jueves, 19 de febrero de 2015

SOBERANÍA

Banderas, uniformes, fanfarrias, discursos, monarquías, son signos de soberanía. Sin embargo, te preguntas que ha hecho la derecha trincona con la soberanía nacional en estos últimos años y te dan escalofríos.

Mientras sus discursos afirman públicamente que esto va de puta madre, que estamos en la senda de la recuperación, solo en el último año han aumentado la deuda pública en 70.000 millones de euros, por favor, pasénlo ustedes a pesetas, porque yo no me aclaro con tantos ceros.

La deuda de este país con los mismos acreedores que están convirtiendo la soberanía de Grecia en algo condicionado al tamaño de su deuda, ya está muy cerca del Producto Interior Bruto, de la producción de un año.

Desde que nos gobiernan los patriotas, aquellos que mas aprecian las banderas, uniformes y fanfarrias soberanistas, la deuda ha crecido exponencialmente, poniendo en grave riesgo el libre ejercicio de esa soberanía.

Un país soberano es, básicamente, un país autosuficiente financieramente, nada que se parezca al engendro que está creando la derecha soberanista. Nuestra constitución dice claramente que la soberanía reside en el pueblo, o sea, por si no se han percatado, nosotros, el pueblo, somos los titulares subsidiarios de esa deuda.

Ningún país puede ser soberano, es decir tener plena capacidad para tomar decisiones en el entorno de la Comunidad Europea, si no es dueño del control de sus finanzas, si no tiene la capacidad de reducir su deuda pública hasta una dimensión que asegure su autonomía. Nosotros, en este momento, carecemos de esa autonomía.

¿Que consecuencias tiene esa situación para los ciudadanos, supuestos titulares de la soberanía de este país? La mas inmediata es que las ingentes cantidades de dinero que hay que dedicar al pago de intereses, no digamos la amortización, de esa deuda, limitan extraordinariamente la capacidad del Estado para atender las necesidades sociales. 

Esa es una de las razones por las que, de un tiempo a esta parte, cuando vamos a las farmacias a por medicamentos, hemos de pagar una parte de su precio, o la causa de que alguno de sus hijos se haya quedado sin beca, o que les den un año y medio de demora para una atención sanitaria que, mientras se hizo una administración correcta de las arcas del Estado, se limitaba a unos meses, o bien, si hay algún dependiente en su familia, haya visto cancelada la ayuda que percibía el cuidador.

Estos patriotas, que ahora nos asustan y nos previenen contra los 'populismos', son los que han quebrado el Estado, o las Autonomías en las que gobiernan, y ahora que vienen elecciones, se presentan como garantes de la estabilidad del Estado. ¿Que estabilidad? La estabilidad del rigor mortis de un Estado quebrado. 

En medio de esta situación, sale Rajoy con su cinismo gallego y dice que moderniza el Estado porque sustituye el papel de los trámites burocráticos por Internet. Dígame, ¿va a pagar usted la deuda pública?, increible, si cada año de su gobierno la aumenta en muchas decenas de miles de millones de Euros, no es lo que usted dice lo que cuenta, sino lo que hace.

Yo no se ustedes, pero yo no le daré a estos tipos mi voto, ni jarto de vino. Yo nunca me he tenido por un votante soberanista, pero a la vista de lo que ha hecho la derecha en estos años, he comenzado a preocuparme por la pérdida de nuesta soberanía, derivada del uso abusivo de las cuentas públicas y del demencial recurso al crecimiento suícida de la deuda pública. 

En fin. Soberanía. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 20 02 15.

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