Sigo con la práctica del homenaje diario a personajes famosos o desconocidos, casi todos vivos, y hoy la primera de 'Levante' me induce a dedicarlo a Dios, en un sentido amplio, es decir, como concepto abstracto e intangible que los humanos, con su afán de personalizarlo todo, asocian, en cada cultura, con una representación humana distinta. Cristo, Mahoma, Buda, Visnú, o El Corte Inglés, según las preferencias de cada uno.
Asumiendo, desde el agnosticismo, que Dios es una no sustancia inmaterial, un concepto creado por los hombres para suavizar su fragilidad última en el momento de la verdad, parece absolutamente ridículo que algunos medios de prensa, al referirse al hallazgo de una partícula que aclara como se crea la masa, le hayan llamado 'la partícula de Dios'. Es absurdo que a algo inmaterial, etéreo, pura no sustancia espiritual, se le atribuyan las propiedades de la materia.
Afortunadamente, el 'Levante' de hoy prescinde de ese abuso del lenguaje religioso aplicado a la ciencia, y solo habla del origen del universo.
A pesar de su inmaterialidad, la idea de Dios merece un homenaje, porque en su nombre los hombres hacen a veces cosas sublimes, derivadas de la idea del amor, aunque, al tratarse de cosa humana, con justificación divina, en su nombre también se han perpetrado acciones horribles, matanzas, torturas, quemas de seres humanos en la plaza pública y otras lindezas, que en ningún caso son imputables a la divinidad a la que hoy rindo homenaje condicionado, sino a la burricie, el fanatismo y la crueldad, aspectos de la conducta humana que coexisten con el amor cristiano, el nirvana induísta, la contemplación budista, la ética musulmana, o las rebajas de verano en la planta de oportunidades de El Corte Inglés.
En nombre del Dios inmaterial al que hoy rindo homenaje he visto cosas que no creerían --como diría el replicante de Blade Runner-- desde un cura obrero y anarquista con el que me une una amistad de mas de veinte años, que se ganaba la vida como conductor de un camión de basura, y en el tiempo libre ejercía de hombre bueno en el Barrio del Cristo, vivía en una comunidad cristiana, y hacía compatible todo eso con su cargo de secretario del sindicato de limpieza en una organización anarco sindicalista, hasta los curas castrenses de mi infancia en la parroquia de San Valero, que andaban por el barrio ofreciendo su anillo para que lo besarán los vecinos. A la parroquia nunca fui, y los anillos nunca los besé. Pero aquellos sujetos con sotana pertenecían a las milicias religiosas mas conspicuas del nacional catolicismo. No quemaron a nadie en la plaza, porque esa costumbre ya estaba desarraigada hace tiempo.
En tiempos mas recientes, esa dualidad de lo religioso cuando pasa por el tamiz de lo humano, sigue estando presente. He leído críticas sobre los acuerdos entre el gobierno central y la santa sede en asuntos de dinero. Hay un aspecto mas opaco de ese financiación. Me refiero a las cantidades de dinero público desviadas desde los presupuestos autonómicos de aquí a personas políticas muy vinculadas al Opus Dei.
Este es un asunto tan oscuro como los agujeros negros, aunque espero que tenga menor dimensión. Ahora que los asuntos mundanos, no divinos, parece que van a llevar a Rato a la justicia, hace falta algo, aunque sea un tribunal eclesiástico, que nos ilumine sobre la naturaleza de esos agujeros.
El otro lado de Dios, el digno de homenaje ahora mismo, es la labor que realiza Cáritas, con una mínima aportación de la iglesia y una máxima aportación de otras fuentes y del voluntariado, para dar de comer a los expulsados de la clase media que aumentan su clientela por cientos de miles.
No creo en la partícula de Dios, como materialización de la divinidad, algo contradictorio en sus términos, pero si en el amor inspirado en la creencia de esa inmaterialidad, como creo también en el fanatismo y el abuso que descansa sobre la misma creencia.
Por eso, mi homenaje de hoy, es un homenaje condicionado. Viva el Dios del amor, resida donde resida, bajo cualquier forma, hemos de estarle agradecidos, por inspirar a tantas personas el ejercicio de su bondad. Abajo el Opus Dei, y esas otras organizaciones nuevas que no se mencionan tanto y están surgiendo, desde México, según me informan los enterados, los legionarios y otros por el estilo, no los necesitamos, para nada. El Corte Inglés, por favor, que no desaparezca, necesitamos sus rebajas tanto como el consuelo espiritual en época de tribulación.
No crean que menciono El Corte Inglés por pura frivolidad. Tengo una amiga que ha dejado dicho que quiere que se esparzan sus cenizas allí, en el pasillo de oportunidades. Y es que en materia de Dios, de religiones, hay que ser ecléctico, y si no, vean ustedes, en la tele, las ceremonias que practican en algunos lugares de latino América y los rituales de la santería.
En fin. Dios.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 7-07-12.
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