Tengo la sensación de que la expresión multipolaridad, tan usada ahora para reflejar el reparto de poderes en el mundo, tiene algo de eufemismo, de cortina de humo para oscurecer el principio de la decadencia del imperio USA. La presencia unipolar de Estados Unidos en el mundo surgió tras la victoria militar en la última contienda mundial, al viejo estilo de todos los imperios que en el mundo han sido.
La música y el modo de vida americano se expandieron entonces por el mundo con la misma universalidad que el derecho romano lo hizo siguiendo a las legiones que abrieron caminos para llegar al último confín del mundo conocido un par de milenios antes.
Ahora, la música mas influyente ya no es americana y soplan vientos de oriente que
parecen indicar que, así como al imperio romano le sucedió el bizantino, el imperio unipolar de USA está en trance de convertirse en otra cosa, que es pronto para saber lo que es.
(...)
Resulta paradójico que, mientras el imperio USA tuvo enfrente un enemigo ideólogico y militar, mantuvo su vigor, y apenas veinte años después de la rendición incondicional del llamado socialismo real, cuando ha podido ejercer de manera efectiva la unipolaridad de su poder imperial, ese predominio universal solo haya durado dos décadas.
Mientras, lo que caracteriza el mundo heredado de aquella confrontación que duró algo mas de cuatro décadas, es la dualidad. Escucho en la radio que Corea del Norte y Corea del Sur, un resíduo de aquella época, se enfrentan hoy a cañonazos, porque mantienen la dualidad de sistemas que los separó desde la intervención americana.
Esas fronteras ideológicas siguen vigentes en otros lugares del sudeste asiático, como Vietnam, y los parlamentos bipartidistas europeos están marcados, salvo excepciones de coaliciones puntuales, por la dualidad.
La dualidad como doctrina filosófica explica, según mi viejo Espasa, el origen y la naturaleza del universo por la acción de dos esencias o principios diversos y contrarios. Sin embargo, las culturas occidentales y orientales tienen una visión distinta de la dualidad.
Así como en occidente parece que lo que domina es el blanco y el negro, los orientales, al menos los inventores del yin y el yang, representan esos principios contrarios con un punto de distinto color insertado en esas dos mitades, con lo que parecen reconocer la existencia de un principio de integración entre ambos opuestos.
Entendida así la dualidad, parecería que los sistemas contrarios tienen una oportunidad de entendimiento, pero contra esta teoría se opone la realidad de los cañones de las dos Coreas que hoy mismo la desmienten.
En mi opinión, el mundo sigue siendo mas dual que multipolar, y ha dejado de ser unipolar por la emergencia de otros poderes nuevos, sobre todo económicos. Que China sea el mayor acreedor de Estados Unidos no es un dato irrelevante. Los chinos ahorran, los estadounidenses se endeudan.
Esta involución del papel predominante de Estados Unidos y la emergencia de China como un nuevo poder, no es nueva, y nos lleva al concepto de circularidad, tan denostado por algunos.
Mas o menos por las mismas fechas en que apareció la cultura judeo cristiana, mientras por aquí cubríamos con una humilde sábana su cadáver mas sagrado, los muertos mas ilustres de la dinastía Han eran inhumados con mortajas de jade, como puede verificar cualquiera que visite la exposición Imágenes para la Inmortalidad, que se puede ver en el Museu de Prehistòria de Heliópolis, Corona, 36,de martes a domingo.
Ya entonces, los chinos eran ahorradores y a nosotros solo nos daba para una triste sábana, en lugar de una mortaja como es debido. Ahora, la emergencia de China y la incipiente decadencia del imperio de occidente, tienen ese aroma que evoca la circularidad de la espiral de la historia.
Se que el tono de la entrada de hoy es un tanto decadentista, pero es que estamos en Noviembre y todos los años, por estas fechas, me pongo decadente, que se le va a hacer.
En fin. Multipolar, dual, circular?.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 23-11-10.
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