"Después del café fallido en Valiente, me acerqué al bar de los locos, ya abierto, que tiene un quiosco anejo, comunicado a través de un estrecho pasillo, pero la prensa no había llegado. He pedido un agua mineral con gas, mientras espero la prensa, para limpiarme la boca de los restos de los posos del café, pero el contenido de la botella parecía un sólido resto arqueológico del glaciar alpino.
Como hoy tengo un buen día, del mismo modo que no he protestado a quien me sirvió el café, decido no devolver el agua y esperar a que se licúe. Una decisión que me ha permitido observar de cerca, con atención científica, dos procesos interesantes.
La congelación destruye el carbónico --no lo sabía-- pues lo que ha quedado después de que el resto de hielo haya pasado al estado líquido es un agua con tan poca concentración de anhidrido carbónico que parece un producto distinto al que he pedido.
Además, al constatar el breve lapso de tiempo en el que el cuerpo sólido del interior de la botella se ha transformado en líquido, he percibido la evidencia de que la mañana de hoy va a ser una de las mas calurosas de este incipiente verano, información para mi mas valiosa, por su inequívoca certidumbre, que las estimaciones predictivas oficiales que, normalmente, se refieren a espacios geofráficos amplios, pero no descienden al detalle del microclima dominguero de la calle donde vivo.
Al ierminar mi modesta acción experimental, la prensa ha llegado, pero hoy no comentaré su contenido. El informático ha instalado un sistema operativo de emergencia en el ordenador. Ayer, eufórico por esa novedad, redacté dos entradas para el blog, 'La foto' y 'La prisa de Penélope'. al intentar volcarlas en la ventana del blog, ya vi que el sistema operativo nuevo no funcionaba mas allá de permitir el acceso a lo ya escrito, así que tengo las entradas escritas que sostienen mi ritmo productivo, pero no puedo publicarlas.
Es menos frustrante no poder publicar por un fallo técnico que por la acción de la censura de los tiempos oscuros. Los millones de usuarios que navegan por el ciberespacio y no vivieron esos tiempos, tal vez no tienen una conciencia plena del grado de libertad del que disfrutan, y quienes disponen de un sistema operativo de última generación, tampoco.
Ya se que existe el Windows 7, pero me dan tanta pereza los cambios...Debe ser cosa de la edad, unida a la tendencia al conformismo. En fin"
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 4-07-10.
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