sábado, 12 de noviembre de 2016

CIGARRILLOS HERBALES

Hoy voy a desvelar el 'misterio' de los cigarrillos herbales, como sugerí al final de la página de ayer 'Once millones', pero lo haré al final de esta página. Antes, va una reflexión sobre Publicidad y Redes Sociales, espontánea, como todas las mías, que se ha adueñado sin participación de mi voluntad en mis prioridades de hoy, mientras tomaba, en solitario, una manzanilla doble en la terraza de La Fuente, y miraba con cierto desconsuelo la figura de Cármen, de espaldas, con el carrito de la compra, hoy ha preferido ir a Mercadona a escuchar mis vulgaridades.

Ayer, al despedirnos, le dije, trae mañana una copia de la foto que te van a hacer desnuda, en alusión a la ecografía a que se iba a someter en el Hospital Dr. Peset.

Las estadísticas del blog revelan que la página de ayer fué muy visitada, y que hoy aumenta ese interés. Más de 3000 visitas en el último mes, casi 95.000 visitas acumuladas, a mi, acostumbrado a cifras más modestas, me parecen muchas, pero, comparadas con los millones de visitas que circulan cada día por las redes, que luego los medios reproducen, pues, no es ná.

Cuando empecé a recibir las primeras visitas en el blog, mi experto en cibernavegación, que además es el segundo de mis hijos, me dijo, papá, con ese número de visitas que recibes, y lo poco que crecerán con el tiempo, ni se te ocurra poner publicidad en el blog, no vale la pena.

Lo dijo, aludiendo a la propuesta que yo había recibido, sin solicitarla, de quienes gestionan el sitio donde escribo. Ellos quieren publicidad en las páginas de sus usuarios, porque de eso viven. Es normal. Desde 2007, año en que comencé en el blog, nunca he sentido la necesidad de insertar publicidad en las páginas del blog.

El blog me cuesta algo de dinero, la conexión a Internet, pero no me da un duro. El único contacto que mantengo con los usuarios es por medio de los Comentarios que se pueden dejar en sus páginas, que suelen ser variados. Un usuario mexicano me llamó en la página Biomecatrónica, 'hijo de la chingada', una estudiante de bellas artes, compañera de teatro, dejó su comentario, 'hay que ver cuánto escribes' en la página Arsenio Lupín, y poco más, así hasta 99 comentarios en nueve años. Ahora viene la reflexión sobre la publicidad y las redes sociales. Ya voy.

Hay aspectos de la publicidad que me fascinan. Cuando veo un spot en televisión que me conmueve, porque en un breve instante condensa la belleza de sus imágenes, la precisión o lirismo de su lenguaje, me asombro de la cantidad de medios creativos, humanos, materiales, que se han reunido para obtener esos resultados, a veces, verdaderamente asombrosos, que apenas duran un instante.

Las llamadas redes sociales, y la televisión, están cada vez  más maridados. Estuve, de un modo fugaz, en Faceboock, pero me fuí enseguida, aunque antes tuve el privilegio de comunicarme a través de ese medio con otra Cármen, la ex de Jordi, que vive en Berlín, y me pareció algo mágico.

Nunca he querido integrarme en otras redes, nunca he dado, ni solicitado, opiniones en Twitter, ese medio tan traidor para los que se dedican a la política.

En realidad, me pregunto, ahora, si no seré yo un bloguero tímido, contento de estar en un sitio de Internet más bien discreto, Mozilla Firefox, alejado del clamor público de los grandes espacios de comunicación cibernauta.

Incluso, ahora que ese fenómeno comunicacional se manifiesta en la telefonía móvil, cuando mis amigos de Wassap me han sugerido integrarme en el grupo 'Amigos Ingobernables', lo he hecho a través del móvil de mi mujer, que cada día recibe sus vídeos, sus comentarios, de modo que yo estoy informado de lo que pasa en el grupo, sin participar personalmente en él.

Una cosa que no me gusta nada de la publicidad, es ver a presentadores de éxito de programas de Tele 5, o a jugadores de fútbol como Ronaldo, que están muy, pero que muy forrados ya con el ejercicio de sus respectivas profesiones, promocionar desde la tele la Usura o la Ludopatía. Aunque, claro, hay gustos para todo.

Cuando veo a esos chavales de éxito en ese trance, me invade un sincero sentimiento de tristeza por sus almas degradadas, perdidas por no haber aprendido a administrar sus éxitos, como yo no he aprendido a administrar mis fracasos.

Antes de pasar a lo de los cigarrillos herbáceos, una breve crónica urbana de nuestra salida de ayer por la tarde. Valencia, Museo de San Pío V, 18,30h. Salón de Actos. Una performance con motivo del centenario del pintor Pinazo, en Godella está su casa museo, ahora vacía porque han traído sus cuadros aquí. Sobre la pantalla del salón, un proyector de cine doméstico dejó ver, durante hora y media, imágenes de sus cuadros, paisajes sobre todo, elegidas por compositores de música contemporánea, que por medio de un raro instrumento, que yo no conocía, clarinete contrabajo, hicieron una sinestesia entre imágenes pictóricas y notas musicales que ilustraban la plástica de cada cuadro con sus composiciones respectivas.

Hora y media de espectáculo, algo duro para quienes aún no hemos reconvertido nuestro oído a los sonidos contemporáneos, pero que, a partir de la mitad de la audición, mejoró con la composición de Trabajos Moreno, no es coña, se apellida así, que dotó a su música de elementos melódicos que la dulcificaron. Interesante.

Cigarrillos Herbales. Ya va.

El viernes tuvimos en casa comida familiar. Por la mañana, cuando terminé de escribir la página 'Once millones', me fuí al mercado de Russafa, directamente al herbolario que hay en la primera fila de puestos,  entrando por la puerta del mercado desde Maestro Aguilar. Le pregunté, como he hecho estos días muchas veces en farmacias y herbolarios, por los cigarrillos de tusílago, que yo fumé hace años.

--Están fuera del mercado, los que tu dices, además llevaban acelerantes, como el tabaco. Los prohibieron.

-- Y, ¿tienes algunas hierbas que sean buenas para los pulmones?

--Claro, llévate esta mezcla.

--De paso, dame un puñado de esa otra mezcla que lleva passiflora y esas cosas que dan sueño, es para mi mujer.

--Aquí tienes.

--Cuánto es?..

--Dos euros.

--Gracias, chao.

Después de comer, enseñé a mi hijo Jordi la hierba para los pulmones, y le pedí que me liara un cigarrillo con ella. --Papá, ¿que dices?, muerde un trozo, no ves que es regaliz vulgar y corriente, está tan dura, que ni arde, ni se puede pulverizar. Espera, que voy a la cocina.

Jordi volvió de la cocina con un bote de plástico que contenía tomillo en polvo, tomado del anaquel donde mi mujer guarda su variada colección de especias para cocinar, líó un cigarrillo con tomillo y  me lo fumé.

Estaba de pié, y casi me doy una hostia  contra la lámpara de Led del comedor, por la sensación de mareo que me entró.

No lo hagan en su casa, si se fuman un cigarrillo con tomillo, hagánlo bien sujetos al sillón, por si acaso.

Por la tarde, me fumé otro cigarrillo con tomillo, bien apalancado en el sillón, y ya fué otra cosa.

En fin. Cigarrillos herbales.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 12 11 16.

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