sábado, 22 de diciembre de 2018

EL GORDO DE NAVIDAD

"Hoy no he bajado al Café Maravas, para eludir el acoso de la reina de las mercheras que ayer, con sus exigencias y sus desvaríos me puso de mala leche, he preferido ir a La Fuente, un poco tarde, porque anoche nos acostamos a la una, después de cenar, con Lola y Antoni, en La Fuente, puntillas, champiñones, camembert frito y fritura de boqueron y calamares, más seis cervezas Alhambra, 10 pavos por persona, bien, ¿no?, y jugar luego en casa dos partidas al Rummy, que perdí, como siempre.

Al entrar en La Fuente me ha sorprendido gratamente, porque no sabía que día es hoy, encontrarme con la gran pantalla de televisión que está frente a la barra retransmitiendo el sorteo de la lotería nacional que se celebra cada año con motivo de la Navidad.

A este importante suceso le llamamos algunos el gordo de Navidad, mirando la tele he averiguado el origen de este mote, un tipo gordo, con cara de mala leche, presidía el ritual de salida de las bolas del bombo.

Cuando he vuelto a casa, ya habían salido un par de premios, alguno en Foios, València, y mi mujer está ahora viendo la tele con nuestro único décimo jugado a la vista, el número 37.337, bonito, ¿no?, aunque es poco pobable que salgamos de pobres porque, ayer tarde, vi por la tele a un matemático demostrar la baja probabilidad de los premios, poniendo un grano de arroz Basmati, mezclado con la cantidad de arroz autóctono necesaria para hacer una paella, extraer luego diez granos de esa mezcla, sin que el Basmati apareciera en su mano por parte alguna.

Cuando estudié, en la facultad de Valencia, Ciencias (?) Económicas, años después de obtener la licenciatura, empecé tardíamente, una tésis doctoral, que nunca terminé, con el lema A>P. El azar tiene un efecto mayor en nuestras vidas que la planificación.

Nunca pude planificar nada en mi vida, porque mis recurrentes cambios en mi estado de ánimo siempre interrumpían esos intentos de planificación, aunque reconozco que no me ha ido nada mal viviendo sujeto a los imprevistos del azar, se vé que, antes que otra cosa, soy un tipo con suerte.

Empezando por mi mujer, por mis hijos, por mis amigos, por mi vida laboral, todo me parece tan afortunado que, cuando estoy lúcido pienso que he recibido más de lo que merezco. Igual que cuando visité los cuatro casinos, en la península, en Canarias, en Mónaco, y por ahí, conocer el calculo probabilístico me permitió ganar, siempre, al Black Jack, y perder, a sabiendas de lo que iba a suceder, en la ruleta.

Cuando escribí aquella Tésis inacabada, como la de Casado y los demás de la Universidad Rey Juan Carlos, lo hice pensando con una mentalidad economicista, porque entonces la planificación de la gestión empresarial estaba muy de moda y todos se habían olvidado del azar, que no solo supera en sus efectos a la planificación, sino que está presente en nuestras vidas, incluso antes de nacer, con la carga genética que a lo largo de la vida determina si vamos a ser personas sanas, o sujetos de patologías producto de la herencia genética.

No tengo constancia de que en mi familia hubieran ancestros con taras que he podido heredar, así que lo mío no es genético, sino fabricado por mi mismo, pero estoy contento con el azar, que me ha tratado bastante bien, a pesar de lo mal que me miró mi mujer ayer, en el bus, al ver que hablaba, más de la cuenta, con desconocidos, aunque lo  único que dije a un extraño que conversaba en voz muy alta con otro viajero, y presumía de su edad, fué:

Cuántos años tiene?  --Setenta y cinco --Esos son los que no tiene, porque ya los ha vivido, los que tiene, no sabe cuántos son.

El hombre no contestó, no pareció entender el sentido de lo que le dije, pero el otro hombre con quien conversaba hizo un gesto de aprobación, muy expresivo, le gustó la frase, añadí que no era mía, sino de Alejandro Casona, en boca de un personaje de la Dama del Alba."

Lo dejo, voy a sentarme frente a la tele, a ver si me toca, o no, el gordo. Va a ser que no, estoy seguro, aunque estoy igualmente seguro de que a algunos les saldrá.

Un saludo cibernauta.

En fin. El Gordo de Navidad.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 22 12 18.

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