miércoles, 15 de diciembre de 2010

ENSAYO GENERAL

Después de mi participación en unas pocas clases en el Aula de Teatro, hoy me enfrento al reto del Ensayo General de un espectáculo ecléctico que se presentará ante el público de verdad el próximo día 20. Veinte personas sobre el escenario, con distinta experiencia teatral, es un marrón para el director que ha decidido que el grupo al que pertenezco, con menor experiencia, muy varíado y con poca cohesión, limite su participación a unas breves actuaciones de relleno, dejando el peso del espectáculo en manos de otros mas expertos.

Aún así, pese a la brevedad de nuestras intervenciones, salir a un escenario con público real, es una prueba dura, sobre todo para los tímidos como yo, que no estoy nada seguro de afrontarla con un mínimo de dignidad y aplomo.

Pero no quiero cansar demasiado con mis dudas e inseguridades, sino relatar cual es el contenido de ese espectáculo.

....
Antes del ensayo se ha celebrado una comida, digamos corporativa, con la asistencia de casi una treintena de aprendices de actor. El bacalao a la marinera y eso, muy bien, pero el contenido de las botellas de vino, de las jarras de cerveza, y de las botellas de limoncello ha desaparecido tan rápidamente, que la motivación actoral del grupo ha subido con igual rapidez. Lo malo ha sido que, al llegar al local de ensayos, el director artístico (nuestro profesor) se ha percatado de que ha olvidado el CD con la música para el ensayo, así que hemos ensayado sin música, y el resultado casi ha sido mas divertido que con acompañamiento musical (habrá sido por la euforia alcohólíca).

El ensayo ha arrancado con la interpretación de una compañera, el monólogo de La Gran Semíramis, un texto clásico de un autor valenciano desconocido del siglo XVII, muy bien. Después me ha emocionado profundamente la lectura de un breve texto poético por otra compañera, que se notaba que libraba una batalla interior con sus dificultades de expresión, pero, a pesar de eso, o tal vez por eso, ha conseguido transmitir una sincera emoción a lo que decía. Luego un fragmento zarzuelero hecho con mucha gracia, una intervención de un colega con un monólogo de humor absurdo sobre las tostadas, la letra de una canción actual de un grupo pop dicha con mucho desparpajo por la mas joven del grupo de alumnos y el poema cantado, con una voz muy notable, por una compañera venezolana que reside aquí.

Cuando ha llegado el momento de mi intervención, con el breve fragmento de un poema de Neruda, para mi sorpresa, me he comportado con un aplomo del que había carecido en ensayos anteriores. Me he plantado en el escenario con seguridad, ocupando mi sitio sin vacilaciones, y he dicho las líneas de Neruda sin tropiezos y sin precipitación. Esta experiencia me ha enseñado que el miedo escénico es una emoción irracional, pero a la vez genera una rara energía que te permite situarte en el escenario con aplomo y dar fluidez a lo que dices.

El ensayo ha terminado con el último número de la función. Un fragmento de zarzuela de hace mas de medio siglo, con una letra muy actual, cantada por los alumnos mas expertos y con los mas novatos en el coro que se limitan a cuchichear, gesticulando, lo mal que está todo, mientras un actor que representa a un diputado de entonces, promete repartir con el pueblo el oro de la nación, quedándose el la mayor parte.

Todo ha resultado algo caótico, la verdad, tal vez por la euforia alcohólica de los actores, pero estoy seguro de que el día de la representación saldrá mucho mejor.
Ya se lo contaré.

...
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 15-12-10.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios