lunes, 30 de julio de 2012

¿SIMULACRO O REALIDAD?

Ocho de la mañana. Estoy en la casa de la sierra. Mientras los demás duermen, releo el titular de la primera de 'El País' del viernes, que me sugiere el título de esta entrada que publicaré en el Blog al regresar a Heliópolis, el día 30. ¿Simulacro o realidad?.

 El titular dice así, 'El vendaval financiero sobre España amaina con un solo gesto del Banco Central Europeo. La Bolsa sube un 6% y la prima (de riesgo) cae tras el anuncio de (Mario) Draghi.'
 (...)  
A ver si lo entiendo. Rajoy y su gobierno fantasmal llevan siete meses tomando medidas crueles y salvajes, que han causado millones de víctimas entre la población autóctona, que todos hemos sentido como algo muy real, y no han tenido ningún efecto benéfico en nuestra economía, como si se tratara de un simulacro, y una declaración de dos líneas de Draghi, que ni siquiera ha sido seguida de medida alguna, tiene un efecto tan real como el descrito en el titular. ¿Que está pasando?.

 ¿Será que los gobiernos nacionales, en particular los del Sur de Europa, son ahora puro simulacro, y los poderes supranacionales son los únicos que operan sobre la realidad? Las victimas de los tajos dolorosos sufridos en sus carnes por las cuchilladas neo conservadoras percibirán que la política interior es muy real. 

Quienes observamos, atónitos, el efecto Draghi, tenemos, algunos en particular, la tentación de percibir que Montoro, ese señor bajito, y el otro, el que no acaba de caerse del Guindo, no son personas políticas reales, sino dibujos animados, personajes de simulacro que salen en la tele, para hacernos creer que controlan las tareas de gobierno, cuando en realidad son puros ectoplasmas del mundo virtual. Un simulacro al servicio de poderes ajenos.

¿No es cierto que la calva de Guindos es clavada a la del malo de los Simpson, y que a Montoro solo le falta una chaqueta de marinero y llevar el culo al aire para completar el efecto sonoro que tan bien domina del personaje de Donald? Tantas reuniones de Guindos en Alemania, Francia, Italia, de las que sabemos tan poco, parecen indicar que la vertiente real de la política se reserva para poderes exteriores y lo que aquí la mayoría de los perjudicados por la catarata de decretos, mas que leyes, soportan, mayormente, en sus carteras, no sucede en el dominio de la democracia, sino que forma parte de un simulacro que nada tiene que ver con las previsiones constitucionales, que deben ser modificadas con urgencia. 

La soberanía, --dice la constitución-- reside en, o emana, del pueblo. Tal como van las cosas ahora, ese preámbulo debería ser ampliado, --y el pueblo tiene el deber de ejercerla. Las dos grandes mentiras sobre las que se basa el simulacro democrático de política que Rajoy y su gobierno llevan practicando desde hace siete meses, son. Uno. Que no hay alternativa. Lo cual es radicalmente falso, hay un sector influyente de especialistas y profesionales de la Economía Internacional, que ratifican esa falsedad. Dos. Que todo el país, en su conjunto, es responsable de la crisis y por tanto han de pagar justos por pecadores

 El otro día recibí un correo de un sindicato de inspectores de Hacienda, acompañaba un cuadrito con propuestas alternativas a la política de Montoro, que podrían generar 100.000 millones de Euros de recursos, una cifra equivalente a la que se está pidiendo a Europa y que se asocia con grandes sacrificios de la población. Incluía una partida de 30.000 millones a recuperar del fraude fiscal. Finalizaba con una nota que aclaraba que sus múltíples sugerencias no han sido escuchadas y que las leyes actuales (no lo dicen así) están hechas a favor del defraudador. 

 Entiendo que todos aquellos a los que se les ha hecho un tajo en su cartera, o peor aún se han quedado, o se van a quedar, sin empleo, no compartan la idea de que la política española actual es un simulacro, pero, si entendemos el ejercicio de la democracia tal como está contemplado en la Constitución, convendrán conmigo en que lo que está practicando el gobierno de Rajoy desde que comenzó a gobernar con una mayoría absoluta de votos, que no de votantes, es un simulacro democrático, y los simulacros están, primero, para denunciarlos, luego para combatirlos, y por último para sustituirlos por procedimientos auténticamente democráticos, en la medida de lo posible, de lo realizable, de lo real.

 ¿Simulacro o realidad? En alguna medida está en nuestras manos. ¿Para cuando un referéndum?

 En fin. ¿Simulacro o Realidad? 

(He vuelto a soñar con una mujer desconocida, llamada Marisol. Me lo tendré que mirar)

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)30-07-12.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios