viernes, 23 de noviembre de 2018

LO MÍO YA NO ES TEATRO...

"He bajado a La Fuente, protegido de la lluvia bajo el paraguas. Bueno, lluvia....orballo, chirimiri, o cuatro gotas que decimos por aquí, me ha sorprendido ver a tanta gente acomodada bajo las sombrillas del exterior,hasta que me he percatado de que la causa de que tanta gente permaneciera fuera, es simple, no caben todos en el interior del local.

He pasado al interior, he pedido un café cortado, que he derramado enseguida sobre el mostrador, a causa del tembleque, hoy más acusado, que me produce el carbonato de litio. Con el segundo café que me han servido, en taza grande, no ha habido ningún problema. El amable camarero que es del sur de la India, o del centro, no lo acabó de concretar, solo me ha cobrado el segundo café. Bien, ¿no?.

Mientras escuchaba las tonterías en la pantalla de la tele, sobre la repetida reprobación de una ministra, y el numerito sobre Gibraltar, he decidido no comprar hoy el periódico, pensando en que tengo sobre la mesa del ordenador el especial que Prensa Ibérica ha editado para conmemorar sus '40 años de liderazgo informativo'.

Pensaba alimentar la página de hoy con su contenido, pero al conocer que empezaron con 'Las Provincias', en mi opinión, el periódico local de por aquí más repulsivo, renuncio a ofrecer a Prensa Ibérica un espacio en mi blog.

Así, cambio de signo y haré la crónica teatral de la sesión de ayer en el Aula de Malvarrosa.

Acudimos once alumnos a la cita de ayer, con ropas ligeras, zapatillas, la botella de agua, como había solicitado el profe, también nos pidió que aportáramos un texto escrito, para decirlo en clase, como el tembleque no me dejó escribir nada en un papel, lo escribí en el ordenador, lo memoricé y así fué como lo llevé.

La mayor parte de la sesión de ayer consistió en ejercicios? físicos, no, más bien postureo físico. Puestos en círculo, intercambiamos posiciones con el colega de enfrente. Luego estuvimos paseándonos por el aula, intentando cubrir un espacio determinado, luego jugamos al Asesino --no se asusten-- tenías que hacer el gesto de disparar contra tres colegas, si el del medio se agachaba a tiempo, seguía, si no, quedaba fuera del juego, los otros dos debían hacer también el gesto de disparar, el que lo escenificaba antes, ganaba, el otro quedaba fuera del juego.

En un momento determinado ensayamos el ejercicio más extremo de la sesión, consistente en tomar una postura ligeramente agachados.

Cuando terminó el postureo, el profe pidió que saliéramos a decir los textos que cada uno traía. Ignoro porqué, me postulé para ser el primero.

Dije el texto que traía en la memoria, aquello de la playa de la Malvarrosa, el profe, me preguntó, ¿es una queja?, yo respondí, lo primero es un homenaje, lo segundo una queja. El insistió, es una queja, vuelve a decirlo. Lo hice, con un tono más dramático, más impostado. El profe dijo, lo has declamado. Yo, me senté.

Cuando salieron dos colegas para interpretar una escena escrita por ellos, el encuentro casual entre un hombre y una mujer que, la última vez que se vieron, estaban en procesos de separación de sus parejas, su actuación,  que tuvieron que repetir varias veces, porque el profe les decía, 'eso es teatrillo', cubrió el resto de la clase.

En un momento dado, el profe explicó lo que esperaba de nosotros. Nada de declamación, ni teatrillo, según el, el teatro debe ser, ante todo, verdad y honestidad, realismo y el modo de decirlo tiene que cumplir con los viejos esquemas de Stanislavsky, del Actor's Studio.

Después de la clase, algunos alumnos fuimos a tomar café.

Yo intento asimilar que lo mío ya no es teatro, que los seis años de prácticas teatrales con Patxi, solo fueron la continuidad de un modo decadente de interpretar, ajeno a las corrientes más actuales, verdad, honestidad, no declamación, no teatrillo.

Todo eso está muy bien, pero no pude evitar, además, la sensación de haber sido infantilizado con todas esas chorradas para niños en que consistió la mayor parte de la clase."

Espero que esto cambie, y volvamos a disfrutar del teatro, pero, no sé.

En fin. Lo mío ya no es Teatro.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)    23 11 18.

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