lunes, 20 de diciembre de 2010

SURREALISMO

En la historia del surrealismo, ese movimiento artístico del que fue patrón André Bretón, hay dos hitos importantes que los expertos en arte se encargarán de recordar a las generaciones futuras. Uno fue la presentación de un urinario por Marcel Duchamp como objeto artístico. El otro sucedió el invierno pasado, cuando la ministra mas mediática que nunca tuvo la cartera de Sanidad, Trinidad Jiménez, realizó una actuación memorable al gestionar una crisis sanitaria, la de la gripe A, que resultó no existir, pero gracias a los consejos de la china de la Oms --seguro que comisionada por las farmacéuticas-- Trinidad estuvo tan brillante en su papel, aplaudido fervorosamente por los demás miembros de su gobierno, que todavía andan por ahí seis millones de dósis de aquellas vacunas porque las farmacéuticas, no admitieron devoluciones.

Al parecer, el premio a aquella actuación que a mi me pareció surrealista, ha sido la cartera ministerial de exteriores, que está muy bien, porque tal como están los asuntos interiores, cualquiera preferirá ocuparse de los de fuera.

Pero yo no voy a hablar de surrealismo, sino de la crisis sanitaria que tenemos ahora mismo en Heliópolis, sin que ningún responsable salga a aconsejarnos como proceder ahora que hay un virus suelto, muy cabrón, y muy real, al que me voy a referir.

(...)

Pues si. Tenemos una invasión vírica, que no solo afecta a mi barrio. Aunque mi farmacéutica niegue que se trata de una crisis epidémica, porque solo afecta al barrio, dice, tengo pruebas de que esa afectación excede, con mucho, los límites de unas cuantas calles, ya que en mi entorno personal, familiar, amistoso, y profesional, hay personas que lo han pillado y residen en puntos alejados entre si de la ciudad. O sea.

Se trata de un virus intestinal, que se desplaza con velocidad epidémica, afecta a niños y adultos, produce intensas molestias gastrointestinales, vómitos y diarreas,
fiebre y, cuando hay complicaciones, no dura solo dos o tres días, sino que sus efectos se prolongan durante semanas.

He visto la Escuela Infantil que frecuenta mi nieto menor, vacía, a causa del jodido virus. Mi mujer, que se ha ocupado de cuidar al niño durante varios dias, se ha contagiado. Su hermano mayor presentaba hoy los primeros síntomas. Su madre, también lo ha pillado. Una enfermera del Peset, amiga, que reside en otro barrio, me contaba ayer con detalle sus vicisitudes vomitivo intestinales que coinciden con los síntomas que ha sufrido mi familia, y citaba a una amiga suya, residente en otro sitio, que también lo ha pillado. De modo que el argumento de mi farmacéutica, que el ámbito de actuación del citado virus es el barrio, no se sostiene.

Tan surrealista como la alarma sanitaria que se desató el año pasado ante un ataque vírico que no existió, me parece que ahora mismo, cuando hay evidencias de la existencia de un virus de verdad desplazándose a velocidad de vértigo, contagiando a niños y adultos, en escuelas, hogares y hospitales, ningún responsable sanitario haya adoptado medidas de prevencion, que nadie haya salido públicamente a dar consejos sanitarios sobre como hay que proceder, que dieta seguir, que síntomas son los que identifican esa presencia vírica.

No digo yo que haya que decretar una alarma epidémica, con la de los controladores ya es bastante, pero me llama la atención el contraste entre la sobre exposición pública de Jiménez en una crisis sanitaria inexistente, y el silencio total de las autoridades sanitarias ante un hecho real, verificable, que posiblemente esté afectando a una parte importante, y sensible, --los niños-- de la población, y que se está extendiendo por distintos barrios, ante la inacción de los responsables de salud pública.

¿Estaré yo equivocado? No existe tal virus? Si existe, ¿A que se debe el silencio sobre el grado de morbilidad que provoca? ¿Se evita causar alarma entre la gente?

¿Se trata de otra actuación para los anales del arte surrealista? Primero se nos
vendió una crisis sanitaria inexistente. Ahora se silencia una situación de riesgo sanitario real. Primero se creó una realidad ficticia. Ahora se trata la realidad como si fuera ficción. Esto es surrealismo puro, no?

En fin. Surrealismo. Cada día entiendo menos lo que pasa, lo juro.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRINC.COM) 20-12-10.

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