lunes, 1 de diciembre de 2008

DESPUÉS DE PRAGA (2)

(...) “En el museo, un guía le informó, antes de la visita, que Pius V , antes llamado Antonio Michele Ghislieri, fue un Papa poco viajado, que nació en Bosco y murió en Roma en el siglo XVI.
Fue inquisidor general, como Benedicto XVI y accedió al papado en 1.566. Fraguó una alianza entre el Vaticano, España y Venecia que derrotó al turco en Lepanto.”

“Pau pensó que, gracias a ese Papa, el fantasma de Cervantes deambula ahora por los trenes de alta velocidad buscando su brazo amputado en aquella batalla. El guía continuó su explicación –Además, el hiperactivo Píus excomulgó a la reina Isabel I de Inglaterra. Mucha gente en las islas británicas se dedicó a cortar el cuello a los católicos que encontraba, en represalia por lo que consideraban una ingerencia extranjera en su modo de ser isleño.”

“San Pío V es, además, la segunda pinacoteca del país, después de El Prado, si atendemos a lo que se empeñan en reivindicar las fuerzas vivas de Heliópolis. Si no puedes ser el primero, no se porqué tanto empeño en que te reconozcan como segundo. El museo fue dirigido por Felipe Garín antes de hacerse cargo por un tiempo de la dirección del museo de El Prado. Cuando el lo gestionó, San Pío V era una cosa bastante aseada. Ahora, esperamos que nos de su opinión después de la visita.”


“La colección Orts-Bosch. Cuando uno se llama Orts (Huertos) y Bosch (Bosque) es que su familia tuvo muchas tierras. Grandes terratenientes, vamos. Esta colección –le dijeron a Pau-- abarca seis siglos de arte, desde el Trecento al siglo XX y podría, ella sola, dar contenido a cualquier museo entre los cinco primeros del país, excepto El Prado”

“La instalación de la pintura antigua, en la planta baja, en salas acondicionadas y con una separación suficiente entre cada obra, permite el sosiego necesario para su contemplación y es visible el esfuerzo realizado para su exhibición. Además de las pinturas españolas, italianas y flamencas, hay numerosos muebles, piezas de orfebrería, cristalerías y cerámicas de Manises, Talavera y Alcora, porcelanas de la Compañía de Indias, China, Japón y Limoges.”

“Dos cosas le llamaron poderosamente la atención a Pau, hasta el punto de que tomó notas en el folleto, lo que alertó a una empleada del museo que no le perdió de vista durante la visita, pensando que estaba al servicio de un coleccionista, que seleccionaba las obras para que fueran robadas después. La impresión de la empleada del museo, no era del todo descabellada. En un tríptico de un pintor aragonés del siglo XV, Domingo Ram, que representaba el lavatorio de los pies de Cristo, en los recuadros inferiores, fuera de escena, aparecían los profetas y sus mensajes. Lo llamativo de esa composición de hace seis siglos es que usa la misma técnica de los actuales cómics, cuando insertan en las viñetas dibujadas, los “bocadillos” con los textos que salen de la boca de los personajes. En el tríptico, de la boca de los profetas salen unas cintas con caracteres latinos que llevan escritas sus profecías. Pau se quedó de piedra al percibir tan evidentes semejanzas."

“Lo que mas asombro le causó, aparte del tríptico, fue el retrato de una mujer pintada por Madrazo en 1.920. Una mujer vestida de negro, sobre fondo rojo, cuya presencia en la sala no parecía solo pictórica, tal era la naturalidad, la sensación de verdad que evocaba la pintura. Daba la impresión de que era ella misma quien te miraba, de que el pintor había capturado la esencia de la persona en aquella representación y la había dotado de vida propia. El rostro de la mujer –esto fue lo que mas conmovió a Pau-- se parecía extraordinariamente al de Ofelia, la mujer con la que había compartido cama sobre una barcaza en el Moldava, en su reciente viaje a Praga.”

“Cuando se recuperó de la impresión, Pau subió a la planta superior y vió, dejada caer, de mala manera, la pintura moderna de la colección, llenando las paredes de unos pasillos repletos de cuadros colgados sin ningún criterio, sin el acondicionamiento adecuado. Esa desidia, además de amenazar la integridad de los cuadros, hacía sumamente desagradable la visita. Pau pensó que, si el tal Felipe, el antiguo director, volviera por allí, se echaría las manos a la cabeza.”

“Terminada la visita, Pau rellenó, como le habían pedido, un cuestionario, que dejó en recepción. Salió de San Pío V, cruzó el puente de la Trinidad y, atajando por las calles intrincadas y estrechas,
se acercó hasta el Mercado Central.”

(Otro fragmento de “Después de Praga”, libro inacabado sobre fantasmas y un Congreso en Nottingham. Texto revisado en 2.008)

LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 1-12-08.

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