sábado, 18 de octubre de 2008

LOMOS DE SALMÓN CON CHAMPIÑONES

El sábado es un buen día para hacer limpieza general, por eso me he cargado tres páginas del Blog, por diferentes razones. La de ayer, Liberación, porque pecaba de ingenuidad. Pensar que una protesta de miles de personas en defensa de la educación pública puede afectar el muro refractario del partido popular en Heliópolis, justo cuando se define como católico, apostólico y romano, defensor de la enseñanza y la sanidad privadas y enemigo de lo público parece, realmente, una ingenuidad política.

En cuanto a la página El Informe Uruguay, que ha permanecido expuesta a la pública curiosidad durante mas de siete meses, nunca debió ser publicada, porque invadía la privacidad de un grupo de amigos que, aunque no se han quejado, merecen una mayor discreción. Es habitual que los escritores roben las vidas de los otros para incorporarlas a sus ficciones, pero tratándose solo de un Blog, no de un best seller, no tiene sentido practicar un robo, si no hay botín.

La página Cocotxas de bacalao, del 17 de febrero, contenía el craso error de que en ella me refería a las ventrescas, llamándolas cocotxas. Un lápsus involuntario, pero enorme. Como todo el mundo sabe, las cocotxas son unas partes mínimas muy delicadas del pescado, alojadas en la papada, y nada tienen que ver con la ventresca situada mas abajo, cubriendo la tripa.

Eliminadas esas tres pagínas del Blog, me siento con la satisfacción del amo de casa que ha despojado el trastero de las cosas inútiles, aunque he conservado los borradores en los archivos del tratamiento de textos, porque es bueno guardar la memoria de los errores, para no repetirlos.

Terminada la limpieza general he ojeado El País de hoy. Me ha parecido tan aburrido que he sentido la necesidad de ir al mercado, para ver la vida tal como es, no como nos la cuentan últimamente.
Los puestos de fruta ofrecían sus pirámides coloristas con una variedad estimulante y en los de pescado había una diversidad y abundancia desacostumbradas.

La afluencia de público era muy numerosa, como corresponde al sábado y todos los focos de los puestos y de las demás instalaciones estaban encendidos, con lo que el color de los pescados expuestos era espectacular. Calamares con esa superficie puntillista de matices granate que ofrecen cuando son frescos, pulpos enormes desparramados sobre el mármol de los puestos, lomos de atún rojo, de pez espada, sardinas con un brillo metálico en sus lomos, toda la extensa variedad de pescados autóctonos de la playa, montones de morralla para sopa, bogavantes enormes que de vez en cuando ofrecían una muestra de sus movimientos agónicos y muchas mas especies y productos del mar que le daban al mercado de Ruzafa, hoy, un aspecto fastuoso.

Nos hemos detenido junto a un puesto en el que había una escórpora que debía pesar mas de tres kilos, con una cabeza enorme. --La vendes al corte o entera?. --Entera, hombre, como quieres que la venda al corte si casi todo es cabeza. Finalmente, nos hemos decidido por un lomo de salmón fresco, de buen tamaño. El pescadero, antes de dividirlo en dos, lo ha depilado con unas pinzas, extrayendo, con precisión de cirujano, las espinas ocultas y luego lo ha envuelto, añadiendo un ramito de perejil fresco. Cinco euros, con setenta y cinco. Pesa mas de medio kilo.

Después hemos ido a buscar los champiñones. Al tercer intento, hemos encontrado en el mejor puesto de verduras una caja recién abierta que, por la blancura nívea y el tamaño de los hongos, nos ha convencido. --Un cuarto.¿Cuánto es? --Uno con veinte.

Una vez en casa, después de escribir estas tonterías, he lavado los champis, he cortado los pies, y el resto lo he dejado entero. He preparado una picada con medio diente de ajo, el perejil y un poco de aceite de oliva virgen, con un toque de limón exprimido.
En la plancha eléctrica, hemos puesto el lomo dividido en dos, ligeramente salpimentado y espolvoreado con eneldo, sin añadirle aceite, porque es bastante graso, envuelto en papel metalizado para que se haga en su jugo, cuatro minutos por cada lado, el de mi mujer un poco mas, le gusta mas hecho, y los champiñones enteros, que hemos rociado con la picada.

Nos lo hemos comido tan ricamente, acompañado de una botella de blanco Valdepeñas frío, que ha caído en su integridad. Enseguida se me ha olvidado el contenido tan aburrido de los artículos de El País, los errores del Blog, el signo ideológico de los políticos que malgobiernan en Heliópolis, la crisis financiera y los demás asuntos que crean tal ruido de fondo, que nos impiden a veces percibir que las cosas cotidianas de la vida son de una sencillez tan estimulante como unos lomos de salmón con champiñones, regados con Valdepeñas.

Lohengrin. 18-10-08.

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