Hecho de menos los fines de semana en la casa de la sierra, ahora vamos menos porque las tardes son muy cortas. Cuando sopla de poniente, la transparencia de la atmósfera allí es tan extrema que las cosas se ven con una nitidez extraordinaria y el horizonte visible se expande en la misma medida en que la claridad lo domina todo.
Justo lo contrario de lo que sucede cuando los hombres, dominados por los intereses del grupo al que pertenecen, optan por la ocultación, el sigilo y el secreto, para sustraer al general conocimiento la naturaleza de sus actos. En medio de la confusión sobre los sucesos del Sáhara, una cosa es evidente y clara como la atmósfera serrana en un día de poniente, el Gobierno marroquí actúa con una total falta de transparencia.
Al parecer, varios medios de comunicación españoles han pedido disculpas por reproducir la foto de unos supuestos niños saharauis, distribuida por una agencia, que han resultado ser niños palestinos que fueron víctimas de un bombardeo en Gaza, hace años.
Alguien ha actuado con mala fe, no creo que hayan sido los medios engañados, pero estas cosas pasan cuando se impide a los fotógrafos de prensa su presencia en el lugar de un conflicto.
Al final, sabremos que es lo que ha pasado, que está pasando, y el gobierno marroquí se dará cuenta del enorme error que ha cometido al optar por el secretismo y la ocultación, en lugar de aceptar un cierto nivel de transparencia en su política de comunicación, un error que se volverá contra el cuando la prensa consiga evidencias suficientes para elaborar un relato en el que no saldrá bien parado.
En el ejercicio del poder, uno puede seguir a Maquiavelo y tratar de ocultar bajo la alfombra los aspectos mas repugnantes de sus actos, pero en una sociedad tan hiperinformada como la actual es imposible mantener en el secreto acciones que afectan a una población numerosa. Antes o después alguien sacude la alfombra y muestra la suciedad a la vista de todo el mundo.
No parece una buena estrategia informativa que, cuando eso suceda, te hayas granjeado la hostilidad de buena parte de los medios de comunicación de un país entero que, aún sujetos a la deontología profesional, pueden, y deben, dar opiniones que tienen el poder, al menos temporal, de reforzar o debilitar la imagen pública de un gobierno, de un régimen.
De esto se ha tratado en la clase de hoy de Medios de Comunicación, del papel de los medios y del gobierno marroquí en este conflicto, desde el punto de vista informativo. El resultado del debate ha sido que el gobierno marroquí se ha equivocado en su estrategia. Tendremos ocasión de ver si esta conclusión es acertada o equivocada cuando se imponga la transparencia sobre la ocultación.
Algunos políticos locales proclives a la falta de transparencia deberían tomar nota de este ejemplo.
En la prensa de aquí, de vez en cuando se pueden leer piezas que son un ejemplo de transparencia, apoyada en la documentación, como es el caso del artículo que firma hoy Gregorio Martín en 'Levante', que hace un análisis exhaustivo, muy prolijo en datos, de la política presupuestaria de la Generalitat de Heliópolis, de sus limitaciones financieras, insiste en la necesidad de un pacto para evitar la quiebra de las cuentas autonómicas y alerta de la posibilidad de que no se pueda llegar a las próximas elecciones autonómicas, si no se corrije a tiempo el rumbo financiero.
Martín no me parece alguien sectario ni manipulador. Al contrario, observo en sus contenidos, que sigo habitualmente, una linea moderada, objetiva y equilibrada.
Algo que contrasta con el triunfalismo y las falacias habituales que nos colocan cada día los enemigos de la transparencia.
Como en el caso del gobierno marroquí, nuestra política doméstica, basada en el engaño y la ocultación de la realidad de la situación financiera de las cuentas autonómicas, podría volverse contra el partido que gobierna, si las proyecciones de Martín, en el sentido de que esa pelota puede reventar antes de la próximas elecciones, resultaran acertadas.
Echo tanto de menos la transparencia, que estoy considerando pasar un fin de semana en la casa de la sierra, a pesar de que las tardes son ahora mas cortas.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 15-11-10.
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