia de quien tomé prestado el nombre Lohengrin para el blog. Este señor, de ideas libertarias, que fue, entre otras cosas, Director General y Gobernador Civil en tiempos de conflicto, cuando la República fue derrotada, no se marchó al exilio, se quedó en el interior, en la clandestinidad, reorganizó su sindicato anarquista que perdida ya la guerra llegó a tener 60.000 afiliados que cotizaban, promovió una agrupación democrática con presencia de fuerzas políticas de todos los colores, excepto el partido de Carrillo que se excluyó de la coalición, y todo eso desde la derrota, desde la clandestinidad, lo que le costó después once años de prisión, pero es que allí, en la cárcel, siguió con sus actividades de resistencia organizativa y, en el cuaderno que le dedicaron sus amigos al morir, después de releerlo, no he encontrado el mas mínimo rastro de que se sintiera víctima de nada, ocupado como siempre estuvo en la lucha personal y colectiva contra la adversidad. 

Quiere esto decir que el victimismo es algo patético, inútil, propio de gentes que no han alcanzado el tamaño de la hombría que es exigible a aquellos que están en lugares desde los que se supone que han de intentar mejorar la vida de sus conciudadanos, y cómo van a hacer eso, si son incapaces de alcanzar un nivel satisfactorio de claridad en sus objetivos y energía para lograrlos en su propia y victimista vida. 

Vivimos tiempos de victimismo en esta comunidad, que es como decir tiempos decadentes, tiempos en los que en lugar de disponer de personas enérgicas, con claridad de ideas y una lista de objetivos prioritarios, disposición para defenderlos y hacerlos realidad, lo que vemos en los periódicos es la expresión de nuestros patéticos políticos, que parecen plañideras, siempre con ese llanto falso y mercenario que sustituye, para mal, las auténticas acciones de gobierno. 

Tengo dudas de si he exagerado demasiado, o no, total solo hago que leer los titulares de periódicos, y dar una opinión. Juzguen ustedes mismos ese grado de exageración.

En fin. Victimismo. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 20-02-14.

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