Completamente saturado por las malas noticias locales, nacionales, europeas (Europa está en recesión, ¿lo sabían?) intento hoy sumergirme en otra realidad, ajena y lejana, como en un baño terapéutico que me alivie las rascaduras superficiales que deja en mi piel la actualidad periodística, o sea, que me he gastado un euro veinte en el periódico, pero no pienso dar la vara sobre ninguno de sus titulares.
En lugar de eso tiraré de unas imágenes vistas en televisión, que me impresionaron bastante, los disturbios en Caracas, y supongo que en otras partes de Venezuela, derivados del desabastecimiento alimentario.
¿Como es posible que un país tan rico en petróleo como Venezuela, con capacidad económica para subvencionar a otros países de la zona, Cuba, Bolivia,
por medio de precios políticos de la energía, de repente de la imagen de un país hambriento, desabastecido?.
(...)
La respuesta está en Empresas Polar, una empresa de una dimensión tal, que controla el abastecimiento alimentario de todo el país y, al parecer, no es ajena a lo que está sucediendo ahora mismo.
Ignoro la causa de ese desabastecimiento pero, como en las novelas de Agatha Christie, hay que preguntarse ¿a quien beneficia tal cosa?, y la respuesta intuitiva
es a Capriles, el lider opositor, que parece el presidente de Nuevas Generaciones, o el Aznar mas joven, ocupado en una cruzada para deslegitimar el resultado electoral favorable al chavismo, a Maduro.
Seguro que en esa cruzada, Capriles tiene muchos aliados, aunque no he leído nada que implique a Empresas Polar, con quien el gobierno chavista va a iniciar conversaciones para resolver el desabastecimiento.
El chavismo, Chávez, desde lejos no se puede entender, si solo nos fijamos en la imagen de histrión del ex militar ya fallecido y en las anécdotas derivadas de sus rasgos populistas, pero un buen amigo, cura libertario, que viajó regularmente a Venezuela, conoció las realizaciones sociales del chavismo y supo, de primera mano, de la reducción del abismo que separaba a los ricos de los pobres antes del chavismo, aunque también es cierto que esa opción de gobierno hizo que salieran del país muchas personas que se sintieron agredidas por las medidas revolucionarias dirigidas a esa mayor igualdad.
O sea, mas igualdad, por un lado, y mas emigración de quienes sintieron que esa mayor igualdad se hacía a su costa. Mas o menos, si lo entendí bien, ese es el balance que me dio el cura amigo de la revolución chavista, en cuanto al interior.
En cuanto al exterior, es evidente que Chávez promovió una coalición de países de ideologías próximas, ayudado por un uso político del petróleo, con la finalidad de evadirse de la dependencia de Estados Unidos, aunque siguió siendo el primer comprador de su petróleo, y aquí es donde llegamos al título del artículo, Pinochetismo, porque el papel de Capriles, el opositor anti chavista, y de Empresas Polar, en la desestabilización del régimen pos chavista, recuerda demasiado al de la United Fruits, los sindicatos del transporte y el traidor Pinochet en las maniobras desestabilizadoras contra el el régimen del presidente electo de Chile, Allende, quien luego se pegó, o le pegaron, un tiro, con el Departamento de Estado USA dirigiendo la operación.
Venezuela es un mundo desconocido para la mayoría de nosotros, del que solo recibimos las imágenes que la televisión nos ofrece, a menudo para que nos llegue una impresión negativa de lo que se ha hecho allí en los últimos años.
Luego está la tendencia evidente a perpetuarse en el poder del muerto Chávez (ya se ve que en la vida no se puede estar a perpetuidad), pero raras veces vemos en las pantallas datos socio económicos que demuestran con la evidencia de las cifras que la política de Chávez, descontado su protagonismo, y hasta su papanatismo, consiguió dar la vuelta a una desigualdad extrema, de tal modo, que ya quisiéramos ahora en España que los números que relacionan a los grupos de
población mas pobres con los mas ricos, siguieran la tendencia que han seguido en Venezuela, en los últimos años.
Contra esa tendencia, pelea ahora Capriles, que parece querer una Venezuela servil a los Estados Unidos, en manos de los grupos oligárquicos, alejada de las necesidades de las capas mas pobres de población, y tal vez, digo solo tal vez,
está creando las mismas complicidades que en su día se fraguaron para acabar con el régimen de Allende en el Chile democrático.
Esperemos que no sea así, que todo esto solo sea una elucubración paranoica. Para demostrarlo, Capriles solo tiene que comportarse como el perdedor en las elecciones de Estados Unidos supuestamente amañadas por Bush, Al Gore, quien se calló la boca y salió de escena para no dividir a su país.
Si Capriles no hace lo mismo, con su actitud alimentará las hipótesis conspiranoicas, dividirá a su país, y causará mucho dolor.
Todo por no esperar a que el pos chavismo se caiga solo. Como son estos tipos de las nuevas generaciones de la derecha, un peligro público, no?
En fin. Pinochetismo?.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 16/05/13.
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