domingo, 8 de febrero de 2015

ESCRIBIR

Busco la palabra escribir en Wikipedia y encuentro unas definiciones decepcionantes. Saco, con dificultades, de detrás de la máquina de coser que mi mujer tiene junto a la estantería el tomo 5 del Espasa, una edición anterior a la invención del ordenador, y encuentro la siguiente definición.

'Representar las palabras o las ideas con letras u otros signos trazados en papel u otra superficie, por medio de pluma y tinta o de otro instrumento adecuado a este fin, o por medio de la mecanografía".

En la página siguiente encuentro la palabra 'escritura', a la que el Espasa dedica cuatro páginas, llenas de muestras fotográficas de diferentes escrituras de las civilizaciones cretense, egipcia, china, otomana, ibérica, diversos documentos escritos en territorios que fueron dominio de la España imperial, y por fin tengo la sensación de haber encontrado lo que buscaba, una expresión de la palabra, u otro signos, escritos,que son testimonio de lo que yo creo que es la escritura, escribir, una necesidad humana que trasciende los límites geográficos, en tanto que es, efectivamente, la expresión de los pensamientos, una necesidad presente en todo tiempo y en todo lugar.
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Definida así la escritura, como una expresión de los pensamientos, plantea un problema, en tanto que ciertos pensamientos no se suelen trasladar a la escritura, o que el propio pensamiento está formado por los pensamientos de otros, es forzoso admitir que la escritura tiene su origen en el pensamiento, pero no necesariamente todo el pensamiento de quien escribe, ni tampoco solo su pensamiento, en la medida que está influído por el pensamiento de otros.

Así, cuando escribo en el blog, un buen número de veces mi escritura está influída por la de otros, cuando me inspiro en algún artículo de prensa, lo que es bastante habitual. Incluso cuando no es el caso, cuando escribo de motu propio sin consultar la prensa, y se supone que expreso mis propias ideas, éstas están 'contaminadas' por lecturas y experiencias, a veces muy antiguas, que han configurado mi modo de pensar sobre las cuestiones que expongo o analizo. 

Se plantea así un problema, cuánto hay de original y cuanto de adquirido en un discurso que pretende ser objetivo, analítico, creativo. No sé, sospecho que mucho menos de lo que creo, sobre todo en los artículos y ensayos sobre temas de actualidad.

En cambio, cuando se trata de un relato, la cosa cambia. Al abrir la puerta de la imaginación a la escritura y sacarla de los corsés que impone la actualidad, la escritura creativa surge con mayor libertad, no está sujeta a las condiciones que exige la crónica periodística y puede volar por encima de los cánones de la escritura formal y, con el uso de las metáforas, incluso puede expresar el impulso lírico, llevarte a una dimensión distinta de la escritura, la dimensión del arte. 

Compruebo en los índices del blog que solo hay recogidos 152 relatos, mientras que hay 1481 artículos, y me pregunto cuándo me dejé llevar por la presión de la actualidad en perjuicio del relato, cuándo el blog se ha convertido en un eco de la prensa, en lugar de una manifestación artística de la escritura, y no tengo una respuesta clara para eso. 

Bueno, al menos, me propongo, de ahora en adelante, dedicarme un poco más al relato, y un poco menos a la crónica. 

En fin. Escribir. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 8 02 15.

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