miércoles, 11 de agosto de 2010

¿PORQUÉ?

La mayoría de las tribulaciones económicas que nos afligen en este país dogmático en lo político y lo financiero, se verían ampliamente atenuadas si en los consejos de ministros fuera obligada la presencia de un niño, digamos de seis años, preguntando permanentemente, ¿porqué?. Esa actitud infantil descoloca a los adultos, que ante esa insistencia que los deja en la indefensión dialéctica, suelen eludir las respuestas con un 'niño, ve a jugar' pronunciado en un tono condescendiente.

Así, cuando en esos consejos se dicen tonterías como que la estabilidad financiera es un factor esencial para la recuperación económica, si el niño preguntara ¿porqué?, añadiendo que ese sistema estable no facilita crédito a los mercados, la pregunta infantil dejaría al descubierto que lo que se manifiesta como un requisito indispensable para la salida de la crisis es, en verdad, un dogma revelado, algo que proviene del universo de las creencias, mas que de la política económica que exige la realidad.

Una realidad como la actual, requiere mas de esas preguntas infantiles, que de las declaraciones solemnes de gobernadores bancarios, presidentes que no tienen ni puñetera idea de que va la economía, y solo hablan de oídas; hace falta gente valiente y emprendedora que se aparte de los dogmas y las recetas de naftalina, para diseñar y aplicar una decidida política anticíclica que, como su nombre indica, es la única que nos puede sacar del ciclo depresivo en el que nos encontramos, aunque sea a costa de aumentar algún punto la inflación, porque de poco les sirve a los mas de cuatro millones de parados y a las empresas que no encuentran crédito para contratarlos la cacareada estabilidad de nuestro sistema financiero, si no va acompañada de algo mas.

No lo digo yo, lo dice un premio Nobel de Economía, Paul Krugman, que observa con algo de espanto la prevalencia de los dogmáticos y los ortodoxos en la conducción de las políticas económicas y financieras en la Unión Europea, fijadas obsesivamente en el dogma de la estabilidad, como quien ve, desde cierta distancia, a alguien a punto de precipitarse hacia el abismo, sin que la dirección del viento permita que lleguen a sus oídos los avisos.

Es completamente incoherente que, en una situación de estancamiento, se frenen las obras públicas, solo para frenar el déficit, por conseguir una financiación exterior mas barata, cuando el mejor modo de reducir el déficit es aumentar los ingresos, y eso se consigue con una política expansiva.

El niño de seis años asistente a los consejos, hubiera desbaratado esa política demencial, de la que ahora se comienza a desistir con la boca pequeña, con un par de ¿porqué?, ahorrando al gobierno el bochorno de volver a recurrir a la marcha atrás.

Pero los consejos de ministros, aquí, aunque no solo aquí, parecen protagonizados por auténticos ignorantes de la cosa económica. que se tragan las recetas y los dogmas de los ortodoxos como si fueran obleas, y cuyas decisiones están mas motivadas por el miedo a que la cosa se ponga peor, que por la decidida actitud para
salir de un estancamiento económico que, lo último que necesita, son recetas de estabilidad que a lo único que conducen es a la pasividad del muerto.

Lástima que ya he pasado de los sesenta, que ya no tengo seis años, porque me encantaría asistir a esas reuniones de mierda, donde se toman decisiones de mierda,
contrarias a lo que la economía del país, y sus ciudadanos, necesitan, para desenmascarar a los falsos magos de la ortodoxia y la estabilidad, solo oponiendo un ¿porqué? a cada uno de sus argumentos.


En fin. ¿Porqué?. Me ha salido así.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 11-08-10.

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