miércoles, 10 de noviembre de 2010

BLINDAJES

En tiempos mas belicosos, en plena contienda mundial, las marcas mas prestigiosas de la industria pesada, Krupp y Thyssen, se dedicaron a fabricar blindajes para los carros de combate. Cuando todo quedó destruido y se agotaron las materias primas, el volframio y eso, se hizo la paz, que, en mi opinión, es la continuación de la guerra por otros medios.

Thyssen vendió sus acciones y compró cuadros pero, en general, la industria de guerra se reconvirtió, comenzó a fabricar autos y aún no ha parado, hasta el punto de que ya es imposible estacionar en las calles de mi barrio. Sin embargo, un vistazo al periódico de hoy parece indicar que la industria del blindaje no ha desaparecido del todo.

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Esa reconversión exigió sacrificar el proteccionismo económico pre bélico y se estableció el mercado como nuevo campo de batalla. La naturaleza física del mercado es opuesta a la del volframio, no es la dureza blindada lo que lo caracteriza, sino una textura elástica que permite su extensión planetaria, no exenta de reglas, las reglas del mercado que, teóricamente al menos,
incluyen riesgos y beneficios.

Los pícaros de siempre, nostálgicos del proteccionismo, tienden a elogiar el mercado en público, pero en privado tratan de quedarse con los beneficios que ofrece, sin asumir sus riesgos, es decir, tratan de perpetuar la industria del blindaje, en su propio beneficio.

Primero fue el impresentable Díaz Ferrán, con lo del paréntesis, recuerdan?. Ahora leo que la patronal de los concesionarios de Autopistas reclama 800 millones para reforzar su blindaje ante los avatares del mercado. Todos recordarán haber leído, en los inicios de la crisis financiera, las cantidades fabulosas que los ejecutivos de Wall Street ingresaban en base a cláusulas abusivas que blindaban sus contratos.

Supongo que hay mas, pero además de estos blindajes económicos, observo que también hay movimientos semejantes en los mercados políticos.

Que Bush, niño, se presente ahora como una especie de presidente de una comisión disidente, presionada por un gobierno hostil --que, por cierto, presidía el-- para invadir Irak, y que justifique las torturas aplicadas al enemigo durante su mandato con el dictámen de unos abogados, que el mismo puso para que dictaminaran así, huele a blindaje post mortem, por los muchos muertos que se derivaron de esa política, no vaya a ser que a algún jurista de una corte internacional se le ocurra pedir su procesamiento.

González, se descuelga con unas declaraciones que plantean un dilema bilateral, por un lado ético, por la otra cara, pragmático. ¿Volar o no la cúpula de ETA?. Declara que se decantó por la ética, pero que, con la distancia, no sabe si hizo lo correcto. Tremendo, no?.

Ignoro si esa decisión de Estado la tomó antes o después de viajar a China. Debió de ser antes, pues de China volvió transformado, fascinado por ese paradigma del pragmatismo, 'Gato blanco o gato negro, lo que importa es que cace ratones'.

Contribuiré a resolver las dudas de González. El color del gato no es indiferente. El pragmatismo, sin sombra de ética, conduce directamente a la política de Bush en Irak. No creo que ningún ciudadano, medianamente sensible, le exija eso a su presidente para salvaguardar su seguridad. Si esas decisiones, o esas dudas, se blindan ahora, en nuestro nombre, que se olviden, la inmensa mayoría de la ciudadanía no comparte, ni las decisiones de Bush, ni las dudas de González.

En fin. Blindajes.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 10-11-10.

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