sábado, 10 de julio de 2010

LA PRISA DE PENÉLOPE

"El sistema operativo sigue roto, así es que he pasado parte de la mañana en el centro comercial, con mi mujer. Iba yo tan contento, con media botella de cava brut y una langosta cocida en las manos, pensando en lo que podía dar de si la cena romántica, cuando al acercarnos al estante de las cremas --Plan Pond's de belleza en siete días-- he cometido una torpeza, al decirle a Encarna, --Coge dos cajas...tómate mas tiempo.

Me ha lanzado una mirada asesina. --Mira, deja esa compra por ahí. Iremos al italiano, así no guisas. --¿Guisar?, si la langosta está cocida. --Tu no guisas y yo no friego.

Al dejar el cava y la langosta en la batea de las cremas, junto a un tratamiento infalible para hombres, he visto el rostro de Penélope Cruz, en calidad de imagen corporativa de la marca L'Oreal de París.

Las actrices de cine legendarias llegaban a ese estatus de imagen corporativa de L'Oréal después de dilatadas carreras profesionales, y solían hacerlo cuando los contratos comenzaban a escasear.

Al parecer, Penélope tiene prisa y, aunque tiene un número apreciable de películas en su historial, no ha esperado a la madurez de su carrera para añadir a sus éxitos profesionales la promoción pública de su imagen. No es la única. La publicidad se nutre cada vez mas de los rostros y los cuerpos de jovenes talentosos e impacientes.

Es normal que, quien tiene talento, tenga prisa por ejercerlo. Entre la prisa de Penélope y la paciencia de la esposa de Ulises, tejiendo y destejiendo mientras espera un regreso improbable, hay un campo muy amplio en el que cada uno puede buscar la combinación de prisa, talento, paciencia y esfuerzo, que mejor se acomode a sus condiciones personales.

Elegir entre estas alternativas la prisa, acompañada de la falta de talento, parece la peor de las opciones, aunque su presencia es muy visible en los espejos mediáticos de la sociedad actual.
El problema de la falta de talento es que, cuando no es percibida por el sujeto, que desconoce la máxima socrática, 'Conócete a ti mismo', esa ignorancia de las propias capacidades y limitaciones, unida al aprovechamiento lucrativo de quienes hacen de la mera apariencia, vacía de sustancia, el objeto de su negocio, conduce al predominio del éxito precoz unido a la falta de talento.

No se si Byron le dijo a su sastre, o fue el sastre quien se lo dijo a el, 'La prisa es enemiga de la perfección'. No digo yo que los aforunados mortales que se conocen bien y se saben tocados por la magia del talento deban renunciar a la impaciencia, esa pasión que, acompañada de las condiciones para ello puede conducir a una explosión creativa temprana, y buscar, siguiendo a Byron, la perfección a través de la lentitud. (Al fin y al cabo, igual fue el sastre quien lo dijo).

Parece razonable esperar, sin embargo, que, cuantas menos personas carentes de talento caigan en la trampa de la prisa, en lugar de combatir esa limitación con tiempo y esfuerzo, el clima mundano de nuestro tiempo, demasiado ocupado por personas que exhiben su burrería sin el menor pudor, contratadas por sujetos sin escrúpulos, tal vez mejore. Es una opinión."

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) . 3-07-10.

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