domingo, 18 de noviembre de 2018

OTOÑO

"He bajado a La Fuente a las ocho de la mañana --hoy me he despertado a las seis y media, pero una ducha estimulante ha puesto en marcha mi maltrecha humanidad, como si hubiera dormido ocho horas, después de la cena y Rummy con Lola y Antoni de anoche-- antes de que el camarero, a quien yo creía latino y ha resultado ser indio, abriera la puerta del bar.

Ha abierto con tanta diligencia, que enseguida he dispuesto de un paquete de tabaco y he tomado un café junto a la barrica de la entrada porque, ¿lo adivinan?, no llovía. Luego me he acercado al kiosco, a por la prensa del día, al salir, ¿lo adivinan? no llovía.

La primera de 'Levante' de hoy lleva dos grandes titulares ¿adivinan el mensaje? 'Habrá inundaciones y sequías cada vez más graves' 'El Temporal amenaza' Al regresar a casa, ¿lo adivinan? no llovía, pero en la 4 aparece un magnífico artículo de Lagardera, que se titula, ya lo habrán adivinado, Valéncia ante el diluvio', y me ha parecido lo mejor que se ha escrito estos días sobre este otoño tan tempestuoso.

Un relato pormenorizado, que parece muy fiel a los hechos, que describe su viaje en automóvil desde Alicante a València, sin omitir ninguno de los episodios meteoroológicos con los que se ha tropezado, con los nombres de cada punto de esa geografía y las peculiaridades vistas en cada uno de ellos, en las rutas que los enlazan. Me ha gustado en especial que Lagardera no omite en su relato, la ausencia de policias en puntos conflictivos y la dificultad para obtener información necesaria y puntual para evaluar los riesgos que en estos casos supone tomar una ruta ú otra.

El artículo me ha parecido redondo, pero su cita final no hay que perdérsela, una letra de Raimon que dice así: "al meu país la pluja no sap ploure, o plou poc o plou massa....qui portarà la pluja a escola?.."

Por cierto, cuando aún estoy a medias con la entrada de hoy, ha llovido. He bajado al Paki, a por unas cebollas para los calamares encebollados de la comida familiar de hoy, no llovía, pero al salir me ha caído un chaparrón encima. ¿Como llamar a esta inestabilidad?, lluvias intermitentes, ¿no?, unas veces llueve y otras no, en unos lugares y en otros no.

Lo de diluvio o amenaza, parece un exceso sensacionalista, alejado del rigor periodístico que se debe exigir a los medios de información. Ahora viene la demostración de lo que digo:

Ayer por la tarde nos aventuramos mi mujer y yo a bajar a la calle. El barrio estaba atestado de coches mal estacionados porque se celebraba un partido de basket en el cercano pabellón deportivo, huyendo de esa aglomeración nos dirigimos a un lugar del barrio que nunca habíamos visitado a esa hora, con esa luz.

Una via peatonal, flanqueada por una arboleda de hoja caduca, que discurre desde cerca del parque de bomberos hasta los aledaños del Colegio de Médicos. Cuando alcanzamos un tercio del recorrido, no podíamos creer lo que veíamos, un espectáculo de hojas doradas en las copas de los árboles, iluminado por la luz previa al ocaso, que ponía matices púrpura en la alfombra vegetal que cubría casi todo el suelo del paseo, y una variación en los tonos de las hojas que aún permanecian vivas, que me recordó una litografía con la reproducción de un cuadro de Van Gogh que tengo colgada en el pasillo de casa.

Un espectáculo cromático tan típico del otoño, como si estuviéramos en la ribera del Guadalaviar en Albarracín, o en algún lugar de la serranía valenciana, con el añadido de que la ausencia de presencia humana en el paseo --estaban todos en el basket-- creaba una atmósfera mágica en el lugar.."

No encontrarán este aspecto del otoño, tan real como otros, en los medios de comunicación. Ellos se empeñan en decir: Llueve. Aunque no lo hace siempre, ni en todas partes.

En fin. Otoño.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 18 11 18.

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