viernes, 25 de diciembre de 2009

LOS 400.000

He bajado al Maravillas, pero hoy no abre. Me he acercado al quiosco, estaba cerrado. He caído en la cuenta de que hoy es Navidad, así que no he intentado encontrar la barra de pan que compro habitualmente. Por otra parte, hay sobras de anoche, no lo necesitamos. No tengo nada contra la Navidad, al contrario que otros que reniegan de su lado kitsch. Me parece el residuo de una festividad que ha perdido sus raíces, pero aún conserva su capacidad de acercar a las personas. Solo por eso, por sus efectos transitorios y puntuales en el nivel de comunicación afectiva en un mundo marcado por el aislamiento emocional, merece ser celebrada.

Hoy no hay prensa escrita, porque los puntos de distribución de periódicos están cerrados. Otros medios, como la radio y la televisión, siguen activos. En 'El País' de ayer leí un titular que cifraba en algo mas de cuatrocientos mil el número de ejemplares vendidos. Al parecer, esa tirada supera a los demás periódicos de ámbito nacional, por lo que percibí un cierto aire de triunfo en esa noticia,'somos los primeros', venía a decir.

A mi me pareció, sin embargo, una noticia alarmante. Que en un país de 45 millones de habitantes, menos del uno por ciento de su población se interese por la adquisición del primer periódico de ámbito nacional me parece un fracaso preocupante. No un fracaso del periódico, por cierto, un fracaso lector de la población española. Una cosa es la tirada, otra el número de lectores, cada periódico vendido lo lee mas de una persona, pero una tirada tan baja, aún corregida con el índice de lectura, induce a pensar que el número de lectores, en relación con la población, es escandalosamente bajo.

Al parecer la inmensa mayoría de la población, nada menos que un porcentaje que supera el noventa por ciento, no es consciente de que el periodismo escrito es un baluarte en la defensa de las libertades públicas, cuya labor, además de informar, se materializa en la denuncia permanente de los abusos que se cometen desde el poder en perjuicio de los ciudadanos, y que esa información nos llega porque las empresas periodísticas dedican una cantidad de tiempo, esfuerzo y recursos a su elaboración documentada, que no están al alcance de quienes practicamos un cierto periodismo 'amateur'.

Es necesaria una defensa enérgica del periodismo escrito, entre otras razones, porque sus contenidos son, generalmente, mas extensos y analíticos que las noticias escuetas que aparecen y desaparecen como un flash en las pantallas de televisión, para ser sustituidas por otras, sin apenas tiempo para asimilarlas.

Un país en el que mas del noventa por ciento de su población no se interesa por adquirir la prensa escrita, recuerda demasiado el conglomerado de analfabetismo y atraso en el que se movía como pez en el agua el caciquismo del siglo diecinueve.

El hecho de que haya una presencia de internautas en la Red que supera los veinticinco millones de usuarios, solo en este país, y que en esa Red estén presentes las versiones digitales de los diarios escritos, no invalida las razones que demandan una enérgica defensa en favor del periodismo escrito, porque son sus estructuras, su profesionalidad, las que permiten la circulación en la Red de una corriente crítica de opinión que se nutre, entre otras, de esas informaciones.

Ignoro como se puede hacer, pero hasta que las tiradas de los medios escritos no alcancen las siete cifras, tengo la descorazonadora sensación de que los indicadores que miden la importancia relativa de este país entre los demás países europeos, adolecen de un sistema de medición equivocado, al ignorar el índice de lectura de periódicos como un signo de progreso democrático.

La inclusión de ese índice junto a otros indicadores económicos, demasiado autocomplacientes hasta hace poco, aunque ahora están de capa caída, podría actuar como un revulsivo para derribar esa barrera de los 400.000, que, aunque a alguna empresa periodística le parezca que la sitúa la primera entre sus pares, desde mi punto de vista nos sitúa a los españoles muy cerca de la lacra del analfabetismo y el atraso seculares que propiciaron la perpetuación de una clase caciquil y abusiva.

En fin. Después de mucho buscar, he podido tomar un café con leche en Valiente, aunque no había prensa. Por lo demás, el pollo de corral relleno de anoche, gracias a la aportación de mi hijo mayor que se tiró cuatro horas preparando la salsa –es un cocinillas-- a la que añadió unos gajos de naranja naturales, y tuvo la santa paciencia de cortar la corteza en finas tiras y escaldarlas tres veces, para redondear la presentación del plato, resultó francamente bien.

A los de 'El País', les sugiero que se muevan en Bruselas para conseguir que la elevación de los índices de lectura de la prensa escrita sea un objetivo europeo. No solo de salir de la crisis vive el hombre. A ellos y a los demás, ¡Felices fiestas!.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 25-12-09.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios