miércoles, 17 de diciembre de 2008

DESPUÉS DE PRAGA (5)

(...) “Nos, Fridericus Romanorum Imperator semper Augustus Hierusalem et Siciliae Rex.............
declaro abierta la sesión de la tarde. Haciendo uso de la prerrogativa que me otorgan los estatutos, dirigiré unas palabras a los ponentes encargados de la preparación del inminente congreso en Nottingham, para exhortarles a que se esfuercen en aumentar el nivel de excelencia de sus aportaciones.”

“En realidad, si abandonamos los eufemismos, es forzoso reconocer que los trabajos de la mañana, cuyo contenido he revisado mientras ustedes se solazaban en el bar, no es que tengan un nivel de excelencia insuficiente, sino que son, sencillamente, infumables.”

“No he encontrado en ellos nada que signifique una aportación valiosa al acervo de la literatura contemporánea , una actitud innovadora, alguna crítica bien argumentada. Ausencia de erudición, desconocimiento de las últimas tendencias narrativas y, lo que es mas escandaloso, una falta de habilidad clamorosa en el uso de la sintaxis, son las debilidades que completan el cuadro de sus paupérrimos engendros, que han herido la sensibilidad de mis ojos lectores.”


"Esa es mi imperial opinión, que traslado a ustedes con la esperanza de que, entre todos, logremos superar esas limitaciones. Los materiales elaborados hasta ahora en la sesión pre congresual, no alcanzan el nivel adecuado para ser presentados en Nottingham, ni en ningún otro lugar, con un mínimo de dignidad.”

“Tal parece que ustedes han tomado sus responsabilidades en el congreso al que nos hemos comprometido a participar, como si se tratara de una excursión adolescente, y que lo único que les interesa del asunto son las sustanciosas dietas y gabelas que la organización ha dispuesto de modo generoso, con la sana intención de estimular su creatividad y rigor profesional, cualidades que, hasta el momento, están ausentes de sus aportaciones.”

“Sin embargo, estoy persuadido de que no es talento ni capacidad de trabajo lo que les falta. Los mediocres resultados habidos son, mas bien, en mi opinión, la consecuencia de sus actitudes. Negligencia, descuido, falta de motivación, frivolidad.”

“Esta presidencia les exhorta a que abandonen esa abulia paralizante y estéril y asuman un firme compromiso colectivo, para que nuestra presencia en Nottingham esté a la altura del prestigio que todavía se nos concede, en especial a las ilustres personalidades que nos acompañan. Si, por el contrario, deciden persistir en su actitud, desde ahora les presento mi renuncia a presidir esta delegación.”

Un silencio culpable respondió al discurso de Federico, quien terminó su intervención, con estas palabras,

--Abandono la asamblea durante media hora. A su término, espero conocer lo que han decidido, para confirmar o no mi dimisión.

Cuando Federico salió, un tumulto de voces acaloradas se cruzó en una discusión desordenada, en la que la mitad de los opinantes reprochaban a Federico una actitud elitista y autoritaria, que excedía de las facultades que le otorgaban los estatutos, y pedían echarlo de la presidencia, mientras que el resto, partidario de un ejercicio de autocrítica, proponía asumir un compromiso firme de trabajo y confirmar al presidente en su función representativa.

Fué el Barón rampante, que representaba a Italo Calvino, quien decantó la opinión a favor del compromiso con los trabajos pre congresuales y la confirmación de Federico en sus funciones.

--”Señores, por favor. No es legítimo hacer discursos de contenido ético y moralizante como los que incluyen en algunas de sus ponencias y practicar una escandalosa falta de ética en la realización de esas ponencias. Algunos de ustedes, simplemente, ni se han molestado en escribirlas. Las han fusilado de otros autores, o han traído refritos del congreso de hace cinco años. Por no hablar de quienes han dejado en manos de los becarios de sus departamentos la ejecución del trabajo, sin molestarse en supervisarlo o enriquecerlo, limitándose a ponerlo en la cartera diez minutos antes de subir al tren.

No podemos imputar a la presidencia un autoritarismo elitista desde actitudes tan mesocráticas y poco exigentes como las que adoptan una parte de los congresistas. No cito a nadie. No me parece necesario. Cada uno, según su criterio, sabrá valorar que posición debemos adoptar como colectivo. Sugiero que nos contemos, mediante el voto, para alcanzar una mayoría y que todos se comprometan a aceptarla.

Si alguien desea excluirse de los acuerdos de la mayoría, que lo haga ahora, abandonando la sala. Si se queda, se entenderá que acepta su participación activa en el cumplimiento de los acuerdos.”

Después de la votación, que resultó favorable al barón y a la presidencia, el gato salió de la sala, dando un rebufo y farfullando,

--Capullos, inútiles, fracasados, hipócritas...buuuuffffffff...

