Javier Marias, en una entrevista publicada en El País del viernes, 3 de octubre, cuenta que cuando empezó a escribir lo hacía como un juego, y que “La dificultad viene luego, cuando uno intenta escribir sin dejar que las cosas externas le influyan, con la misma libertad con la que entonces jugaba” Esa afirmación, que yo comparto, pone en evidencia el peso del entorno en la expresión escrita y librarse de ese peso seguramente requiere un esfuerzo considerable.
Releo los contenidos del Blog de los últimos días y observo que están marcados, casi exclusivamente, por el peso excesivo del entorno, nada hay en ellos que pueda calificarse de juego, y me pregunto si he cedido demasiado a la facilidad, en lugar de esforzarme en jugar.
Creo que las mejores páginas del Blog son aquellas en las que el juego creativo, alejado de la supuesta relación con el entorno, de los asuntos económicos o políticos del día a día, consigue desprenderse de esa influencia, como ha sucedido con la página “La Noche”, una de las mas visitadas, y antes sucedió con “La Conferencia”, “El Casting” y “Amarillo Pálido”, por citar tres de las que conservo recuerdo.
En todos esos casos, se trata de intentos narrativos puros, sin conexión con la realidad inmediata, nada de periodismo, pura narrativa. Pero si analizo la extensión de los contenidos del Blog, de cada una de sus secciones, es evidente que el peso de los artículos, de las páginas de opinión, en relación con los escasos relatos que aparecen, apuntan a un contenido mas periodístico que literario.
No me lo había planteado, hasta que he leído la entrevista a Marías. Así pues, el entorno es la fuente de la facilidad y el juego requiere un esfuerzo. El esfuerzo de librarse de la facilidad que supone usar la muleta de lo cotidiano, se trate de una crisis financiera o de los asuntos de contenido político, y buscar en uno mismo la fuente primigenia del impulso narrativo personal, ponerse a escribir, como decía Cela que hacía Balzac, una palabra detrás de otra, para construir un universo propio, alejado de las influencias del entorno.
Al parecer, así escribió Proust, En busca del tiempo perdido, y Joyce, Ulises. El Blog solo pretende ser un juego, sin aspiraciones literarias, pero aún así, sospecho que la influencia del entorno se deja sentir demasiado en lo que solo debía ser un juego, demasiada política, demasiada economía, para alcanzar la condición de entretenimiento lúdico.
Me va a costar un poco salir de esa dinámica, viajar desde la aridez del entorno, al placer de lo narrativo, pero es posible que, después del esfuerzo que se requiere para escribir en libertad, sin dejarse influir por los condicionamientos de lo cotidiano, escribir, sea mas placentero.
Y las cosas que proporcionan placer al escribirlas, tal vez resulten mas gratas al ser leídas.
Como la disciplina no es una de mis cualidades, puedo intentarlo, pero eso no quiere decir que
vaya a conseguirlo.
De momento, estoy pensando cual podría ser el contenido de la próxima entrada del Blog.
¿Que tal, un indigente que escribe su novela en la calle, junto al Hotel Riz de Madrid, en su vivac construido con cartones y palets? La novela podría tratar sobre las relaciones entre una rica aristócrata y un financiero arruinado, muy siglo XIX.
O, tal vez, una sátira. Un ejecutivo de televisión y su presentador estrella, reunidos un fin de semana en una casa de campo aislada, para preparar su próximo reality show.
En fin. No sé.
Lohengrin. 6-10-08.
No hay comentarios:
Publicar un comentario