domingo, 19 de mayo de 2013

EL DIA DE MAÑANA

"Suena el despertador. Son las 6:30 del día 19 de mayo de 2020. Lo primero que me viene a la mente es que nunca habría sospechado llegar a los 77 años de edad. Mi estado de salud en 2013, y las tendencias observadas entonces en la sanidad pública no apuntaban a esa longevidad.

Lo cierto es que ayer recibí un correo electrónico enviado desde la secretaría de asuntos ciudadanos en Madrid, que incluía el código necesario para embarcar en el AVE de las 7:30.

Una práctica habitual desde 2017, consistente en elegir de modo aleatorio a un grupo de 300 ciudadanos y facilitarles el viaje al Parlamento para que participen en las sesiones de control, una especie de día de puertas abiertas, que se celebra a diario desde que una coalición de plataformas ciudadanas forma parte del gobierno que administra el país, después de que en las elecciones de 2.015 los partidos mayoritarios fueran barridos del arco de representación parlamentaria, y se produjeran importantes reformas constitucionales, entre ellas la abolición de la monarquía, que no fue la mas importante, pues la incorporación de la gente no afiliada a los procesos de toma de decisiones, si bien no de forma mayoritaria, es ahora una práctica corriente en la vida parlamentaria y ha producido una cercanía entre las necesidades sociales y las decisiones parlamentarias, impensable antes de ensayar estos procedimientos de democracia directa.

Después de asearme y desayunar, preparo un ligero equipaje, llamo a Radio Taxi y me dirijo a la estación del Ave. Una breve espera y pronto estoy acomodado junto a la mesa de cuatro del vagón, con otros tres señores que forman parte de la misma expedición, a los que no conozco de nada. Me quedo amodorrado y abro los ojos cuando estamos en Alcázar de San Juan.

Apenas ha transcurrido una hora cuando desciendo en Puerta de Atocha, con tiempo sobrado para acudir al Senado, así que tomo un café para hacer tiempo en el Brillante, cerca del antiguo Reina Sofía, ahora llamado Museo de la República, pongo la radio portátil que siempre me acompaña, oigo las primeras noticias de la mañana y me sorprende, porque aún no me he acostumbrado, no escuchar ninguna noticia relacionada con el estado de depresión económica que hace solo dos años todavía era lo acostumbrado cuando sintonizabas cualquier emisora a estas horas de la mañana.

Llego al Senado, un ujier me introduce en la sala de deliberaciones y, para mi sorpresa, está vacía. Es usted el primero, me dice el ujier. No, si lo que me sorprende es no ver aquí a los senadores trabajando. Verá, ayer se cumplieron las previsiones constitucionales que han eliminado el senado de las instituciones parlamentarias. Ya no hay senadores.

En adelante, la función de los senadores queda sustituida por la de los ciudadanos, como usted, y los que llegarán enseguida, que no tienen carácter legislativo, sino solo la de vetar o confirmar las leyes que elabora el Congreso. Ah, y los asesores de los senadores, ¿nos auxiliarán ahora a nosotros en esta tarea?. No. Los Asesores también han sido suspendidos en su función. Entonces, ¿no es demasiada responsabilidad por nuestra parte dar opiniones sobre futuras leyes, sin tener, en general, conocimientos jurídicos? Bueno, en caso de necesidad, cuando tengan dudas, está el cuerpo de Abogados del Estado, que está para eso.

Para mi fue una experiencia rara entrar en aquella sala que había visto en tantas ocasiones por televisión, llena de senadores cuyos rostros me resultaban familiares, y saber que ya no estaban allí. ¿Que ha pasado con los senadores, los han jubilado?. Si, todos tienen una pensión no superior a los 20.000 euros anuales, la mayoría han renunciado y han vuelto a la actividad privada.

Así que ahora todo se cuece en el Congreso, no?. Efectivamente. Cuando se decidió eliminar las Diputaciones Provinciales, se pensó en la oportunidad de hacer lo mismo con el Senado, sobre todo porque algunos de quienes ocupaban allí el escaño de senador habían declarado públicamente que esa cámara no servía para nada.

Quien iba a decir que ese sistema de libertades formales de hace unos años, que muchos opinábamos que no servía para nada, con un simple cambio constitucional se convertiría en lo que es ahora. Una única cámara parlamentaria, de la que además están ausentes todos los políticos de la vieja escuela, barridos en las elecciones de 2015, con la tremenda potencia del voto soberano, tan poco valorada por los críticos del sistema, entre los que yo me contaba.

Al principio, cuando se produjo el cambio generacional, se desataron todas las alarmas de los poderes fácticos del sistema, pero pronto se vio que los recién llegados tenían capacidad negociadora para no romper del todo las ataduras con el viejo entramado, a cambio de dar un mayor protagonismo a los intereses de la población en las medidas de gobierno y ese equilibrio de poderes está funcionando mejor, hasta ahora, pues todos han comprendido que llevar a la extinción a los consumidores, por millones, no era bueno para nadie. De modo, que, si bien los niveles de consumo ahora no son los de antes, son suficientes para mantener un nivel de actividad que soporta el pleno empleo.

Después de una jornada de doce horas examinando los textos propuestos por el Congreso para su aprobación o rechazo, salgo algo cansado a la carrera de San Jerónimo, con mi ligero equipaje, me detengo en el Museo del Jamón para tomar un bocata, y vuelvo a Atocha para tomar el tren de regreso.

Compro una manzana golden en la tienda de la estación y me quedo dormido. Al despertar, compruebo que estoy en casa, que estamos a 19 de mayo, pero no de 2020, sino de 2013, es decir, que aún faltan siete años para que el sueño que  ha confundido mi sentido del tiempo se cumpla, o no."

 En fin. El Día de Mañana.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19/05/13.

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