lunes, 20 de septiembre de 2010

AUDIENCIAS

El hecho de que las visitas al Blog se hayan triplicado y el número de páginas visitadas se haya decuplicado desde que publiqué mi crónica 'El Desfile', podía haberme inducido a dedicar su contenido, en exclusiva, a la crónica mundana, pero no es así porque los índices de audiencia me importan un pimiento, una declaración contradictoria con mi interés por consultar, diariamente, las estadísticas del Blog, donde aprecio que los nuevos visitantes son de Madrid, ¡y polacos!, supongo que españoles residentes en Varsovia, y mis paisanos dedican menos tiempo a leerme.

Esa contradicción es congruente con mi carácter, del que ya decían mis mayores que es una extraña mezcla de idealismo puro y pragmatismo cínico.

El motor que me mueve a escribir en el Blog no es la audiencia, sino el narcisismo.
Ese defecto personal que suele emerger en las relaciones sociales, es también el combustible que alimenta la pulsión de muchos creadores, sean diseñadores de moda,
físicos, o simples escritores que solo alcanzan a exponer sus ideas, crear imágenes literarias o entregar al público conocimiento un bosquejo de su propio personaje.

Narcisismo y contradicciones están presentes en los contenidos de este Blog, y supongo que no estarán del todo ausentes en otros. Es cierto que me disperso con una gran variedad de temas, me tomo la libertad de conciliar la crónica mundana con la reflexión sobre el carácter insular del individuo, o las relaciones de poder que generan um tejido adiposo cargado de complejidad que impide la manifestación de la sencillez de la vida.

Otros, en cambio, hacen de sus espacios más temáticos, con un estilo permanente de comunicación, una ventana por la que siempre se ve el mismo paisaje, y de eso voy a hablar a continuación.

Hoy he leído dos periódicos. Uno, gratis, 'Levante', en la barra del Maravillas. Otro, comprado, 'El País', en la playa, en esta mañana nubosa, con el mar en calma.
Cruz Sierra, y Gil Calvo, cada uno en su periódico, coincidían en una cosa. Poner a parir a los sindicatos mayoritarios, y posicionarse en contra de la huelga general, además de insistir en la manida muletilla de que el sindicalismo es una antigualla,
algo del siglo diecinueve que no tiene cabida en una sociedad 'moderna', y es un obstáculo para la 'competitividad' (horrible expresión) de las empresas.

Puede que algunos sindicalistas se hayan mostrado torpes en la realización de los videos para invitar a la participación en la huelga, pero es que no es lo suyo. En cambio, hay un ejército de empresarios que han mostrado, sobre todo en los últimos tiempos, que no son competentes, para ser competitivos. Que no saben diseñar un producto, no son capaces de montar una buena red de distribución. No saben alcanzar la dimensión suficiente para atraer capitales. No saben competir en el exterior. No crean riqueza, ni empleo. No saben, de lo suyo.

Lo trágico de todo esto es que, al ser mas numerosos los empresarios torpes que los sindicalistas incompetentes, ese desequilibrio se nota demasiado en el marco financiero y económico de Heliópolis, que es al que se dedica de modo cotidiano Cruz Sierra.

Por si fuera poco, además de incompetentes, muchos de nuestros empresarios son cobardes y cuando los llama el poder político para que expongan sus quejas, se acojonan y no denuncian con suficiente energía la morosidad de las administraciones públicas, porque al parecer es mas facil despedir trabajadores que exigir el cumplimiento del pago de los contratos.

Es una contradicción evidente calificar de residuos del pleistoceno a los Sindicatos
en una situación en que los derechos de los trabajadores son conculcados desde la propia administración, sin que los empresarios abran la boca cuando toca, pues, en ausencia de los Sindicatos, ¿quien va a defender los derechos de los trabajadores? ¿Cruz Sierra? ¿Nuestros incompetentes empresarios?.

Naturalmente, el mundo empresarial no está solo habitado por empresarios poco competemtes, si fuera así, la economía de Heliópolis se encontraría en una situación irreversible, pero su peso en el conjunto de la realidad empresarial debe ser elevado, lo que contribuiría a explicar la deprimida situación por la que atraviesa.

Lo que me parece evidente es que, ni siquiera buscando entre los mejores, encontramos aquí un empresario de la talla de Amancio Ortega, el patrón de Zara.
Cuando todo el sector textil se hundió, incapaz de competir con los chinos, Ortega supo crear una empresa que se abrió paso en los mercados hasta hacer de su promotor la primera fortuna del país. No parece que los sindicatos fueran un obstáculo para el crecimiento de Zara, ni mucho menos la cacareada falta de competitividad.

Hace treinta años que oigo hablar de la falta de competitividad, con ese argumento se cerraron siderúrgicas, se cancelaron explotaciones ganaderas en regiones enteras, se privatizaron empresas públicas, y resulta que tres decenios después, no somos competitivos.

No es que no seamos competitivos, ahí esta Zara para demostrarlo, es que queremos competir con salarios, no con diseño, investigación, innovación, y cuando vienen mal dadas, claro, hay que bajar los salarios, y convertir a los sindicatos en la cabra
expiatoria de las debilidades empresariales.

Tengo la sensación de que Cruz Sierra, con su muletilla anti sindical, solo hace un guiño a su audiencia. La mía, como es tan variada, no requiere guiño alguno.

Por decirlo de un modo breve, los empresarios incompetentes, que se vayan a la mierda. Los sindicatos, con sus debilidades y contradicciones, siguen siendo necesarios. A la vista de lo que leo por ahí, mas necesarios que nunca.

En fin. Audiencias.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 20-09-10.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios