miércoles, 25 de agosto de 2010

EL INSULTO

He bajado a por el pan y al regreso he ocupado una mesa del bar nuevo del barrio, debajo de una sombrilla, para tomar un agua mineral con gas, sin hielo y con limón. En la mesa de al lado había un grupo de bomberos y bomberas. El parque central está cerca de aquí. Después he leído unas cositas en la página de El País dedicada a Heliópolis, este lugar de política ficción, y se nombra a ese colectivo, los bomberos.

Cada vez son mas numerosos los colectivos sociales afectados por las insuficiencias financieras de la Generalitat para atender sus compromisos mas básicos. En el artículo se cita a los bomberos, los dependientes, los músicos, los alumnos del sistema público de enseñanza, y hasta los ortoprotésicos, --no descarto que, en lugar de prótesis biomecatrónicas, quienes necesitan de esa ayuda tengan que volver a la pata de palo.

¿Significa eso que la insuficiencia financiera de la Generalitat afecta a unos colectivos determinados y a otros no?. Mire usted, no. Recojamos algunas cifras, y hagamos algún número. Según la oposición, añadiendo a la deuda contable de la comunidad, los compromisos a largo plazo, las deudas de las empresas públicas, con proveedores, las facturas ocultas en cajones y los derechos o subvenciones pendientes de satisfacer, la pelota alcanza los 40.000 millones de Euros.

El inefable Camps suele presumir de que somos los primeros en todo. En este caso no le faltan argumentos. Ustedes dirán, ¿y a mi qué?. Un momento. Supongamos que el inefable Camps, si el ordenamiento jurídico lo permitiera, presenta suspensión
de pagos del ente público que administra?, antes de tirar al mar las llaves de la Generalitat. Imaginen que el juez admite esa solicitud y de inmediato nos declara
responsables solidarios de esa deuda a todos los ciudadanos, lo que tendría lógica jurídica pues, en teoría, esa deuda ha sido contraída en beneficio de todos los grupos sociales, sin excepción.

A ojo de buen cubero, de esos 40.000 millones de Euros tendríamos que responder, cada uno de nosotros, con unos 8.OOO Euros por cabeza.

¿Y adonde quiero ir a parar con estos números?. Fácil. A demostrar que no son solo los bomberos, los dependientes, los músicos, los alumnos de la escuela pública, los ortoprótesicos, sino todos y cada uno de nosotros, los damnificados por la política de los gobiernos de la derecha que gobiernan con mayoría absoluta desde hace quince años, y no encuentro, por mas que busco, una cuota mayor de responsabilidad en la situación actual, que la de quienes la han engendrado.

Todo esto es de sobra conocido por quienes integran las colectivos afectados, y por aquellos que siguen con atención la actualidad política de Heliópolis, pero insisto en ello porque en la 8 de El País se nos traslada la intención de Rajoy de que Camps sea de nuevo candidato, si solo es imputado por el asunto de los trajes. Esto, que es una posición política del jefe de los Populares, a mi me parece un insulto a la ciudadanía.

Dada la situación de catástrofe financiera en la que se encuentra la Generalitat, uno esperaría que se designara a un fontanero nuevo, capaz de arreglar las fugas de las tuberías, no que se mantenga a quien las ha propiciado.

Las últimas legislaturas del gobierno del Partido Popular en Heliópolis, se revelan como las mas nefastas de nuestra historia política autonómica. Precisemos un poco. La Educación Pública en manos de un incompetente recalcitrante como Font de Mora, quien, primero, desató una serie de conflictos innecesarios, y ahora retira a los profesores de apoyo. Cotino, el hombre fuerte del Consell, cuya fortaleza se ha mostrado, sobre todo, en su capacidad para obtener contratos para sus empresas afines, y ser el primero en cobrar sus servicios, cuando otros contratistas no cobran.

Un Presidente de la Diputación que ha tenido el dudoso honor de ser llamado por un tribunal para responder a sus insultos indscriminados a colectivos enteros, además de permitir la primera acción de censura de la libertad de expresión que hemos visto, atónitos, desde que la constitución protegió ese derecho. O sea, que no se trata solo del inefable Camps, sino de su gobierno, incluyendo a Gerardo, el mago de los presupuestos, experto en el arte de irse sin pagar.

Si la política de Camps y sus gobiernos nos afecta a todos, como creo haber demostrado, el insulto de Rajoy al proponer su continuidad, que es como apostar por la contumacia en el error, se extiende a todos y cada uno de nosotros, sin excepción, incluso a sus partidarios, aunque no sean capaces de verbalizarlo.

Si, como parece, esa decisión se tomará en noviembre, Rajoy podía haberse ahorrado adelantarla, evitando así dar por imbéciles a la totalidad de los electores que se han de pronunciar, en su momento, con el voto, para confirmar o recusar esa candidatura.

Pero, claro, como está de vacaciones, se ve que no presta demasiada atención a los asuntos de esta comunidad, y al estado de la opinión en relación con sus actuales gobernantes.

En fin. El Insulto.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 25-08-10.

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