jueves, 10 de diciembre de 2009

MARRUECOS NO ES LA VÍCTIMA

Hace semanas que sigo por la prensa la historia de la activista saharaui en huelga de hambre en territorio español, pero me he abstenido de comentario alguno porque me parecía un tema muy delicado, en el que está en juego una vida humana y me daba cierto pudor intervenir, hasta que he recordado que no dar la propia opinión en un asunto como este puede ser tan insensato como darla sin que te la pidan.

No comparto el discurso de la monarquía marroquí de que parece que hay una conspiración de los países hostiles a Marruecos, Argelia, y alguno más, y que la actitud de la dama saharaui que nos está dando a todos una lección de dignidad sería el resultado de una maquinación política, con el país magrebí en el papel de víctima, cuando todos podemos ver quien es la única víctima de esta situación que tiene tintes kafkianos.

El estado de la opinión pública sobre este asunto puede ser un factor que contribuya a una solución que llegue a tiempo de impedir que Haidar se inmole por su justa causa y en ese sentido, el de contribuir a una opinión mayoritaria, debe quedar bien claro quien es la víctima, y quien el opresor, y no deberíamos pensar, como nos quieren hacer creer, que este es un conflicto enrevesado de diplomacias territoriales, competencias estatales y argumentos políticos, porque se trata de salvar la vida de una persona en peligro, y en este caso debe prevalecer el derecho humanitario sobre cualquier otra consideración.

Es una paradoja que la valentía y la dignidad de una sola mujer, enferma y debilitada, esté llevando la causa saharaui a la actualidad informativa del mundo, mientras que las resoluciones de la Onu sobre el contencioso del Sahara llevan tantos años sin cumplirse que habían dejado de ser noticia.

Gandhi se enfrentó al imperio británico con la misma férrea voluntad de resistencia pacífica, que no pasiva, cuando el pueblo indio era una comunidad sin estado, hasta alcanzar sus objetivos. La comunidad saharaui es también un pueblo sin Estado, al que han construido un muro vergonzante, vigilado por policías que acostumbran a ofender la dignidad de sus habitantes solo por divertirse.

Hasta donde he leído, el pasaporte de Haidar fue retenido por las autoridades marroquíes. En ausencia de esa retención ilegal, la huelga de hambre que nos tiene a todos en vilo, no se habría producido. Entiendo que al monarca marroquí le resulte molesta la actitud desafiante de una mujer. El rey de Marruecos presume de que su país es una monarquía parlamentaria, pero cierra periódicos y mete en la cárcel a los periodistas .El partido mayoritario de su parlamento es un partido pro-monárquico, que dice defender las tradiciones, entre las que no se encuentra la tolerancia con la disidencia femenina.

Si el rey de Marruecos desea ganarse el favor del pueblo, de la opinión pública, de la comunidad internacional, ahora puede hacerlo. Solo debe aplicar una medida de justicia en favor de los derechos humanos, debe remover los obstáculos que impiden a Haidar volver a su casa, sin exigir que ésta le pida clemencia. No lo hará. Es una mujer. Tiene dignidad. Vive en El Ayun y solo quiere volver a casa, eso sí, sin perder su dignidad.

Sería mas sensato que el rey de Marruecos se mostrara justo y respetuoso con los derechos ajenos, ahora, antes de verse obligado a hacerlo por la presión internacional, cuando sea demasiado tarde.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 10-12-09.

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