lunes, 20 de octubre de 2008

KAFKA

Es toda una novedad que cuando le preguntan a un promotor inmobiliario, en la prensa local, por la situación de su sector, eche mano de Kafka y Kubrick para describirla. Parece un toque de distinción, pero en seguida es desmentido por los dientes de tiburón que asoman en su boca entreabierta que no alcanza la sonrisa, y evocan otros argumentos mas abruptos.

La alusión a Kafka queda enseguida aclarada cuando el promotor se refiere a la crisis inmobiliaria como si fuera una situación sobrevenida, ajena, de la que el y sus colegas son solo víctimas. Es decir, una situación típica kafkiana.

Vamos a ver, señor promotor, si no recuerdo mal, ustedes se pusieron a construir una cantidad de viviendas muy por encima de la demanda efectiva, para satisfacer un ansia especulativa que tuvo sus precedentes en Holanda, con los tulipanes, y en Heliópolis con las hanegadas de naranjos. Es decir, que sabían perfectamente que esa demanda adicional especulativa conduciría a un remanente de viviendas que a corto plazo no serían habitadas.

¿Que podemos hacer ahora con esas viviendas sobradas? ¿Demolerlas, como se arrancan las cepas sobrantes en los cultivos de la vid, con la consiguiente indemnización al promotor?

Nuestro creativo promotor, de momento, no ha solicitado ayuda alguna para esa demolición, pero sí la creación de un banco nacional que le asegure recursos a su sector, y ha renegado de la fórmula de viviendas de protección oficial que nadie va a construir, dice, porque esa modalidad carece de credibilidad entre los de su gremio.

Si yo fuera promotor inmobiliario, ahora mismo, procuraría estar calladito porque, en Heliópolis en particular, los responsables de la vulneración de nuestro territorio y del irresponsable modelo de crecimiento económico de los últimos quince años son quienes han recorrido ese espacio temporal tomados de la mano, es decir, responsables del sector inmobiliario y responsables políticos.

Son innumerables los desatinos que han protagonizado promotores, alcaldes y responsables de planeamiento en el último decenio, y evocar a Kubrick, por su película El Resplandor, me parece pertinente, pues algo de terror pánico se percibe en la situación actual, pero a Kafka, no. No hay nada de kafkiano en la trayectoria consciente, querida, no sobrevenida ni ajena, que ha marcado los despropósitos del sector del ladrillo, que ahora culminan en Heliópolis con la mayor tasa de desempleo que se registra en todo el país.

Crear un banco nacional, y tal vez confiar la vicepresidencia a uno de estos tiburones del ladrillo, sería como confiar la vigilancia de un almacén de chocolate a un adicto a tan dulce golosina.
Dedíquense a la rehabilitación de edificios, en lugar de a la construcción nueva, de la que andamos sobrados. Potencien la modalidad de alquiler a precios asequibles. Que se hagan viviendas protegidas, si, porque en el último decenio han faltado en demasía. Y que los gobiernos autonómicos saquen a concurso obras públicas necesarias que mejoren las infraestructuras, porque malas carreteras secundarias, barrancos necesitados de encauzamiento y pueblos mal comunicados, hay a mogollón.

Que el gobierno central haga uso del déficit y promueva la financiación de esas obras públicas locales y es posible que, mas pronto que tarde, los índices de desempleo se puedan mantener en niveles razonablemente soportables.

Pero estos tiburones, algunos ya desdentados por el zarpazo de la crisis, no están preocupados por el desempleo, a ellos solo les ocupa el acceso al crédito. Ya se sabe, que, teóricamente, el acceso al crédito facilita el empleo pero, ahora mismo, no se trata de eso, sino de evitar las quiebras, las pérdidas de su patrimonio, no vaya a ser que la dureza del ajuste, ese término que gusta de emplear Solbes, les devuelva a la condición de simples albañiles de donde parecen proceder, de la que muchos no deberían haber salido, a la vista de su escasa conciencia de lo que es la profesionalidad empresarial.

(Hago referencia a la entrevista a Benjamín Muñoz, Promotor inmobiliario, en el "Levante" de hoy)

Lohengrin. 20-10-08.

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