viernes, 30 de noviembre de 2018

MÉXICO D.F.

"He bajado al Café Maravas, a las 9,30, después de haber dormido ocho horas seguidas, gracias al cuarto de pastilla con una terrorífica lista de efectos secundarios en su prospecto que tomé anoche, sin que ninguna de esas advertencias se haya materializado.

Luego de tomar un aromático café cortado, en taza, y un zumo de naranja de botella, he pegado la hebra con el merchero culto a quien conocía de vista, pero con el que nunca había conversado. La conversación se ha alargado hasta las diez y media.

Antes de que el merchero me vendiera una pulsera de Swarovski, un regalo para mi mujer, para celebrar las próximas fiestas navideñas, se ha extendido en su relato de cuando estuvo tres años en tierras mejicanas, los lugares que visitó y su residencia en México DF en los primeros ochenta, cuando se podía pasear por las calles sin temor a las agresiones de los grupos de delincuentes que han convertido después algunos lugares en algunos Estados, en trampas para los viandantes sujetos a ese clima de violencia.

Decía el merchero que quedó impresionado con la dimensión urbana de ciudad de México, que, según el, equivale a la de Madrid, Barcelona y València reunidas en un todo.Cuatro de mis familiares hicieron de México D.F. su residencia habitual. Cuando sus padres murieron, Vicente y Rosa se instalaron en València. Vicente hace años que falleció, por una dolencia cardíaca, de Rosa no sabemos nada, estuvo mal de salud pero hemos perdido el contacto. Rosa, si lées esto, dí algo, por favor.

Dedico esta página a México D.F., por otras razones. Cuando publiqué en el blog el relato corto 'Doña Elisa y sus siete faldas', en el que un personaje ficticio, Doña Elisa, supuesta matriarca del clan de los Salinas, viaja con su Rolls por dos pueblos, también inventados, Chigualpenango, Popocuactil, para comprar los dólares que los gringos dejan en los prostíbulos en los dias feriados, que luego ingresa en el First National Bank al otro lado de la frontera, empezaron a acudir por primera vez al blog los usuarios de México.

Desde entonces, México sigue siendo el origen, alguna vez, de las visitas al blog, aunque, como curiosidad, añadiré que uno de esos usuarios me llamó en su comentario 'hijo de la chingada', en una página, Biomecatrónica, que era un elogio a las investigaciones del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en territorio Usa y claro, como se vé que el usuario mexicano era antiyankee, se enfadó conmigo.

Dejo lo de México y paso a lo de noviembre. Buscando otra cosa en Google he visto que ha incorpordo a su índice de mis contenidos una página de la que no tenía memoria. Variable/Invariable', de cuyo texto se desprende que en noviembre de 2017 publiqué 29 entradas en 30 dias.

Consulto ahora las estadísticas y veo que este mes van a ser 28 de 30. Una productividad insólita en otros meses, pues, la media mas frecuente es 20 de 30, y muchos meses se quedan por debajo de esa cifra.

Me he preguntado, ¿que está pasando para que mi productividad aumente, aunque solo en la escritura, en noviembre? Encuentro la respuesta en un ya lejano pasado, cuando mi primera crisis de exaltación del ánimo, por decirlo en plan fino, sucedió precisamente, en noviembre.

Recuerdo con claridad que los años que sucedieron a aquel primer episodio, que fué algo dramático, y me tuvo un mes en cama con antipsicóticos, cuando se acercaba el mes de noviembre, entraba en un cuarto de casa donde tenía una pìzarra, y trataba de exorcizar mis temores a una recaída, escribiéndolos con tiza en la pizarra.

Aunque luego la cosa fué mejor y no volví a tener una crisis tan grave como la primera, no faltaron episodios de inestabilidad, aunque ya no requirieron baja médica, y pude continuar mi vida laboral y familiar con un grado de normalidad aceptable.

Hasta hoy, más de treinta años después de aquello, no he vuelto a tomar conciencia del peso de noviembre en mi ánimo creativo, y del riesgo que supone para la salud no tenerlo bien controlado. Por suerte, ahora tengo a la doctora Palop que vigila la cantidad de litio en mi sangre mediante las litemias, y controla lo que ella llama mi hiperactividad, yo prefiero hipercreatividad, con solo un cuarto de pastillita cuyas contraindicaciones, si las lées, son una autëntica película de terror."

Un saludo cibernauta.

En fin. México D.F.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 30 11 18.

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