miércoles, 20 de febrero de 2008

LOS JÓVENES

Llueve. He bajado al Maravillas. Mientras tomaba café he recordado que ayer me avisaron para asistir a un almuerzo con mis amigos libertarios. Lo había olvidado. Después he decidido no ir, porque si mi memoria me ha ocultado temporalmente ese compromiso, es porque ha reconocido que, en el fondo, no tenía deseos de acudir. En lugar de participar en ese foro amistoso dialéctico, voy a dedicar el tiempo a mi aportación cotidiana al blog.

El Centro de Investigaciones Sociológicas, (C.I.S.) prodiga estos días los resultados de sus sondeos entre diversos grupos de población, dada la proximidad de la campaña electoral y García Ferrando, sociólogo de profesión, opina sobre los Jóvenes electoralmente poco motivados y concluye en base a esas encuestas que la de ahora es “una generación conformista y consumista, con escasa identidad ideológica, algo apática, que valora mas la comodidad y el beneficio que la disciplina, el esfuerzo y el aplazamiento de las recompensas.” En román paladino, vagos y pasotas.

Las opiniones, como es lógico, no son neutrales, pero las estadísticas tampoco, porque la elección de las preguntas condiciona los resultados. Y no veo en las conclusiones nada que se refiera a otras posibles cuestiones.

Por ejemplo, cual es el peso de la población joven en el P.I.B., en que proporción este grupo poblacional realiza actividades altruistas y si el peso de esas actividades en su vida cotidiana es mayor o menor que el de otros grupos de población, cómo definen sus actitudes respecto de las opciones entre libertad/autoridad, como viven su sexualidad cotidiana, como se relacionan entre ellos, si les aburre o no el discurso convencional de los políticos, cuantos de ellos han tenido experiencias de movilización en red, a través de móviles, Internet y otras formas de organización puntual, intermitente, informal, desligadas de los modos de asociación tradicionales, sindicatos, partidos, pero que son vehículos tecnológicos portadores de inquietudes sociales o grupales, entre otras.

Mi manía de hacerme preguntas, me lleva a la siguiente cuestión, ¿Quiénes son los preguntadores del C.I.S?., ¿Quienes los opinantes sobre los resultados de sus encuestas?. Seguramente son gente acomodada, Estadísticos, Sociólogos, Catedráticos universitarios, Comunicadores. Probablemente, buena parte de ellos tienen a sus hijos estudiando en universidades norteamericanas o británicas y los resultados de sus encuestas se refieren en realidad a los otros jóvenes y sus preguntas, sin que sean conscientes de ello, están sesgadas por viejos resabios clasistas, los mismos que en otra época se podían reconocer en la legislación sobre vagos y maleantes.

Puede que yo esté equivocado, pero si es así, debe haber algún otro motivo que se me escapa, para que la imagen de los jóvenes en España aparezca en las encuestas tan vinculada a la pasividad, el pasotismo y la aversión al esfuerzo, aspectos fuertemente contradictorios con la naturaleza de la juventud, energía, vigor, fuerza.

No será que la falta de motivación de los jóvenes se debe a la falta de habilidad y de incentivos de los políticos y los empresarios para involucrarlos en proyectos políticos y empresariales adecuados a su energía, vigor y fuerza?

Será, tal vez, que los mejores recursos que tiene un país, sus jóvenes, se están desaprovechando por un sistema poco permeable a las nuevas generaciones, a las que se les ofrecen salarios bajos, sistemas educativos mediocres y opciones políticas gastadas y aburridas que no merecen su atención?

Los jóvenes airados que aparecieron en el Reino Unido después de la segunda guerra mundial, no tenían un credo común, pero se unieron en una actitud de protesta e inconformismo, ante el entorno social que rechazaban. Quizás los jóvenes de ahora mismo, que tienen sus reivindicaciones y unas ideas mas claras de lo que parecen expresar los sondeos de opinión, viven en un entorno mas individualista y no acaban de encontrar un modo colectivo de expresión de su presencia en la sociedad, pero no participo, para nada, de la conclusión que los pinta como vagos y pasotas. No me cuadra con mi experiencia del día a día en el trato con los jóvenes.

La persona joven vive, sobre todo, en un marco de incertidumbres, y la única certeza de la que dispone es que, inexorablemente, dejará de ser joven. En mi opinión, es responsabilidad de los políticos, de los Estados, de los enseñantes, crear el entorno adecuado para que esa transición se realice de un modo productivo, para ellos y para el resto de la sociedad. No me parece que lo estemos haciendo muy bien. Concluir que son vagos y pasotas solo es un modo de eludir esas responsabilidades.

Lohengrin. 20-02-08.

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