viernes, 7 de diciembre de 2018

LA MÚSICA DE LAS PALABRAS (2)

"He bajado al Café Maravas un poco tarde, porque me he despertado a las once de la mañana, por el efecto de la terrorífica media pastillita que tomo para regular mis ciclos de sueño. A juzgar por los resultados, media parece demasiado, y un cuarto, demasiado poco. Tendrá que ser cuarto y mitad. Hasta que no hable con la doctora Palop, seguiré como hasta ahora, soy de la opinión de que si te pones en manos de un doctor, has de ser consecuente con sus prescripciones y no cambiarlas sin escuchar su criterio.

A lo que iba. Las palabras escuchadas, en particular las de los líderes políticos mas mediáticos, son música, o al menos te pueden sonar a música, sea celestial, terrenal, o incluso infernal, según el oído musical de cada uno. Pero hoy me quiero referir a la música de la palabra escrita. En la entrada de ayer me referí a la musicalidad de los poemas de Vicente Aleixandre. Hoy, mientras tomaba café en el Maravas, he dado un vistazo a 'Levante', sin ver nada, salvo los titulares, porque no llevaba las gafas de lupa, pero he comprobado enseguida que la 2 lleva un artículo de Millás.

La música de la palabra escrita de Millás me fascina desde hace décadas, así que, aunque he de ocuparme de preparar la fideuá, ahí va el concierto de música contemporánea, la palabra escrita de Millás, Vanguardia.

 "Nunca distinguí bien la frontera entre la Física y la Quimica. Pregunté en su día a un profesor porqué existía la metafísica y no la metaquímica y no obtuve respuesta. La gente dice de dos personas que se llevan bien que hay química entre ellas. ¿Porqué no física?. Bueno, tengo esa frustración: la de no entender o la de entender a medias.

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(Interrumpo la transcripción del artículo de Millás, para ir a la cocina a preparar la comida. Me gusta disponer en el banco de la cocina los ingredientes de la fideuá, y hacer inventario, para que nada se olvide. Hoy, la fideuá de bacalao y gambones ha resutado muy equilibrada, de cocción, de sabor, de ingredientes, sí)

Sigo. "A los seis años los Reyes me trajeron un mecano con un pequeño motor eléctrico del que disfruté mucho. La idea del mecano me viene con frecuencia a la memoria cuando escucho hablar de trasplantes de órganos. Que a mi me puedan colocar el corazón o el hígado de un muerto y que la cosa funcione, me obliga a pensar en el cuerpo humano como en una máquina. Claro que no ha sido nada fácil llegar al trasplante. Bajo la apariencia del mero cambio físico late la química. Durante muchos años se han tenido que estudiar los procesos de rechazo y ponerles remedio con la medicación adecuada. Quizá la frontera entre la química y la física no sea tan clara como sugerían los antiguos libros de texto.

Acabo de tropezar en el periódico con el caso de un trasplante de útero de una mujer muerta a una viva, lo que constituye una hazaña de carácter físico-químico. Pero lo más espectacular es que de ese útero trasplantado ha nacido una niña cuya gestación y parto han transcurrido normalmente. He ahí un doble salto que sugiere la existencia no solo de una metafísica ,sino también de una metaquímica. Frente a esta clase de sucesos lo normal es la perplejidad, la frustración de no haberse dedicado uno a la ciencia. Hoy, la vanguardia de todo, incluso de la literatura, está en la ciencia. Juro que de joven intuí que las cosas sucederían de este modo, pero supe también que carecía del talento preciso para comprender la utilidad de la Tabla Periódica.

Esa niña alumbrada desde un útero que no era de su madre es una novela de vanguardia. Cada uno de sus órganos constituye un capítulo. Sus orejas, su lengua, sus globos oculares, sus bracitos, sus piernas constituyen las diferentes partes de un relato que nos extraña de la realidad al tiempo de sumergirnos en ella. La física, lo queramos o no, acaba por conducirnos a la química. Otro asunto es que la entendamos, o que ella nos entienda a nosotros."

Bien, que les parece el contenido de este artículo de Millás, a mi, musicalmente hablando me ha parecido un concierto de música contemporánea. Hace años asistí a un evento musical en el Ivam. Música contemporánea, un concierto extraordinario en el que los músicos destrozaban un piano, arrastraban los violines atados a una cuerda por las escalinatas del museo, ante la presencia atónita del público, que no acababa de entender aquello.

El artículo de Millás, en cambio, tan vanguardista como aquel evento musical, se entiende y conserva la armonía argumental presente en casi todos sus escritos.

Tengo una duda, ¿he de pagar derechos de autor por traer al blog el texto íntegro del artículo de Millás en la 2 de Levante de hoy?. Si es así, me decis cuanto, cómo y donde he de pagar, y yo lo pago.

Por cierto, esta tarde nos vamos de concierto, con Lola y Antoni, a Bombas Gens. Una experiencia inédita, música con tres intérpretes, a la vez que se contemplan los cuadros de Ana, no sé qué. Un intento de unir la plástica y la música en un solo universo de sensaciones. "

Ya lo contaré, o no.

En fin. La Música de las Palabras(2).

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 7 12 18.

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