miércoles, 9 de diciembre de 2009

DEUDA Y PODER

El cuerpo desnudo de Jackie Onassis, antes Jackie Kennedy, Jackie para los amigos, ha sido expuesto, en diversas posturas, en las fotos publicadas en el último magazine de El País, obtenidas mientras paseaba su glamour -- hace decenios-- por la isla de Scorpios. A su marido de entonces, Aristóteles Onassis, uno de los hombres mas ricos de su tiempo, se le atribuye una frase que probablemente nunca dijo, pero que viene al pelo para la entrada de hoy.

'Si quieres llegar a ser un hombre poderoso has de acumular deudas enormes, de tal modo que alcanzado ese punto en que el tamaño de tus deudas te impide devolverlas, impida también a tus acreedores ejecutarlas, pues el quebranto para ellos de su impago no sería menor que el tuyo'.

Lo que, en lenguaje soez, pero mas inteligible, se puede expresar así, 'A los bancos hay que tenerlos pillados por los huevos'.

Esa filosofía ha estado muy presente, y de un modo formidable en los últimos quince años, aunque en diferentes versiones.

A nivel doméstico, el endeudamiento también ha sido muy popular. Recuerdo el consejo de un neurólogo y psiquiatra a uno de sus pacientes, aquejado de estrés. 'Trabaje menos. Recurra al endeudamiento.'

Hasta tal punto se extendió el recurso a la deuda de personas, familias, empresas y Estados, que hubo que crear agencias especializadas que dictaminaran sobre la calidad de las deudas, pero esas entidades no sirvieron para evitar el crecimiento desmesurado de las promesas de pago de toda índole, solo sirven, en este momento, para que las Bolsas caigan cada vez que sus diagnósticos se hacen públicos rebajando la calidad de tal o cual deuda pública.

'El País' de hoy informa de que 'La Bolsa y los bonos de Grecia se desplomaron ayer ante la creciente preocupación por el elevado endeudamiento del país. La agencia Fitch rebajó la calificación de solvencia y Bruselas ofreció apoyo al gobierno para diseñar un plan de saneamiento.'

Apenas nos hemos recuperado del fiasco de las finanzas de Dubai, al que dediqué la página 'Las cuentas del Emir', cuando nuevamente nos sacude la preocupación de los mercados. Intuyo que, agotada la primera oleada de fondos públicos para el rescate de la economía y de los sistemas financieros, el virus de la recesión vuelve a repuntar, como un signo de que el paciente no se ha recuperado del todo.

Ahora son los griegos quienes reciben la visita de las agencias de calificación, que rebajan sus calificaciones de solvencia. ¿Quienes serán los próximos? Los griegos, al menos, tienen a Heráclito, el primero de quien se tiene noticia que enunció una teoría dinámica, aquello de 'No es posible bañarse dos veces en el mismo río' Ese filósofo ya avisó de la velocidad a la que transcurre todo lo humano. Tanta que, en un par de años, se puede pasar de la prosperidad mas extendida, a un estado de necesidad que, en casos determinados, puede aproximarse a la miseria.

Se vuelve a oír hablar de los mercados de divisas --que hasta ahora se habían mantenido alejados de las perturbaciones financieras-- del dólar y el yuan, de una posible cesta mundial de divisas, y todo eso me suena a que el dichoso virus no solo afecta a la salud económica y financiera de los diversos países, sino que puede extenderse a los mercados de divisas, lo que parece indicar una mayor inestabilidad.

El recurso a la deuda no ha sido universal. Hay excepciones. Tengo un vecino que solía decir esta frase a sus amigos, 'Soy tan pobre que no tengo hipoteca'. La empleaba para reflejar su falta de ambiciones en materia de prosperidad material, que también se puede interpretar como un signo de conformismo.

En cierta ocasión, suscribió una póliza de seguros porque había pedido un crédito personal para pagar el inmueble donde vive y, cuando canceló la deuda, fue a cancelar el seguro. El agente lo miró como si fuera un bicho raro, --Pero hombre, ¿no tiene usted ambiciones, no quiere comprarse un chalet, cambiar de coche..? Mi vecino canceló el seguro, pero salió de la oficina con una cierta sensación de que era un gusano mezquino, ajeno a las oportunidades de progreso material que el mundo le ofrecía.

Cuando rompió la tarjeta de crédito, hace unos quince años, le sucedió lo mismo. La agente de viajes que se la pidió para cobrarse el anticipo de un viaje, se quedó de piedra cuando le pagó en efectivo y le dijo que no tenía tarjeta, ni móvil. Lo miró como si fuera un marciano.

Mi vecino dice que ahora se da cuenta de que todos estos años ha vivido a contracorriente, que ha administrado su vida con una relativa austeridad y con el sencillo criterio de no gastar mas de lo que ingresaba. Mientras que el mundo entero, multitud de personas, familias, empresas y Estados han disfrutado de un envidiable crecimiento de su patrimonio material, haciendo uso del recurso de la deuda, el se ha comportado como un marciano en un planeta ajeno.

Afirma que espera y confía que las medidas que se están tomando para ayudar a la recuperación mundial tengan éxito pronto. No le resulta agradable ver a las gentes que se sentían felices con sus propiedades materiales, amenazadas por la crisis. El hecho de que el haya renunciado al endeudamiento, no rebaja ni un ápice, eso dice, sus buenos deseos hacia los endeudados en crisis, pero no extiende ese deseo a quienes han utilizado el endeudamiento desorbitado como una fuente de poder personal.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 9-12-09.

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