lunes, 15 de diciembre de 2008

PLÁ Y LA IMBECILIDAD

Joan Ignasi publica hoy un suelto en “Levante” en el que hace un análisis económico de la situación en Heliópolis, antes y después de la crisis, de las reformas estructurales que si se hubieran acometido a tiempo hubieran permitido afrontar con mayor solidez, y menor dramatismo, el escenario que ahora tenemos. Estoy de acuerdo en lo esencial, solo que ese planteamiento se puede
referir casi a cualquier economía, pues nadie hizo lo que debía hacer, cuando tocaba.

Hacer oposición con un argumento tan genérico, tan inespecífico y trasladable a cualquier escenario político y económico, ya demuestra una pobreza política y una falta de imaginación notables, pero es que cuando se pasa al análisis político, la cosa ya es de juzgado de guardia.

Dice Plá que el motivo de que la derecha política se eternice en Heliópolis desde hace no se cuanto tiempo, se debe al bajo nivel cultural de una parte del electorado. O sea, que el partido popular gana en Heliópolis una elección tras otra, debido a esa parte imbécil del electorado. Cada uno tiene, en principio, el nivel cultural básico que le proporciona el entorno en el que vive. Después, es cosa suya esforzarse, o no, en elevarlo. Me da la impresión de que Plá no se ha esforzado lo suficiente en mejorar su capacidad de comprensión de los hechos políticos.

Los niveles culturales de una población suelen evolucionar con el tiempo, normalmente, mejoran relativamente, por lo que si suponemos que ahora hay un porcentaje de ciudadanos imbéciles, seguramente hace quince años la cifra sería mayor. Según la tesis de Plá, deberíamos suponer que la última vez que los socialistas ganaron las elecciones aquí –ya ni me acuerdo-- fueron votados por un mayor número de imbéciles que los que ahora votan a la derecha. El problema, así, está mal enfocado.

El predominio de la política socialista en Heliópolis sufrió un golpe del que aun no se ha recuperado en la última legislatura de Felipe González. Fueron los escándalos, los excesos y los errores de la política socialista de Madrid los que golpearon al socialismo de aquí, al que no se podía reprochar ninguna de esas máculas, y la derecha supo aprovechar esa ola para subirse en ella, y todavía no se ha bajado. ¿Porqué?

Para mí está claro. Reconociendo que el nivel cultural de la ciudadanía no es homogéneo, y cada cual es libre de tomar para si la cuota que le parezca, además de la que por su nivel de rentas o su situación socieconómica se le suele atribuir, aun admitiendo que ciertas políticas puedan incidir mas fácilmente en los sectores menos informados, el problema del socialismo en Heliópolis no es ese bajo nivel cultural de parte del electorado, que ya estaba ahí cuando gobernaban los socialistas, sino el ínfimo nivel político de una oposición incapaz, durante mas de un decenio, de hacer honor a ese nombre.

Y me temo que la cosa va a seguir así, pues, si un militante significado como Plá, hace un análisis político tan pobre de la situación, imputando a los electores una responsabilidad que en realidad es de su partido, pues ya me dirán como podemos esperar quienes preferimos un cambio a la izquierda en el gobierno, que ese cambio se produzca, con unas fuerzas políticas de oposición tan incompetentes, tan inoperantes y tan ciegas para el análisis político de la situación

Mira que, en esa larga travesía del desierto, se han celebrado congresos, debates, sesiones de estudio, se han cambiado personas, proyectos, y ahora, Plá, todo lo que nos sabe decir es que no es la propia incompetencia de su partido la principal responsable de la situación, sino el grado de imbecilidad de ciertos votantes de rentas bajas.

Verdaderamente, a veces piensas que estos socialistas que tenemos aquí, se han acostumbrado a la comodidad del sillón de la oposición. Lo calientan, sin tener que tomar decisiones, y eso se ve que los amodorra, se sienten cómodos, y ya dice un dicho de aquí que “el que esté bien, que no se mueva”.

Incluso he oído decir a algunos que los socialistas valencianos, en el fondo, no quieren ganar, para no tener que enfrentarse a la difícil situación que, inexorablemente, se nos viene encima. Esto último no lo comparto, aunque es cierto que si tuvieran que recoger la herencia que les van a dejar, mas valdría que la tomaran a beneficio de inventario, porque el paisaje arrasado que dejará el partido popular tras de si, en los aspectos financieros, presupuestarios y económicos, tendrá todo el aspecto de una tundra siberiana.


LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 15-12-08.

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