martes, 25 de diciembre de 2018

LA BARRACA DEL CASTILLO

"He bajado a tomar café a 'La barraca del castillo', un establecimiento hostelero regentado por una familia china, aunque está alejado de las calles que frecuento, es el único que abre hoy. No les he preguntado si son Taoístas, Budistas o Confucionistas, pero es evidente que no celebran la Nochebuena, ni la Navidad. ¿Porque le llaman Nochebuena?, después de mi experiencia de esta noche yo le llamaría Nochemixta, porque ha habido de todo.

 A las nueve llegaron los invitados, entre los anfitriones --nosotros-- los hijos y nietos, fuimos ocho, porque la pareja de Quique se quedó con su familia. No doy detalles de la cena, porque ya publiqué ayer el menú, solo puntualizar que en la ensalada de salmón no puse aceitunas de Kalamata, sino unas algas buenísimas, la ensalada tuvo tanto éxito que Mónica afirmó --voy a copiarla. Ella trajo el postre, un helado a base de Yogur, Quique trajo el vino y el cava.

Después de cenar, subimos a casa de mis sobrinos y sus hijos, en total, eramos dieciocho, incluyendo a Alba que ha regresado para estas fiestas de su Erasmus en Hungría. Una velada magnïfica, con cantos colectivos, panderetas y todo eso.

Hasta ahí, una Nochebuena típica, perfecta. Me fuí a la cama a las dos de la madrugada. A las cuatro ya estaba en vela, porque no tomé la pastilla. Una hora y media terrorífica, con la resaca del vino, el cava, el sorbete de limón,  la fanta, el jodido postre de yogur, y un episodio intestinal medio fallido que me puso de los nervios.

Después de fumar un rato, y mirar el ordenador, no había nada nuevo, me fuí de nuevo a la cama y he podido dormir tres horas, no es bastante, pero vaya, este es mi argumento para que se cambie el nombre de Nochebuena a Nochemixta, buena, pero no tanto.

Por suerte, después de darme una ducha y vestirme con el traje de rayas diplomáticas, cuando me he dejado caer por 'La Barraca del Castillo', la experiencia me ha parecido no solo interesante, sino digna de ser contada, de modo somero.

Cuando estaba tomando un café cortado en taza, ha entrado al local una mujer fumadora, de aspecto firme. Tan fumadora que, mientras pedía su café, ya llevaba el cigarrillo en la boca. Tan firme que, cuando he salido a fumar fuera con el vaso de agua mineral, al salir ella, ha desplazado sin contemplaciones el vaso que yo tenía sobre el estante que hay fuera, para poner su taza de café.

 Yo ya me había percatado de la firmeza de su carácter por el modo en que se ha dirigido a la china de la barra para hacer su pedido. Después de ese primer gesto, ha dicho algo sobre la Educación, yo he respondido ¿Educación? que es eso. Luego he pegado la hebra con ella, aunque más bien, ha sido un monólogo por su parte.

No sé como, ha comenzado a contarme la historia de su padre, y he visto como se emocionaba y su aparente firmeza se volvía fragilidad, por la emoción.

Su padre, ahora casi nonagenario, nació en los años treinta del siglo pasado, en un pueblito sevillano. Comenzó a trabajar en el campo, desde los siete años. Como pasaban hambre, por las noches se compinchaba con un amiguete y se iban a robar una parte de los productos de cosecha, para poder comer. Una noche le dijo a su amiguete, mira como brilla esa sandía, vamos a por ella. El brillo resultó ser el de un tricornio de un guardia civil, y la confusión les costó una noche de calabozo.

Una infancia terrible ¿no?., sobre todo porque después llegó la guerra. Hemos concluído que la Educación es una cosa compleja, la suma de factores genéticos, ambientales, sociales, entre otros.

Cuando contaba que su padre nunca fué a la escuela y que a pesar de eso nunca se dejó engañar por nadie, que mejoró su vida con la emigración, y que todavía lo tiene en casa,  al decirlo, su expresión emocionada desmentía mi primera impresión de firmeza.

Un breve comentario sobre nuestra respectiva infancia y primera adolescencia ha desvelado una coincidencia. Tanto su madre, como la mía, nos ponían a veces para comer, sopas de ajo con ancas de rana. "

"Gracias a esta familia china, que abre su local el día de Navidad, he podido aprovechar esa circunstancia para volver a mi rutina diaria, a pesar de que el Maravas y La Fuente, permanecen hoy cerrados a cal y canto.

Otra cosa positiva es que, después de tomar café, he dado un paseo de hora y media por el barrio, y mis problemas intestinales de la madruga han desaparecido, con una defecación normal, exenta de sangre, abundante y lograda sin esfuerzo, perdón por el detalle escatológico, la escatología es para mi tan importante como la educación, que le voy a hacer. "

 Viva 'La Barraca del Castillo', y sus propietarios, que abren de 7 de la mañana a 12 de la noche, de lunes a domingo, no importa que sea Navidad o cualquier fiesta de guardar.

Un saludo cibernauta a los usuarios de Italia, España, Francia, Portugal, Rusia, Brasil, Alemania, Rumanía, Turquía, Usa, entre otros, que han venido hoy por aquí.

En fin. La Barraca del Castillo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25 12 18.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios