lunes, 19 de julio de 2010

ÉTICA

He bajado al Maravillas y había cinco ejemplares de Levante. Alguien se ha hecho con una cubertería completa y ha dejado las sobras sobre la barra. Por cierto, el editorial de ayer de ese mismo periódico me pareció el mas duro con el gobierno central nunca publicado. Sospecho que se debe al intento del gobierno de prohibir los anuncios de putas, que son un capítulo importante de la cuenta de resultados de algunos periódicos. El Maravillas parecía hoy mas una hemeroteca que un lugar de vicios compartidos. Café, tabaco, no vayan a pensar.

El titular de la primera de hoy es divertidísimo, 'El Consell insta a los padres a financiar las bandas...' (no dice que sean de música). Después de lo de Ripoll y los dos empresarios con pistola, convendría ser mas preciso al titular. En cambio es muy preciso el artículo de Martín Pachecho, en páginas de opinión, cuyo encabezado he robado para esta página.

Pacheco muestra las maniobras antiabortistas encubiertas bajo el manto de la ética de Cotino, vicepresidente tercero del Consell que malgobierna Heliópolis, en la aplicación aquí de la Ley que reforma las condiciones para la interrupción del embarazo.

Al parecer, esas maniobras incluyen el intento de someter a las mujeres a una presión que se asemeja demasiado a las torturas visuales que Kubrick mostró en 'La Naranja Mecánica', convirtiendo el trago amargo del aborto, en un vía crucis, en nombre de la caridad cristiana.

Suscribo la precisión y moderación del artículo de Pacheco, pero añadiré algo.
'Juan Cotino parece olvidar que es vicepresidente tercero del consell (...) y no arzobispo de Valencia' Esta consideración de que Juan cotino parece olvidar su condición de gestor político, en favor de su ética cristiana, ignora el carácter bífido de Cotino, que evoca la lengua de la serpiente, y la textura viscosa y deslizante de su piel.

Esa condición bífida le permite ser dos cosas a la vez, sin la contradicción que Pacheco percibe en su conducta. No hay contradicción en su actitud, sino el ejercicio pleno de la dualidad que caracteriza la ética nacional católica de la que se reviste para justificar sus actos políticos.

El hecho de que Cotino no se vista de púrpura, al menos en público, no sabemos de sus preferencias al elegir la ropa interior, solo es un detalle exterior, porque su política cotidiana, desde la responsabilidad de sus cargos, está marcada por el interés sectario del Opus, lo que le lleva a actuar, lo mismo como arzobispo de Heliópolis, que como embajador del Vaticano, y mientras ruega a lo sagrado, su mazo no para de dar golpes a lo profano, con la facturación de sus empresas (no vinculadas legalmente) al Consell, la mas elevada que cualquier otro político de su cuerda haya soñado para su particular interés.

El paso de Cotino por tantos órganos del Estado, central y autonómico, no parece ajeno a la impunidad que, hasta hoy, ha disfrutado al ejercer su personalidad bífida en su propio beneficio. Como Fouchet,el jefe de la policía en la Francia de tiempos revueltos, su paso por la Dirección General de Policía, tal vez le permitió obtener
un alijo de información confidencial que otros de sus colegas no han disfrutado, y ahora están en dificultades por esa carencia.

La nefasta gestión de Cotino cuando fue Conseller de Malestar Social, dejó a los dependientes en una situación de catástrofe, que ahora, al parecer, han visto disminuida con la gestión de quien le ha sucedido. Su mayor dedicación en ese departamento fue asegurar que la facturación de la red de residencias de sus empresas (no vinculadas)fuera cobrada en su integridad y por la vía rápida, mientras el otro Consell, el que no es del todo suyo, aumentaba su morosidad a los empresarios
y a quienes tenían otros derechos exigibles a las arcas del gobierno autonómico, hasta dejarlos en una situación próxima a la desesperación. Como se ve, estamos hablando de ética.

La serpiente, con su condición bífida y resbaladiza, configura, junto a la Medusa y Los tres Mosqueteros de entradas anteriores, el cuadro alegórico de figuras, mitad humanas, mitad animales míticos, que ilustran el régimen político de Heliópolis, ese lugar de ficción tan presente en estas pagínas.

No son nada alegóricas,sino dramáticamente reales, las consecuencias de la aplcación
política y 'ética' de la voluntad personal de quienes ejercen ese poder, cada vez mas alejada, mas distante, mas contradictoria con las necesidades cotidianas de los destinatarios de sus decretos comunales, ¿ o debo decir papales?.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 19-07-10.

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