martes, 21 de diciembre de 2010

LA CAIXA

"Suelo acudir a una oficina de La Caixa, cada dos meses, para ingresar la cuota de la derrama de la comunidad de vecinos donde vivo, en la cuenta que tenemos abierta al efecto, para simplificar las labores de administración que asumimos los propios vecinos, y ese acto rutinario nunca me ha dado para un vil comentario en el Blog, pero hoy, bien porque mi actuación de ayer en el Aula de Teatro,que aún no he relatado, me subió la adrenalina, o porque no he tomado el Trileptal a su hora, la cosa ha sido diferente, y bien da para un relato de una página sobre el absurdo de la vida cotidiana, que a veces asoma en las páginas de sucesos.

(...) Me he personado en la oficina de La Caixa, a las nueve treinta, porque hoy es martes, uno de los días señalados por la Entidad para hacer esas operaciones por ventanilla. En la oficina había una sola empleada en la ventanilla de ingresos, pero solo tres personas en la cola. Algunas mas esperaban junto a la mesa del director, vacía.

En la ventanilla de caja atendían a una persona pero, como el director aún no había llegado, la persona encargada de la caja tramitaba una operación de apertura de cuenta, que normalmente es función del director. Los minutos pasaban, y la ventanilla de caja seguía bloqueada por esa operación. No me han parido para la paciencia, así que al ver pasar un cuarto de hora, otro, y ver que la ventanílla seguía bloqueada, he comenzado a dar nerviosos paseos, cosa casi imposible en el exiguo espacio reservado a los clientes, entre la puerta de acceso y la ventanilla.

Media hora mas tarde, cuando por fin ha llegado el director, ha ocupado su mesa, ha despachado a los clientes que le esperaban, y después ha comenzado a llamar a los que esperábamos, infructuosamente, a que la cola de Caja se moviera.

Cuando ha llegado mi turno, este es el diálogo --si se puede llamar así-- que he sostenido con el director.

--Vengo a ingresar la cuota de la comunidad.

El tipo, con una sonrisa que me ha parecido de autocomplacencia, ha dicho:

--Esa operación no se puede hacer hoy, tiene sus días señalados...

--Si me dices eso, te hostio-- He largado yo, adelantando el torso con un gesto agresivo. --Me he informado del día y la hora antes de venir...

--Es verdad, hoy es martes....si

--He perdido media hora tontamente esperando....porqué no poneis mas gente?

--Hay que tener mas paciencia....

--No puedo. Soy un impaciente patológico..

--Y porqué no usas los cajeros?

--Eso. En Europa todo son cajeros. No hay apenas oficinas físicas. Como se ponga de moda aquí, os van a tirar a todos a la calle..

--Esperemos que no.. Toma, aquí tienes tu copia

--¿Y el triplicado?

--Me lo tenías que haber dicho...

--Es que tú no lo sabes...?

--Espera, te haré una fotocopia...

Mientras esperaba la copia, pensaba que me había mostrado demasiado agresivo con el empleado. El no es responsable de la polìtica de atención al cliente de su entidad

Cuando me ha entregado la fotocopia, completamente ilegible, sin los datos precisos para identificar la operación, he vuelto a dudar de la voluntad de servicio del personal de esa sucursal, pero me la he echado al bolsillo sin decir palabra y he abandonado la oficina.

De vuelta a casa, he reflexionado sobre lo importante que es para la tranquilidad pública que los clientes de los bancos nos personemos en sus sucursales para hacer las operaciones cotidianas, desarmados. Si no fuera así, las páginas de sucesos estarían llenas de los altercados violentos derivados del modo en el que los bancos tratan a sus clientes no preferentes. He hablado con la presidenta de la comunidad.
Me ha dicho que se va a llevar la cuenta a otro banco. Es mas civilizado que romperle la cara al director, no?."

En fin. La Caixa.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 21-12-10.

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