domingo, 11 de julio de 2010

SICILIA

El escritor Roberto Saviano destapó, con riesgo de su vida, el hedor insoportable de los negocios mafiosos de la basura en el sur de Italia. Los residuos tóxicos y peligrosos eran enterrados en los vertederos sin tratamiento previo, mientras los contratistas se embolsaban un buen dinero por un tratamiento que no hacían. Los napoilitanos tuvieron serias dudas de que su salud no se viera afectada por la basura corrupta.

Al parecer, la mafia siciliana, la camorra, la Ndrangheta, tienen un origen antiguo, que se remonta a la época en la que Nápoles y Sicilia eran dominios españoles y la lejanía y desinterés de los centros de poder, indiferentes a las necesidades de la población, propiciaron la aparición de esas sociedades de ayuda mútua que, en sus origenes, fomentaron la solidaridad cooperativa entre sus miembros.

En los estertores de la segunda guerra mundial, el papel de las mafias en la protección de las fuerzas aliadas que desembarcaron en Sicilia fue determinante para reducir el número de bajas y en la paz que siguió, para continuar la guerra por otros medios, la mafia se infiltró a fondo en los órganos de decisión parlamentarios del nuevo Estado italiano, que escenificó una democracia pos bélica con estructuras formalmente democráticas, en las que quedaron presentes las organizaciones mafiosas.

Las mafias añadieron a su antigua función de solidaridad grupal los grandes negocios y el tiro en la nuca, para perpetuar sus privilegios ancestrales, y ahora Saviano se juega la vida cuando sale de casa para denunciar públicamente las conexiones entre las mafias y la basura en el sur de Italia.

Cuando Saviano publicó su libro, concedió una larga entrevista a 'El País', la leí, y me interesé por el mundo de la basura. Publiqué una página en el blog, con ese título, 'Basura'. Creo recordar que aludí a los múltiples perfiles de ese mundo amplísimo, desde los vertederos urbanos en las grandes ciudades en américa latina, donde poblaciones enteras viven en y de la basura, hasta el valor como indicador de las toneladas recogidas, un signo automático de la presencia de crisis económica, cuando su montante disminuye como reflejo de una brusca contracción del consumo.

La observación de los multiples fenómenos que surgen del mundo de la basura en Heliópolis, también fue objeto de mi comentario. El tratamiento de residuos por Vaersa, la empresa que no tenía vínculos mercantiles con el Conseller Cotino, pero si familiares, de la que parece que se han desprendido poco antes de que explotara el escándalo de la basura oriolana, del que hablaré a continuación. La anécdota que me fue relatada por un cura libertario, conductor de los servicios de recogida de basura, --¿Que hago con estas pilas que traigo? --Tiralas al montón (de la basura orgánica), las noticias puntuales sobre contrataciones dudosas en las comarcas de Alicante, que ya entonces publicaban los diarios no afectos al régimen Neo nacional católico que impera en Heliópolis.

El Partido Popular ejerce, sin oposición, el poder político en Heliópolis desde hace unos quince años. Un periodo de tiempo dilatado, pero que no es comparable a los siglos que han transcurrido en paralelo a la consolidación de las mafias en el sur de Italia, pero, a juzgar por lo que sabemos de sus capos en Castellón y Valencia, y ahora en Alicante, no hay comarca que no esté sujeta a la corrupción extendida de esa mafia política, votada por la mayor parte de los ciudadanos.

La Vega Baja, sin embargo, a juzgar por lo que han aireado los periodicos, parece la mas viva representación siciliana del ejercicio de ese poder, y con su querencia por los negocios de la basura, cierra el círculo poco virtuoso que relaciona Sicilia con Heliópolis, Vaersa con el tratamiento dudoso de los residuos urbanos, y las adjudicaciones millonarias del sur de Heliópolis, con los contratos de las mafias napolitanas y palermitanas.

Tengo curiosidad por saber si mis paisanos, a la luz de los datos que tienen en la mano desde que malgobiernan los Populares en Heliópolis, son tan cándidos que los vuelven a votar, o admiten la realidad de los hechos; el Partido Popular, aquí, se comporta como una organización mafiosa, y no merece la adhesión de los ciudadanos libres.

A menos que el clima de la corrupción, tan húmedo y caluroso, tenga entre nosotros una influencia tan decisiva sobre los electores, como el de Nápoles y Palermo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 8-07-10.

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