Federico se incorporó a las deliberaciones y preguntó,

--¿Y bien? ¿Que han decidido ustedes?

El barón intervino. --Hemos decidido, por mayoría, apoyar la posición de la presidencia.

Clemente, el buscón, se levantó y dijo,

“Hablo en nombre de la minoría constituída por Ignatius, que representa a John Kennedy Tool, Desdémona, enviada por Guillermo, Guillén, Alberti, Labordeta, Montano, en nombre de Vila Matas y yo mismo. Si bien aceptamos el resultado de la votación, deseamos expresar nuestro voto particular, que explicaré a continuación al presidente.”

--Le escuchamos. Prosiga.-concedió el presidente.

“Al grupo que represento le entristece el tono serio, severo, grandilocuente y retórico, exento de ironía y humor de los discursos escuchados. Deseamos hacer constar nuestro punto de vista, como contrapunto a la pobre filosofía que subyace en las palabras dichas, demasiado próximas, a nuestro entender, a los viejos resabios de la culpa y el deber que impregnan las mentalidades lastradas en el pasado y que nada aportan a la ilusón de lo nuevo, al desenfado y lo lúdico, que también merecen estar en un proyecto que se pretende innovador.”

--Puede precisar mas?

“Si. Las exigencias éticas, de rigor, la severidad y la condena de lo frívolo, explícitas en su discurso, esconden en realidad una sola proposición que mi grupo no comparte, “Hemos venido al mundo a sufrir”. Nos negamos a aprobar, sin matices, una proposición de ese calibre.”

“No entendemos que se ensalcen las exigencias éticas reduciendolas al concepto del deber y las obligaciones morales, silenciando la facultad de elegir y el ejercicio de la libertad que, en nuestra opinión, es el valor supremo a considerar.”

“En cuanto al rigor, nosotros estamos a favor del trabajo bien hecho, con propiedad y precisión, con intensidad y vehemencia, pero en contra de la escrupulosa severidad que se nos reclama. Consideramos que ese aspecto no es mas que una máscara que usan quienes demandan rigor para cubrir su discurso con una pátina de importancia que está fuera de lugar. Rigor?, por favor, bastante tenemos con el rigor mortis, del que no podemos evadirnos.”

“Esa máscara se refuerza de severa gravedad y seriedad, olvidando que lo liviano y ligero es una parte sustancial de la vida, y cuando se condena la frivolidad, se menosprecia la sensualidad, la ligereza, la fugacidad de las cosas, para sostener la continuidad hasta la putrefacción de los valores que la sustentan.”

“Nosotros pensamos que hemos venido al mundo a vivir, y si bien la existencia implica una inevitable cuota de sufrimiento, no podemos hacer de esa sola parte de la realidad una filosofía de vida. Las realidades dolorosas no elegidas, nos legitiman para hacer de lo lúdico, lo ligero, lo frívolo y tornadizo, un paradigma vital, y la actividad humana, para ser tal, debe tener un componente irónico, informal, con el toque de la risa de uno mismo, que hace que se desprenda la
falsa máscra del rigor y nos permite reconocernos como personas sin la menor importancia, en un mundo azaroso, incierto y caótico.”

“No hemos encontrado rastro alguno de nuestros puntos de vista en la posición votada por la mayoría, de ahí que insistamos en que se considere nuestro voto particular, pues pensamos que enriquece las conclusiones.”

Después del largo discurso del buscón, intervino el presidente,

--Lamento decirle, amigo Clemente, que ha defendido usted la ligereza, lo lúdico y lo frívolo, con mayor seriedad y rigor que los que me imputa

“Y yo celebro, presidente, que su majestad imperial incorpore la ironía a su discurso, dándonos así la razón. Celebro, igualmente, que este debate abierto haya servido a todos los presentes. Doy por sentado que nuestro voto particular es aceptado, y que se incorporará al diario de sesiones.”

--Así se hará. En este asunto, tengo voto de calidad y no serán necesarios mas trámites.

Pau, en su rincón, oculto detrás del barón, se apuntó, desde el silencio de su presencia onírica, a las tesis del buscón y su grupo minoritario. Su experiencia de treinta años en el teatro, oyendo a los actores entre cajas, y las risas de los espectadores, le decía que la diversión era mas saludable para los humanos que el rigor del drama y la tragedia, y no entendia que aquellos personajes tan pintorescos que viajaban con el, hubieran necesitado dos horas de discusiones, para alcanzar una conclusión tan elemental.”.(...)

(Fragmento de “Después de Praga”, libro inacabado sobre fantasmas y un congreso en Nottingham. Texto revisado en 2.008.)


LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 18-12-08.

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