martes, 2 de noviembre de 2010

MOMA EN EL IVAM

El domingo hice una visita rápida al IVAM, buscaba una impresión personal del contenido de la exposición de la selección hecha por Rattemeyer de los dibujos contemporáneos de la Fundación Rothschild, ahora en poder del Moma, que los ha cedido para esta muestra que se prolongará hasta el 16 de Enero. Medio siglo de arte sobre papel, de artistas de todo el mundo. Los ricos lo compran todo. Enseguida te das cuenta de que tal acumulación de información plástica requiere de una visita mas detenida, así que volví el lunes.

A pesar de que dediqué buena parte de la mañana del lunes a esa visita, nuevamente salí con la sensación de que tal abundancia de material exige quedarse a vivir una semana en el Ivam, y dedicar un rato cada día a explorar esos contenidos, único modo de evitar el síndrome de la confusión por la acumulación de estilos, autores y épocas, que tal vez convierte esta muestra en una metáfora de la hiperinformación que domina nuestro tiempo, haciendo difícil encontrar una síntesis esclarecedora de la realidad. (...)

Pensaba que esta impresión era el resultado de una incapacidad personal mía, cuando vi la obra en gran formato de un artista que recordaba un cuadro famoso 'Bosque de Abedules', aunque con menos variedad cromática.Tenía la peculiaridad de que visto desde una cierta distancia era, efectivamente, un bosque, pero si te acercabas podías observar que los troncos de los árboles estaban hechos con tiras de periódicos. El título del cuadro, que coincide con el tema de la página del blog 'El Paisaje', me pareció esclarecedor, 'Los árboles no te dejan ver el bosque'.

Esa coincidencia entre el punto de vista del artista plástico y el mío, me pareció la confirmación de ese fenómeno actual que consiste en que, teniendo una cantidad de información disponible mayor que en épocas anteriores, el hombre contemporáneo está mas huérfano que nunca de una visión sintética y clara de la realidad, inmerso en la misma confusión que yo sentí en la sala siete del Ivam ante medio siglo de expresiones plásticas que rebasaban mi capacidad de contemplar comprendiendo.

Me encontraba inmerso en esa limitación cuando en el altillo de la sala concidí con otro visitante del museo, al que pregunté, ¿Reconoce cual de todos estos es el dibujo de Lucien Freud?. La pared estaba llena de dibujos y con el mínimo esquema que aparecía en un extremo del muro era casi imposible adivinar quien era quien en ese amontonamiento, pero un examen detenido nos permitió identificar el retrato al carbón que buscábamos.

El visitante, antes de despedirse, comentó, ¿Se ha fijado en el arte de los sesenta que hay en la planta baja? Ahora se ve claro que era una simple ocurrencia. --Si, no ha resistido bien el paso del tiempo, concedí yo.

La muestra incluye una variedad de estilos y técnicas que van desde obras narrativas y figurativas hasta una variedad de abstracciones, utilizando todos los recursos, lápiz, acuarelas, gouache, pigmentos, fluidos corporales, collages y objetos encontrados.

En cuanto a los artistas representados hay estadounidenses, como Jasper Jhons, pero
la mezcla es muy ecléctica, incluyendo suecos, alemanes, latinos, ingleses o suizos,
una especie de ejército plástico reclutado sobre todo entre los países de Occidente para una de esas misiones pacificadoras que le dan un caracter globalizador a nuestro tiempo.

Tanta variedad y abundancia no podía excluir algún motivo erótico y así pude contemplar una obra de gran formato, en cuya parte inferior se veía una mujer adulta masturbándose, y a unas niñas que se reían delante de la escena, mientras la mujer que las acompañaba tiraba de ellas para alejarlas del motivo de su diversión.

La vista de las obras de arte mínimal y povere, con su sencillez desnuda y su escueta elaboración me recordaron el comentario del visitante de arriba, que les atribuyó la condición de ocurrencia.

Yo, la verdad, no puedo dar una opinión fundada sobre el conjunto de la exposición.
Tal variedad y cantidad de árboles no me han dejado ver el bosque. Si vuelvo, y me quedo una semana viviendo en el Ivam, tal vez podría intentarlo, pero esta semana no creo que pueda.

De nada.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 2-11-10.

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