viernes, 4 de diciembre de 2009

LARGA VIDA

El aumento de la longevidad y la tardía incorporación de los jóvenes al mercado de trabajo, de la que se habla menos, son las dos fuerzas de la tenaza que presiona los sistemas de pensiones, de los que se dice que pueden perder su suficiencia financiera a largo plazo, digamos dentro de quince o veinte años.

Una mayor longevidad de los beneficiarios del sistema conlleva la necesidad de mas recursos financieros para atender las prestaciones, mientras que el retraso, respecto a generaciones anteriores, en la incorporación de los jóvenes al mercado laboral, supone menores cotizaciones.

La acción combinada de ambos factores permite la elaboración de proyecciones cuyos resultados indican, en ausencia de otras variables de corrección de esas tendencias, que la estructura actual de los sistemas de pensiones no se puede mantener de manera indefinida.

Dejando de lado la demografía, los cálculos actuariales y las proyecciones estadísticas, mi propia experiencia personal creo que ilustra muy bien los cambios de toda índole experimentados en los últimos decenios, en la población, en la longevidad y en los mercados laborales.

Comencé a trabajar, por cuenta ajena, antes de los trece años. La edad mínima legal para trabajar entonces estaba fijada en catorce años, por lo que hubo de pasar año y medio para que empezara a cotizar en la seguridad social. Se comprende con este ejemplo la diferencia radical entre los retos que afrontaban los sistemas de protección de entonces y los actuales.

Una vida laboral tan larga, da para mucho. A mi me dio, mientras trabajaba, para licenciarme en Económicas después de los veinticinco años, obtener un master en Auditoría Financiera en la Universidad de Valencia, y dar muchos tumbos después en algo mas de media docena de empresas privadas. Un currículo del que no me siento particularmente orgulloso. Es el que me tocó.

Quiere esto decir, que las nuevas necesidades que se derivan de los tremendos cambios sociológicos, demográficos, educacionales y laborales de las últimas décadas, es lógico que pongan en cuestión los sistemas de protección social que tienen unas estructuras que vienen del pasado.

A mi no me parece mal que nuestros políticos comiencen a pensar, por fin, en términos de largo plazo. Los hemos criticado hasta la saciedad porque sus miras solo alcanzaban hasta la próxima cita electoral. Sin desconocer las críticas de la oposición, que afirma de modo insistente que el gobierno pone el punto de vista en el futuro, para escapar de la desolación del presente, creo que hay dos temas, los sistemas de pensiones y el cambio climático, que requieren esa altura de miras, el abandono de la miopía de la inmediatez, para proyectar las acciones de gobierno actuales de acuerdo con las tendencias que parecen marcar el futuro.

Un futuro que ya no nos pertenece a quienes venimos de realidades y sistemas anteriores, pertenece a esos jóvenes que se están incorporando tarde al mercado de trabajo y, probablemente, abandonarán la vida laboral activa mas tarde que los de mi generación.

Ese futuro, es bastante previsible en los aspectos mencionados, pero mucho mas aleatorio y complicado en lo que se refiere al medio ambiente en el que vivirán esos jóvenes en el año 2.020. Les deseo una larga vida a todos ellos, y celebro que los políticos actuales comiencen a pensar en términos de futuro, en los diez o veinte años venideros.

'Levante' lleva hoy en la portada el dato de que Heliópolis ha vivido el noviembre más caluroso de su historia. 'Noviembre ha sido también el mas cálido en los últimos cuarenta años en el conjunto de la C. Valenciana, mientras la sequía hace estragos en el Júcar.....'.

Estamos hablando de datos, no de sensacionalismo. Estos días se han dado a la publicidad correos electrónicos pirateados de algún científico dedicado a la investigación del cambio climático, al parecer no muy cuidadoso en el manejo de los datos con los que apoyaba sus hipótesis.

Seguro que hay gente que intenta vender el cambio climático con motivaciones no altruistas, pero eso no es motivo suficiente para desautorizar al resto de la comunidad científica que trabaja con el rigor requerido para mostrarnos los riesgos de ese acontecimiento.

Es todavía mas seguro que hay muchos mas interesados, por razones no altruistas, en negar lo que las evidencias científicas anuncian, para que todo siga igual. El saldo entre proyecciones rigurosas de los futuros efectos del cambio climático si no se hace nada para controlarlo, y el negacionismo conservador que se opone al cambio de modelo productivo por la defensa de determinados intereses que están a favor del inmovilismo, es, en mi opinión, claramente contrario a los negacionistas.

Por eso, me parece esperanzador que la comunidad internacional, a través de sus representantes, se ocupe, ahora, de poner en marcha las medidas necesarias para que los jóvenes actuales, que seguramente van a tener una larga vida, aunque se jubilen mas tarde que las generaciones anteriores, puedan vivir en un entorno habitable, y que, por fin, nuestros políticos, se ocupen de las cuestiones que exigen una visión de largo plazo, no solo de las que afectan a la próxima convocatoria electoral, sin que ello signifique que dejen de atender los requerimientos del complicado presente.

En fin. Larga vida a los jóvenes. La mía camina hacia la natural decadencia añosa.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 4-12-09.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios