jueves, 19 de julio de 2012

MARISOL, ¿DONDE ESTÁS?

He despertado de un modo abrupto de la siesta, obligada por los calores excesivos que nos someten a la tortura estacional de la inacción --yo nunca hago la siesta, salvo en condiciones extremas, como las de hoy-- y un eco residual de la duermevela sonaba, insistente, en mi interior. Marisol ¿donde estás?..Marisol ¿donde estás?.

 No tendría nada de particular si yo supiera quien es esa persona con la que sueño, pero juro por Bill Gates --ya saben Guillermo Puertas, ¿las puertas del sueño?-- que en mi larga vida --el año que viene, si Belcebú no me lleva antes, cumpliré setenta años--he conocido a muchos hombres y mujeres, como ustedes y ustedas, pero no tengo conciencia de haber sostenido una relación, placentera, o no, en ninguno de mis estados de vigilia, con alguien que se llamara así.

Eso me lleva a concluir que ese nombre que sonaba repetidamente en mi cabeza al volver a ese estado entre la realidad y el sueño que sucede a una siesta mal asimilada, se corresponde con un ente onírico o mágico, alejado de la realidad cotidiana, y la verdad, me da algo de miedo.
 (...)  
Es un nombre evocador, Marisol, ¿no?. Nada menos que el mar y el sol, dos elementos esenciales para la vida, de gran carga lírica --la poesía simbolista de Paul Valéry-- y mitológica, el sol como centro de las creencias de los pueblos pre colombinos, a la vez, algo trágico, María de la Soledad, pero sobre todo, un nombre que se repite con frecuencia en la vida corriente. Pues bien, no se quién es, y me da algo de miedo no saberlo.

 Puedo imaginar a una dama de negro, a quien nunca conocí, acercarse a mí en otro verano imposible, cuando despierte en medio de los ahogos que me esperan por mi condición de fumador irrecuperable, moverse con una suavidad sorprendente junto a mi cama, y con sus grandes ojos con los párpados componiendo una expresión de conmiseración por mi alma perdida, hablar con su voz de seda para explicarme el motivo de su presencia, porqué, hasta entonces, no se había materializado en su figura física delante de mi cuerpo agonizante.

 --Enrique, ya es la hora, tienes que dejar la siesta. Soy Marisol, ¿No me reconoces? He estado presente en tus sueños, estoy aquí porque tu mismo me has llamado. Y ¿para que has venido? Lo sabes de sobra, no te hagas el ignorante. Es la hora. Tu hora. Y tu, ¿como lo sabes?

 Es mi oficio. No solo habito los sueños en la canícula del verano. Además soy la guía turística encargada de acompañar a quienes han cumplido su tiempo a lugares mas frescos. Se me ha acabado mi tiempo? Sí. Y ¿adonde me llevas? A un lugar lo mas parecido a Groenlandia, donde reinan el silencio y el hielo. 

Siempre pensé que acabaría en un lugar envuelto en llamas. Eso es porque te has creído lo del infierno de Dante. No. La nada es un lugar frío, por definición. Bueno, después de todo, ahora sé, gracias a ti, que el infierno está aquí, en estos veranos imposibles que nos hacen soñar cosas terribles.

 Y el viaje será placentero? Si, será muy placentero. En la hoja de ruta que me han confiado, se me ordena que te conceda la licencia de que me des, y te de, placer, antes de dejarte dormido en el hielo por toda la eternidad.

 ¿Donde hay que firmar?. 

 En fin. Marisol ¿Donde estás?

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19-07-12.

1 comentario:

  1. Me encanta ....que imaginación tienes compi.......el mar..... y el sol......

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