sábado, 4 de diciembre de 2010

BONOS PATRIÓTICOS

El gobierno de Heliópolis, presidido por el inefable Camps, ha militarizado los presupuestos, adelantándose a la militarización de los aeropuertos por Zapatero, mediante una emisión de deuda para posponer la bancarrota de las finanzas autonómicas, por medio de un instrumento financiero que se ha dado en llamar bonos patrióticos.

Históricamente, los bonos patrióticos solo aparecían en época de guerra, para comprar cañones con los que machacar al enemigo. Parece un exceso, una exageración, llamar así a lo que es, en términos coloquiales, una simple pelota, una artimaña frecuente en el tráfico mercantil y financiero de las empresas, que permite renovar un vencimiento y atender las obligaciones vencidas de los proveedores, sin que de esa operación de compra de tiempo se derive ninguna nueva inversión que vaya a estimular la economía.
(...)
Eso pensaba yo hasta ayer, que no vivíamos un escenario de confrontación bélica que justificara ese nombre, cuando el cierre de nuestro
espacio aéreo y la presencia de altos oficiales militares en las torres de control de los aeropuertos, junto a centenares de miles de víctimas civiles de esa situación caótica, han configurado un escenario pre bélico, que tal vez justifica lo de los bonos patrióticos.

El escenario de esa contienda no está habitado por baterías de artillería, sino por el Boletín Oficial del Estado que vomita decretos en los momentos mas inoportunos, que podrían haberse pospuesto hasta después del puente, evitando así uno de los mayores fiascos que se recuerdan en la historia de la logística de puentes festivos.

Pero Zapatero se ve que tiene el gatillo fácil, lo mismo dispara para intimidar a los controladores, sin considerar la oportunidad del momento, que tira contra los fumadores, y apremia para que los pensionistas conozcan cuanto antes el alcance de la factura que les toca pagar, para que alguien, a quien no conocemos, recupere la confianza en el país.

No es por nada, pero si alguno de esos inversores a los que se quiere calmar viajaba ayer en un vuelo que tocó algún aeropuerto español y se quedó allí atrapado, no parece que la catarata de medidas precipitadas que están consiguiendo el efecto contrario al que se proponen, ofreza una imagen fiable y tranquilizadora de nuestro país, que, con cada nuevo decreto, parece cada vez mas una institución manicomial.

Entre los bonos de guerra del inefable Camps, y las militarizaciones forzadas de Zapatero, no me extraña que los inversores duden, lo que me sorprende es que no salgan de estampida huyendo de un territorio tan peligroso como el que están configurando los responsables de la política autonómica y nacional, ante la indefensión de la población que observa, atónita, que viaja en una nave cuyos mandos están fuera de control.

En época de guerra, lo patriótico es trabajar mas horas y cobrar menos, aportar horas
a la industria bélica voluntariamante, sin contraprestación económica alguna. Al parecer, es lo que se ha pedido a los controladores, que partían de una situación de privilegio, pero su percepción de la situación ha debido de ser otra, y se han apuntado a los privilegios, dejando para otra ocasión el heroísmo solidario.

Lo que no se entiende es que hacían los servicios de inteligencia, ¿No tenían topos
entre el cuerpo de controladores? ¿Nadie ha sido capaz de prever, de avisar, de lo que iba a suceder? Si todo el aparato político, militar, burocrático, de un país que estuvo entre las primeras economías del mundo, no es capaz de hacer previsiones con un horizonte de unos pocos días sobre la logística de puentes festivos, ¿Como nos vamos a creer las milongas que nos cuentan sobre la evolución de la economía a varios meses vista?

No estamos en un estado de guerra, por fortuna, porque la tropa de inútiles que pulula por las instituciones del Estado, de los gobiernos, carece de la mínima capacidad para ganar una batalla, y ni siquiera sabe mantener el campamento en un digno estado de revista.

Bonos patrióticos. Si quienes los emiten nos garantizan que dimiten y que serán otros
mas capacitados quienes gestionen esos recursos, igual habría que invertir enseguida.
En caso contrario, mas vale que se hunda el chiringuito, a ver si se puede refundar con algo mas de cordura.

Es una opinión.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 4-12-10.

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