Siempre pensé que San Valentín era el patrón de El Corte Inglés, sobre todo desde que ví aquella película, justamente olvidada,
en la que Jorge Rigaud encarnaba una versión 'moderna' de ese santo intermediario del amor, una especie de celestina encargada de que los
enamorados circularan con fortuna por los caminos del romanticismo hasta llegar al mostrador de caja de un gran almacén.
Esto del amor parece algo complicado, uno, que no es maximalista, se conformaría con que las relaciones humanas se construyeran con la ausencia de odio, que los conflictos se abordaran desde el respeto mútuo, pero en la 13 de Levante de hoy, que ojeo mientras tomo café en el Maravillas en esta mañana coronada de grises, junto a la noticia que motiva esta entrada, 'el carácter tóxico de muchas de las piezas de bisutería que serán objeto de obsequio por San Valentín', a la izquierda, hay una foto de un teniente general de la base de la Otan en Bétera
que lanza un mensaje guerrero, contraviniendo aquella recomendación sesentera, haz el amor, no la guerra, y en la federación socialista madrileña se han declarado una guerra interna que solo puede traer beneficios a quienes gobiernan, mal, ahora.
La noticia a la que aludo, dice asi, 'Una investigación detecta elevados niveles de tóxicos en piezas de joyería y bisutería' 'Algunas aleaciones con cadmio superan mas de 550 veces los niveles admitidos por la legislación'
......
Por una vez, el haber tenido tantos empleos a lo largo de mi vida, me permite ahora, además de recoger una denuncia de la prensa, ofrecer
una información de interés a los consumidores.
Cuando trabajé como director financiero en una industria de joyería, aprendí que existe un
metal, el rodio, que se emplea en sustitución de otras aleaciones por sus propiedades antialergénicas. Es decir, que si usted compra una pieza de bisutería con la etiqueta que indica que se trata de ese metal, se asegura que el destinatario de esa pieza no sufrirá reacciones alérgicas
por su uso.
No recuerdo haberle comprado a mi mujer piezas de bisutería en los últimos años, pero si que en los primeros años de casados, siempre le compraba flores el día de nuestro aniversario. Cuando lo recordamos ella siempre dice, --Claro, tenías una floristería al lado de la oficina,
y desde aquella vez que te dije que prefería las plantas a las flores, porque no me gustaba verlas morir enseguida, nunca mas me compraste flores, ni plantas.
Es un hecho, que se puede comprobar a través de las hemerotecas, que la celebración de San Valentín es una pura creación mercantilista, pero para aquellos que carecen de la pulsión, en cualquier momento del año, de celebrar su estado de felicidad con su pareja, no está mal que lo hagan ahora, sobre todo después de saber que la piezas elaboradas con rodio, son inócuas para aquellas personas que pueden sufrir de alergia.
El rodio presenta un aspecto plateado, no es oro, plata no es, efectivamente, pero está garantizado que no hace daño, salvo que lo lances a la cabeza del enamorado, porque te parezca un regalo cutre.
Para cutre, lo que he leído hoy, también, en Levante. Cañizares, nuestro cardenal del que han prescindido en Roma, por su enanismo intelectual,
va a dar una charla en el Club Siglo XXI, un lugar antes destinado a actos intelectuales.
Ignoro el contenido de su discurso. Tal vez se limite a leer la lista de propiedades inmobiliarias de la iglesia en alguna diócesis, para satisfacer el interés de los posibles compradores,
y luego se celebre la subasta.
En fin. San Valentín Tóxico.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 12 02 15.
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