viernes, 26 de diciembre de 2008

LA ACTUALIDAD DEL DÍA (5)

*EL CRÉDITO

Los créditos a las familias caen un 95% en el tercer trimestre. (“El País”). No tiene nada de sorprendente, si consideramos que los banqueros son unos señores que te ofrecen el paraguas cuando hace sol y te lo retiran cuando llueve. Con la que está cayendo, esta tormenta financiera que no cesa, podría parecer que son los propios demandantes de crédito los que se lo piensan antes de solicitarlo, pero, aun suponiendo que, en alguna medida, sea así, he podido comprobar de primera mano que estos señores que repartían tan alegremente el dinero, han cerrado el grifo de golpe.

Decidido a contribuir modestamente a la reactivación de la demanda de bienes de consumo, he renovado parte del equipo de la cocina, un horno eléctrico, una encimera y un sistema de extracción de humos, que acumulaba grasa de veinte años. En la tienda me ofrecieron financiar la compra, y les dije que si, --la verdad, no se porqué. Luego me he arrepentido. Han sido tantos los requisitos, papeleo, viajes y trámites para endeudarme por sesenta cochinos euros al mes, que al final he llamado a Sabrina, la chica de la tienda, y le he dicho, --No tengo el puto certificado que esos tíos me estan pidiendo insistentemente, así que me giras un recibo por el total de la compra y mandas a tomar por el culo a los de la financiera, porque estoy hasta el gorro de tanto celo para una modesta operación de seiscientos euros, cuando tanta manga ancha han demostrado estos capullos con las de seiscientos millones.


*LA FINANCIACIÓN AUTONÓMICA

Camps ha vuelto razonablemente contento de Madrid porque, al parecer, Zapatero le ha prometido vincular la financiación autonómica de Heliópolis a los aumentos de población. Este chico no se entera de nada. Le toman el pelo y ni lo nota. Si ponemos las representaciones gráficas del crecimiento económico y el demográfico, una al lado de la otra, se parecen como dos gotas de agua.
Está demostrado empíricamente que en épocas de vacas gordas, la población crece, mientras que decrece con las vacas flacas.

En los últimos años, en Heliópolis, la población ha aumentado en un millón de personas, dicen, sin que el modelo de financiación autonómica recogiera esa variable como generadora de mas ingresos.
No es que los de aquí hayan procreado mucho, mas bien parece que es el aporte de población foránea y su mayor tasa reproductiva, los que han incidido en ese aumento, porque las parejas autóctonas, al parecer, acuden tarde y con un solo hijo, o ninguno, al mercado de la natalidad.

En la situación actual de depresión económica y con una política de estímulo al retorno de los emigrantes, mas la devaluación de la libra que afectará a la población de origen británico, muy numerosa en Heliópolis, es mas que probable que el crecimiento demográfico se frene, o incluso decrezca, al menos hasta que el ciclo económico cambie.

En consecuencia, vincular la futura financiación autonómica al crecimiento de población es, por nuestra parte, un error estratégico, y por parte de Zapatero, tiene toda la pinta de ser un timo.
A menos que se establezca algún mecanismo que garantice los flujos financieros a recibir por la autonomía, teniendo en cuenta la posibilidad de ese estancamiento de la población, nos podríamos encontrar en una situación paradójica que nadie parece estar considerando ahora mismo.

*MARUJA

La columna acostada que firma Maruja Torres en la última de “El País” de hoy es francamente divertida, como su expresión en la foto que la acompaña. Nos divierte Maruja con el cuento de un profesional dedicado a medir penes por cuenta de los fabricantes de condones de la Unión Europea, función que realiza en los retretes próximos a las tiendas de lujo de los bulevares parisinos.

Sin embargo, estoy leyendo un libro de Maruja, “La Amante en Guerra”, que trata de sus experiencias en Beirut, cuyo principal personaje es la propia ciudad, y sus páginas, --he llegado hasta la 75-- destilan amargura. Una amargura dolorosa, seca y rebelde. Me ha parecido un libro curativo, un receptor de la desolación, del reconocimiento de la brutalidad y la injusticia de la guerra, que es como decir de la condición humana, enfocados a través del prisma de su amor por una ciudad que fue, y que, en el ánimo perplejo de Maruja, incapaz de asimilar la repetición de la misma barbarie, ofrece la imagen de la ciudad que ha perdido su ser, reflejada en un espejo dolorido.

Ojalá que en este libro catártico, escrito sobre todo para si misma, para desahogar su espíritu herido, haya encontrado Maruja el consuelo que buscaba. A través del retrato decadente de su ciudad tan amada, de su condición de lugar de asedio amenazado por un vecino hostil, Maruja nos muestra el peor lado de la condición humana, que acaba por herir la sensibilidad de quienes se acercan a él, a pesar de la piel endurecida que se les supone a los periodistas y fotógrafos que se atreven a dar testimonio de su existencia. Solo por eso, vale la pena leerlo

LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 26-12-08.

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