lunes, 21 de diciembre de 2009

UNA PIEDRA EN EL BOLSILLO

He bajado al Maravillas y en la primera de 'Levante' he visto la foto de una fuente pública helada, junto al valor mínimo de las temperaturas registradas la pasada madrugada en Heliópolis. Diez bajo cero en la Sierra de Mariola. Para los mediterráneos, acostumbrados a un clima mas bonancible, eso es casi un ambiente de tundra siberiana. Dudo si mañana iré a visitar a mis amigos de Teruel, en tren, o si habré de quedarme junto a la estufa, sin viajar. Espero salir de dudas con una consulta sobre el estado de esos caminos.

En páginas interiores, la columna de Salvador Vendrell, 'Facebook', cuenta una costumbre de los indios Kiowa. Cuando un miembro de la tribu tiene un problema, mete una piedra en su bolsillo y camina con ella hasta dar con la solución. Eliminado el problema, tira la piedra y sigue su camino con mas ligereza y mejor ánimo.

Una enseñanza muy útil para un problema muy generalizado, en todos los ámbitos y en todos los grupos sociales. Las páginas de opinión de 'Levante' y las que se ocupan de temas financieros, repiten un concepto, 'Endeudamiento' que, después de leer a Vendrell, se puede identificar como la piedra en el bolsillo que llevamos todos.

En la página Impagos, del día 19, me mostraba partidario del embargo de los activos de Díaz Ferrán para proteger los recursos públicos de la seguridad social de sus impagos. Hoy me entero de que un banco inglés se ha adelantado y ha inmovilizado sus aviones.

Al reflexionar sobre el asunto caigo en la cuenta de que todos, incluso quienes no hemos recurrido a la deuda para aumentar nuestra prosperidad material, llevamos una piedra en el bolsillo porque los Estados, para apuntalar un sistema que, al parecer, no se sostiene solo, nos han endeudado de tal modo que, siguiendo mi propia lógica, nuestros acreedores exteriores podrían pedir el embargo de los bienes de todos los españoles que, activa o pasivamente, somos titulares de esa deuda.

Es probable que los ciudadanos de a pié solo podamos sacar esa piedra del bolsillo, antes o después, a través de la elevación de los precios y los impuestos que son las fuentes de recursos de las empresas y del Estado.

Las empresas, por boca de sus representantes, ya han presentado propuestas de soluciones a su particular piedra en el bolsillo por la vía de pedir un montón de pasta, al menos aquí. Bueno. Mi opinión es que ha pasado el tiempo de los diagnósticos y los discursos, y ahora deben ponerse a trabajar.

La mayoría de los empresarios piensan que reforzar el sistema capitalista –el único que conocemos-- es la única opción para remontar la crisis. Conozco algunos empresarios libertarios, sin embargo, que a pesar de vivir en y del capitalismo, no han abdicado de la utopía. Hay algo contradictorio en ese toque a rebato para defender el capitalismo, y la poca aplicación de sus principios que hacen nuestros empresarios.

Aunque la vinculación que estableció Max Weber entre ética calvinista y desarrollo del capitalismo ha sido puesta en cuestión, cuesta reconocer que el trabajo, el esfuerzo y el ahorro, tres virtudes calvinistas, no tengan nada que ver con el proceso de acumulación de recursos que lanzó a rodar la bola del capitalismo, hasta que la gran crisis la ha detenido.

Mi impresión es que lo que necesitan nuestros empresarios con urgencia, además de una razonable ayuda financiera que no pongo del todo en cuestión, sin conocer las cifras, es una adecuada combinación de ética calvinista y sabiduría kiowa, ambas sostienen el sistema que ellos prefieren, pero si no las aplican , si no dan por concluida la etapa de diagnósticos y declaraciones, y se ponen a trabajar en lo suyo con fervor calvinista, nadie les sacará la piedra del bolsillo.

Ya termino, pero antes, una mención a la entrañable columna de Emili Piera en las páginas de opinión de 'Levante' Nunca me pierdo su lectura, pero hoy es lunes, y los lunes, nunca la publica.

Que bien se lo monta, Emili.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 21-12-09.

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