sábado, 6 de diciembre de 2008

ANIVERSARIO

Se cumplen hoy treinta años de la promulgación de la Constitución española, y es un motivo tan bueno como cualquier otro para hilvanar unas reflexiones sueltas, por otra parte innecesarias, en relación con esa efemérides. Un poco antes de 1.978 murió de muerte natural la dictadura que el pueblo soportó durante cuarenta años, sin derribarla. Aquellas generaciones que sufrieron la bota del dictador la vieron enterrar bajo una losa, junto con el resto de aquella indigna humanidad, mientras el criminal que hacía de presidente del gobierno soltaba unas lagrimitas en la tele en blanco y negro. Lord Byron no tuvo tanta suerte. Según cuenta Virginia Wolf, a el le seccionaron su pie chungo, que no fue enterrado unido al resto de su integridad.

Cuando celebramos el largo periodo de libertades formales que arrancó en 1.978 como una conquista democrática, a veces se nos olvida que estamos en el mismo país que soportó durante cuatro décadas un régimen dictatorial, sin derribarlo. Es verdad que el país es el mismo, pero las gentes que lo habitan no. Afortunadamente, las generaciones que pelearon en la transición y las que han nacido después, ya en un marco de libertades formales, están libres del baldón de haber aceptado vivir una situación de sometimiento e indignidad que hoy parece que nadie recuerda.


Entre los actos y noticias relacionados con esta conmemoración, me llamó la atención la entrevista que Gabilondo le hizo a Bono, en la 4, en la noche del viernes. Se nota que a Bono le encanta hablar de si mismo. No se declaró católico, sino cristiano, y me quedó una duda, ¿Es copto, ortodoxo, testigo de Jehová, quizás.? Podía haber sido mas preciso, pero no, tuvo que dejarme en la duda. Luego dijo conocer que sus colegas del partido dicen de el que es un verso suelto, ¿que poético, no?, para a continuación declarar que el lo que quiere es estar en el soneto del PSOE. ¿A que viene, digo yo, tanto soneto y tanta poesía, si, como todos pudimos oír, había llamado hijos de puta a sus señorías, los de su propio partido?.

Quiero aclarar que no tengo prejuicios sobre la presencia de gentes con creencias religiosas en el PSOE o en cualquier otro partido. He militado durante algún tiempo en un sindicato anarco sindicalista, y uno de mis compañeros de militancia era un cura, con quien aun mantengo excelentes relaciones. O sea, que no se trata de prejuicios contra las creencias, sino de qué pasta están hechas las personas. No se si queda claro.

Si el PSOE mantiene en sus filas a señores como Francisco Vázquez, a quien con buen criterio mandaron de embajador al Vaticano, y a tipos como Bono, que hasta para definirse como católico lo hace con tal ambigüedad que parece gallego, en lugar de castellano, pues allá ellos, yo solo les voto, de vez en cuando, por que de momento no hay nada mejor, y solo hasta que aparezca algo mejor.

La constitución solo es un marco de derechos formales, que nadie la confunda con los derechos mismos y vaya a pedir un piso, trabajo, y todo lo demás, porque la cosa no funciona así. Es sobre todo una ley de leyes, de modo que las leyes ordinarias que se promulgan no pueden estar en contradicción con esa ley marco. Alguna vez he leído que las democracias formales son las dictaduras de los abogados, pero, en todo caso, a los autores de esa definición se les olvidó añadir que, en el supuesto de que fuera así, es una dictadura infinitamente menos indeseable que la de los militares.

Una de las consecuencias mas felices de la constitución de este país es que aquí ya no hay militares, todos están en la OTAN en misiones plurinacionales, de defensa, asistencia o cooperación, y que las nuevas generaciones ya no hacen la mili, ni tienen que ponerse firmes, eso queda para los que voluntariamente se adscriben a las fuerzas armadas, que ya no son militares en el sentido que se le daba a esa expresión durante la dictadura.

Esta mañana he visitado la Beneficencia y he visto una exposición sobre la Guinea de los tiempos de la colonización española. He visto unos cortos muy interesantes. En lo mas crudo del fascismo español, las autoridades coloniales españolas lo imponían a los guineanos sin ahorrar ningún símbolo. Es patético ver a los guineanos de entonces brazo en alto, con sus cánticos y sus ejercicios gimnásticos, y la docilidad con la que se sometían a esa humillación que hacía tabla rasa de sus costumbres y su cultura. En las fotografías expuestas, los ojos de las personas expresaban, casi sin excepción, la tristeza y la ominosa sumisión a la que se las sometía, a la mayor gloria de un imperio de pacotilla, que solo existía en las mentes exaltadas de aquellos fascistas convencidos. Pues bien, nosotros, los españoles, fuimos como esos guineanos, hasta 1.978.

Insisto en recordarlo, para que no se me olvide, ahora que se cumple el treinta aniversario de la constitución.

Los guineanos, para su desgracia, después de la ocupación militar española, se quedaron con la dictadura, primero de Macías y ahora la de Obiang. También es mala suerte, joder.

Y es que la descolonización de nuestro imperio de pacotilla, que no fue tal, sino una huída atropellada e irresponsable, dejó algunos damnificados, como los saharauis y los guineanos, pero ese es otro asunto.

LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 6-12-08.

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