viernes, 3 de septiembre de 2010

MAS VINO AL PORRÓN

Somos el tercer país productor de sustancias alcohólicas vínicas, detrás de Francia e Italia y esa condición parece haber impregnado nuestra cultura de barrio, además de hacernos un poco borrachos. Las cuadrillas de pre adolescentes, cuando Heliópolis era una huerta con algo de asfalto en su centro, iban por los caminos en dirección a las eras para volar el catxirulo y comerse la merienda que las abuelas les habían puesto en el saquito, longaniza de Pascua, huevo duro y lechuga, cantando en grupo coral aquello de, 'Asunción, Asunción, echa vino, echa vino al porrón...'

Antoni Asunción tiene nariz de catador, no por el tamaño de ese apéndice, sino por el brillo broncíneo que presenta, que parece adquirido en miles de catas de los mejores reservas. Ahora ha acercado su nariz a la copa del socialismo de Heliópolis, y su vino le debe haber parecido un poco aguado, así es que lo de las primarias del PSOE, que ha comenzado en Madrid, se extiende como una mancha, en analogía con la zona productora de vino mas grande de España.

Lo de las primarias está bien, para eso está en los estatutos. Si todas las corporaciones, públicas y privadas, cumplieran sus propios estatutos, esto sería una balsa de aceite, pero lo normal es que, por cuestiones de poltrona, todo el mundo quiera cambiarlos, miren lo que está pasando en Galletas Gullón, que hasta celebran las juntas de accionistas en el interior de un automóvil privado, y dan cumplimiento
a las obligaciones de publicidad de un acto como ese, poniendo un cartel en el salpicadero.

Con tanta furia por cambiar los estatutos, para blindar o desalojar poltronas, los del Registro Mercantil no dan abasto, por si no fuera suficiente con la faena que tienen los juzgados con las demandas cruzadas de cadenas de televisión y titulares de derechos de retransmisión deportiva.

Zapatero, ajeno a todo este movimiento estatutario, se ha ido a vender algo a China.
¿Pero, qué? Un comerciante de aceites decía el otro día, con bastante sentido común,
que ya se sabe que es el menos común de los sentidos, que los chinos solo compran materias primas, porque productos manufacturados los venden ellos, en cuantía tal que ya han desplazado a Japón como cabeza del comercio oriental, no se si también global, por lo que ve muy poco probable que se les puedan colocar productos con valor añadido industrial, descontados los souvenirs que se llevaran si se agiliza el proceso de visados para aumentar el tránsito de sus turistas por aquí.

'El vino que tiene Asunción, ni es blanco, ni es tinto, ni tiene color....' Hablábamos de las primarias en Heliópolis, de Alarte y Asunción. La gente de a pié, como yo, percibe los escasos mensajes de Alarte como una mezcla de discurso anodino y estilo decimonónico, con una retórica pasada de moda, pero si el vino que va a aportar Asunción a esa fórmula aguada, no es blanco, ni tinto, ni tiene color, con esa indefinición cromática es dificl esperar que llegue a alguna parte.

La presencia monocorde de Carmen Albors, madrileña de vocación, autóctona por obligación, no parece que vaya a contribuir a colorear el vino electoral.

Sin embargo, --es una opinión sin ningún valor-- es tanta la necesidad de cambio político en Heliópolis, que podría suceder que en los procesos de primarias y en la campaña electoral, el deseo de cambio de tantos electores aporte el color que le falta a ese coupage electoral, convirtiéndolo en una verdadera alternativa de cambio y regeneración de la vida política en Heliópolis.

Si así sucediera, la noche que se confirme ese triunfo electoral, deberíamos comparecer todos en la plaza pública, con una copa de vino en la mano y, algo borrachos, entonar aquello que cantaban los pre adolescentes por los caminos que conducían a las cercanas huertas, en la Heliópolis pre industrial, 'Asunción, Asunción, echa vino, echa vino al porrón...'

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 3-09-10.

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