lunes, 21 de noviembre de 2016

OJOS QUE NO VEN....

La ventaja de los tópicos, sean refraneros o no, es, cuando te pones a destriparlos para denunciar su falsedad, la cantidad de cosas que aprendes en el intento. Veamos un simple ejemplo: 'Ojos que no ven...corazón que no siente'.

Este topicazo, si lo tomas al pié de la letra, no en su interpretación habitual, parece querer decir que, quienes están privados de la vista, y aquí hay que distinguir quienes lo están desde que nacieron, de aquellos otros que han pasado a la invidencia, después de haber sido, una parte de sus vidas, sujetos videntes, ni sienten ni padecen, cuando yo sospecho que, quienes están privados del don de la vista sienten mucho más que los sujetos videntes, pues han de suplir los estímulos visuales que no reciben, con una vida interior, cerebro, corazón, más intensa y creativa que los sujetos que ven lo que pasa en el mundo, pero, en ocasiones, no conocen bien lo que pasa en su interior.

Otro tópico, este muy extendido, es que la capacidad imaginativa de las gentes reside en sus estructuras cerebrales. No es que sea del todo falsa esta afirmación, solo que a mi me parece que es el corazón que siente, cuando envía un caudal de sangre superior al habitual a los centros cerebrales, la máquina que mueve, bombeando ese combustible, la maravilla de la imaginación, más o menos creativa.

¿Porqué me ocupo hoy de los ojos?  En particular, porque estoy ahora ocupado con los míos.

"Hoy he acudido, a las 12,50h al centro de especialidades de la sanidad pública que hay en mi barrio, para someterme a una Biometría, sin tener ni idea de lo que era eso, como último paso antes de someterme a una operación de cataratas, de mi ojo derecho.

En primer lugar, quiero hacer un elogio del personal de la sanidad pública, por la magnífica atención recibida de las dos profesionales que me han atendido. Luego, he de mostrar mi sorpresa por el contenido de la prueba, que me ha parecido un espectáculo cromático, una peformance artística, mas que una intervención médica.

Me han colocado, con la barbilla y la frente bien sujetas, apoyadas en sendos artilugios diseñados al efecto, frente a una lente, un aparato óptico al que he debido mirar fijamente, con cada ojo muy abierto, alternativamente.

Lo que han visto mis ojos es un sorprendente espectáculo crómatico, una luz roja en el centro de la lente, que de pronto se expandía en red, formando unos dibujos sensacionales y, cada cierto tiempo, unos segundos, unos focos que se encendían alrededor del centro rojizo, con gran potencia luminosa, como si estuvieras viendo una obra de Lorca en el Olympia, y al final se encendieran todos los focos del teatro mientras la compañía saludaba al final de la obra.

Ha sido la pera, sí. La prueba ha durado relativamente poco pero, al terminar, cuando el ordenador ofrecía en la pantalla el resultado de la prueba, ha aparecido un mensaje de alerta. Mis ojos, no se parecen en nada el uno al otro. Tanta disparidad, parecía dar a entender que algo no se había hecho correctamente en la prueba, pues esos resultados eran absolutamente atípicos, hasta el punto de que el mensaje cibernético aconsejaba repetir la prueba, cosa que han hecho las facultativas de oftalmología, para al final obtener los mismos resultados.

Todo ha salido bien, solo que mis ojos, como los de David Bowie, son cada uno hijo de un padre. Mientras se realizaba la prueba, al ver la potencia visual de aquellas formas, le he sugerido a la enfermera que vaya al San Pío V, para ver el espectáculo de imágen y música que vimos allí el otro día.

La enfermera ha comentado, --Conozco al director de ese museo, es amigo, le preguntaré. --Es amigo ¿y no te ha avisado de que se iba a ofrecer ese espectáculo? Es que no lo veo habitualmente. Terminada la prueba, he quedado a la espera de que me llamen del hospital Dr Peset, para operarme del ojo derecho, tan diferente del izquierdo que, al parecer, parecen de dos personas distintas.

Una de las enfermeras me ha aclarado que, cuando me llamen, me ofrecerán operarme allí, o en otro centro. Me han dicho que en Campanar hay un sitio especializado en ojos, que es lo último en cirugía ocular. No sé lo que haré, ya veré."

Después de la visita médica, como me sobraba media hora, me he detenido en el bar de la Avenida de la Plata, especializado en manitas de cerdo y zarajos de Cuenca --algo parecido al asado de tira argentino-- además tienen fama de hacer las mejores anillas de calamar del barrio.

Como llevo una prótesis superior en la boca, he pedido algo blandito, una ensaladilla, que he regado con una magnífica cerveza Alhambra, pero al ir a pagar, me han pedido 4,5OE,  yo creo que ha sido porque la camarera de la barra se hace un lío a la hora de apretar las teclas del ordenador, pre programadas con los precios de cada cosa.

He pagado sin rechistar, ni siquiera le he dicho a la camarera que convendría que hiciera un curso de usuaria de ordenadores de hostelería, simplemente, no volveré por allí en la vida.

En fin. Ojos que no ven..

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 21 11 16.

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