viernes, 24 de octubre de 2008

CONSTELACIONES

En Astronomía, una constelación es “Un conjunto de estrellas identificable a simple vista por su configuración...” (Espasa), pero si atendemos a las teorías que circulan por ahí sobre el origen del universo, podemos suponer que, antes de poder ser identificadas por su aspecto visible, las constelaciones fueron un magma de materia celeste sometido a tensiones, explosiones y otros fenómenos dinámicos que no permitían adivinar, ni remotamente, cual sería su aspecto futuro.

Cuando trabajé en la empresa privada, uno de los directores con los que colaboré acostumbraba a usar el término constelación en otro sentido, para referirse al conjunto de acontecimientos y elementos que debían ser tenidos en cuenta para elaborar la estrategia empresarial.

Ahora mismo, toda la prensa general, y la especializada, están manejando una expresión, crisis, que se está mostrando manifiestamente insuficiente para describir el conjunto de acontecimientos y elementos que se están solapando, acumulando y extendiendo, como un big bang, sin que acabemos de percibir del todo su alcance y naturaleza. En este sentido, podría ayudar a su comprensión utilizar la terminología adecuada, constelación, en lugar de crisis.

La constelación de acontecimientos que producen cada día noticias cuya magnitud se ve superada rápidamente por sucesos nuevos, incluye varios elementos que se superponen unos a otros, y requieren un cierto esfuerzo analítico para su identificación. Tenemos, a grandes rasgos, una crisis inmobiliaria, una financiera, a la que precedió una crisis moral o ética, una bursátil, tal vez entremos en turbulencias monetarias, y las consecuencias de esos detonantes añaden una crisis económica, cuyos efectos en el consumo, en la producción y en el desempleo comienzan a ser evidentes. Es decir, que lo que ha aparecido en el horizonte mas que una crisis, es una constelación de situaciones críticas superpuestas, y no creo que nadie, en este momento, sea capaz de percibir cual será la configuración futura que dejará ese conjunto de fenómenos complejos.

Los jefes de Estado y de gobierno están centrando su actuación, según yo lo entiendo, sobre todo en el aspecto financiero de esa constelación fenomenológica. Pero , son tantos los frentes abiertos, que es difícil que puedan contener todas las vías de agua que, por ahora, permanecen abiertas. Esta percepción de los hechos puede parecer subjetiva, pero leo en un País atrasado que la convocatoria de una reunión de empresarios de mi pueblo, ha tenido una asistencia masiva como nunca antes se había producido, lo que parece indicar que, aunque expresado de un modo personal, mi punto de vista no es solo individual.

Tanto la crisis inmobiliaria como la financiera, están íntimamente relacionadas con una crisis de comportamientos en los que la ausencia de ética en un espacio de juego en el que todo estaba permitido, ha concluido en un estallido cuyo alcance todavía está en curso y cuyas consecuencias aún no podemos medir. Estas tres dimensiones de la constelación crítica están interrelacionadas y se han autoalimentado. A menores comportamientos éticos, mayor crecimiento de la especulación, y esos resultados especulativos han animado a prescindir aún mas de la ética, para aumentar aún mas los rendimientos de esa actitud. Si consideramos que ese proceso se ha repetido y alimentado durante mas de un decenio, podemos llegar a intuir la dimensión de la explosión que ha provocado.

En cuanto a la crisis bursátil, estos días he leído una expresión afortunada que afirma que el comportamiento bursátil es, básicamente, bipolar. Objetivamente, lo que opera en la bolsa son valores mercantiles, pero los operadores, normalmente, se basan en la confianza, cuando esta falta, lo que cotiza en la bolsa es el miedo, la histeria, alternados con momentos de euforia. Y esos dientes de sierra anímicos son los que al final generan caídas exageradas y recuperaciones no del todo consolidadas en los indices de las bolsas.

Vayamos resumiendo, crisis inmobiliaria, financiera, de ética en los negocios, bursátil. En mi opinión, puede haber turbulencias monetarias, menos en el ámbito del Euro, pero si en el de los numerosos países que no se han dotado de un paraguas monetario tan amplio. El anuncio de nacionalizaciones en Argentina parece aflorar la extensión a Latinoamérica de tensiones que hasta ahora se habían concentrado mas en Europa y USA, y que podrían tener consecuencias en los mercados de divisas de esos países, y de rebote, en las economías exportadoras o inversoras en ese área de los negocios.

Todo este conjunto de acontecimientos gravita sobre las economías productivas, sobre la producción, el consumo, el empleo, y aquí es donde las consecuencias se hacen mas visibles, para el empresario que carece de crédito, el trabajador que se queda sin empleo, el consumidor que se ve obligado a cambiar sus hábitos, los niveles de pobreza e indigencia que aumentan. En el ámbito productivo de las economías, la crisis adopta una forma mas visible, económica y social, y afecta a un mayor número de personas.

Esta coincidencia de elementos y situaciones, esta superposición de factores de crisis, es lo que hace mas difícil manejar la situación, y mucho mas, adivinar cual será la nueva configuración de nuestro universo socio económico cuando toda esta materia explosiva se enfríe.

Personalmente, no creo que los jefes de Estado y de gobierno sean capaces, ahora, de afrontar una constelación tan compleja de factores de crisis. Si pueden aliviar y consolidar la situación financiera, y de rebote, aliviar algo, solo algo, la crisis inmobiliaria, que tardará en normalizarse, porque tiene su propia dinámica derivada de los excesos cometidos, y un periodo de solución mas largo. Los episodios de turbulencias monetarias, en los mercados de divisas, si finalmente se producen, suelen tener un ciclo mas corto. La bolsa, terminará por recuperarse si desaparece el miedo y vuelve la confianza.

La economía productiva, que prácticamente no ha tenido arte ni parte en la generación de la crisis, está comenzando a sentir, de una manera muy rápida, las consecuencias de una situación generada por el capitalismo financiero e inmobiliario. Por desgracia, necesitará un cierto tiempo para recuperarse, empresarios y trabajadores de la economía productiva van a pagar un elevado precio por una crisis compleja que, en buena medida, viene de fuera de ese sector.

Cuando se enfríe toda esta materia explosiva, si no se acuerda una nueva ética de los negocios y se incluye ese factor como parte integrante de los acuerdos para establecer una nueva economía financiera, mas orientada al servicio de la economía productiva que a hinchar su propio globo, volveremos a ver fenómenos astronómicos como el que ahora nos ocupa.

Si todo se hace bien, cuando pase la tormenta estelar, los jefes de Estado y de gobierno tendrán que volver a sentarse para reconocer que tenemos un problema mas grave, el agotamiento de los recursos naturales y la necesidad de encontrar nuevos modos de producción y consumo que sean compatibles con la vida a largo plazo.

En fin. Constelaciones.

Lohengrin. 24-10-08.

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