viernes, 31 de octubre de 2008

SAGAS

Las sagas están muy bien para las series de televisión. Hay ejemplos memorables de historias fasciculares televisadas que han alcanzado un enorme éxito y han aliviado el aburrimiento doméstico de mucha gente, con relatos río que se prolongaban de padres a hijos, incluso a nietos, y en el medio colocaban el morbo de los conflictos por herencias y las rivalidades familiares por el control de las empresas, sobre un fondo maniqueo de buenos y malos.

En la vida real, observar el comportamiento de ciertas sagas no es menos apasionante, pero las consecuencias de las conductas de ciertos herederos para los espectadores pasivos que las sufren suelen ser de mas alcance que la mera distracción televisiva. Vean si no lo que ha sucedido con la saga Bush, lo que sucedió con Freud, o lo que está sucediendo con muchas de las empresas familiares en las que trabajan ustedes, ahora dirigidas por el hijo de papá.

Bush niño ha resultado ser el paradigma del hijo de papá por excelencia. Alguien a quien, sin mayores méritos personales, se le ha confiado la dirección de la mayor empresa mundial, Usa, solo por el hecho de ser el hijo de un presidente anterior, ex director de la CIA, y que la ha conducido a la quiebra, por su mala gestión, lo que, por otra parte, ocurre todos los días con otras empresas de menor dimensión, pero sometidas a igual criterio para elegir gestor. A veces sucede lo contrario, que el heredero resulta ser mejor gestor que quienes le han precedido, pero eso, con la que está cayendo, no es noticia.

Que Lucien Freud se dedicara a la pintura, mas que al psicoanálisis, parece un ruptura del legado recibido, pero un mal pintor siempre hace menos daño que un mal psicoanalista, y esa actitud evoca la de tantos presuntos herederos de la empresa familiar que renunciaron a ese legado y se fueron a Katmandú, en busca de la paz espiritual. Si Bush niño se hubiera ido a Katmandú, en lugar de aceptar su papel de continuador de la saga familiar, seguramente nos habría ido mejor.

En Heliópolis hay una gran concentración de empresas familiares, por su dimensión, y el problema de la sucesión es tan delicado, que han surgido multitud de consultores y especialistas que se ocupan de aconsejar sobre el modo de realizar ese proceso, para que las empresas no se vayan al carajo.

La tipología del hijo de papá está llena de tópicos, y hay muchos ejemplos de gente mas preparada que sus antecesores, con voluntad de trabajo y de éxito empresarial, que saben rodearse de los mejores colaboradores, pero eso no excluye la presencia de golfos, tontos, o de personas traumatizadas por la figura paterna, que los condiciona y los disminuye en sus capacidades. Cualquiera que haya trabajado en empresas familiares durante un tiempo lo bastante dilatado, habrá podido apreciar la existencia de múltiples ejemplos de esa tipología.

La ventaja de Obama como candidato a la presidencia USA es que no parece un hijo de papá.
Encarna a la perfección el sueño americano del hombre hecho a si mismo, y esa ausencia de la carga que siempre impone la pertenencia a una saga familiar, le acerca mas a la gente. El hecho de que no disponga de un programa electoral detallado de medidas para hacer frente a la situación extraordinaria por la que atraviesa su país, –por lo que he leído en El País, eso, al parecer, no existe-- pesa menos que la cercanía emocional que consigue de los electores.

La institución monárquica es la máxima expresión del procedimiento de sucesión a favor del hijo de papá, y a veces funciona, como en España, y otras veces no, como en Grecia, pero, de momento, no parece que las monarquías estén dispuestas a cubrir las vacantes mediante un concurso de méritos, así que los súbditos seguirán quedando al albur de la suerte y la habilidad de los sucesores de esas empresas familiares institucionales que son las monarquías europeas.

Bush niño ha reinado durante dos legislaturas como los peores monarcas de la dinastía borbónica, así que es comprensible que los electores norteamericanos estén anticipando su voto y haciendo largas colas para sacudírselo de encima. Es un hijo de papá. En esa categoría hay de todo, pero nos ha tocado lo peor. En fin.

Lohengrin. 31-10-08.

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